Militantes de izquierda tomaron el tríplex que mandó a Lula a la cárcel
RÍO DE JANEIRO.- En un acto de desafío a la Justicia y de protesta por el encarcelamiento de Luiz Inacio Lula da Silva , militantes de izquierda invadieron ayer por unas horas el departamento tríplex en Guarujá por el que el expresidente fue condenado a 12 años y un mes de prisión, acusado de haberlo recibido como soborno.
Unos 50 miembros del Movimiento de Trabajadores Sin Techo (MTST) y del Frente Pueblo Sin Miedo, aliados del Partido de los Trabajadores (PT), ingresaron por la fuerza al edificio Solaris, frente a la playa del popular balneario paulista. Tras romper el portón del garaje y las puertas del tríplex, colgaron desde un balcón un gran cartel en el que se leía: "Si es de Lula, es nuestro. Si no, ¿por qué lo detuvieron?"
La frase hacía alusión a la supuesta falta de pruebas por la que el juez federal Sergio Moro, en el marco de la operación Lava Jato, condenó al exmandatario, que desde el sábado 7 de abril cumple su pena en Curitiba. Según Moro, Lula recibió ese departamento como soborno de la constructora OAS a cambio de garantizarle contratos con Petrobras durante su gobierno. Su fallo fue ratificado a fines de enero por una corte de apelaciones en Porto Alegre.
Por decisión judicial, el tríplex (valuado en 1,1 millones de dólares) fue clausurado junto al bloqueo de otros bienes de Lula, y debería ser puesto en subasta en mayo.
Desde afuera del edificio, un centenar de otros militantes se manifestaron contra el juez Moro y reclamaron la libertad de Lula.
"Esto es una denuncia de la farsa judicial que llevó a Lula a la prisión. O sueltan a Lula o no habrá tranquilidad", advirtió el coordinador del MTST Guilherme Boulos, candidato presidencial del Partido Socialismo y Libertad (PSOL).
Luego de tres horas de ocupación y mediante una negociación con la policía, que amenazó con arrestar a los invasores, los militantes desocuparon el lugar.
Para la presidenta del PT, Gleisi Hoffmann, la invasión "fue un gesto político para cuestionar al juez Moro de que el departamento es de Lula". Las esperanzas de la dirigencia petista están puestas ahora en una sesión del Supremo Tribunal Federal (STF) mañana, en la que se podría rever la jurisprudencia acerca del cumplimiento de las penas de prisión tras condenas en segunda instancia.
Mientras tanto, el PT consiguió que las principales fuerzas políticas de izquierda -el PSOL, el Partido Democrático Laborista (PDT) y el Partido Comunista de Brasil (PCdoB)- se le unieran ayer para firmar un comunicado en el que califican la prisión de Lula como "una persecución política" para evitar que sea candidato en las elecciones de octubre. Pese a sus problemas judiciales, el expresidente se halla aún al frente de todas las encuestas de intención de voto. De cualquier manera, la legislación electoral no permite que una persona condenada en segunda instancia compita por un cargo electivo.
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