Miles de sudafricanos se despidieron de Mandela en la capilla ardiente de Pretoria
Sus restos fueron trasladados a los Union Buildings, sede del gobierno, donde el ex líder también será homenajeado hoy; el domingo, el entierro
JOHANNESBURGO. Miles de personas despidieron ayer en Pretoria los restos de Nelson Mandela, en el primer día de visitas a la capilla ardiente instalada en los Union Buildings, la sede del gobierno de Sudáfrica, bautizada ahora con el nombre del histórico líder del país.
El baile y los cantos que estallaron luego de conocerse la muerte de Mandela, el jueves pasado, dieron paso ayer al llanto y desconsuelo de los sudafricanos que desfilaron frente al féretro de Madiba.
Miles de personas se ubicaron a lo largo del recorrido de la procesión funeraria por las calles de la ciudad, mientras varias motos de la policía daban paso al coche fúnebre negro que transportaba el ataúd de Mandela hacia la sede oficial de gobierno.
Otros tantos llegaron a la sede del gobierno con los ómnibus habilitados por la organización, una medida que evitó colas y aglomeraciones en la entrada de la capilla ardiente.
Sí hubo esperas largas en el punto de salida de los ómnibus en el oeste de Pretoria, donde miles de personas desafiaron el intenso calor para no perder la ocasión de ver los restos del primer presidente sudafricano negro elegido democráticamente.
El féretro de Mandela, cubierto por la bandera de su país, fue recibido por oficiales que representaban a las ramas de las fuerzas armadas cuando llegó desde el principal hospital militar de la ciudad, en una ceremonia formal que contrastó con los actos de homenaje de anteayer en el Soccer City de Johannesburgo.
Flanqueados por guardias de honor vestidos de blanco, los restos de Madiba fueron dispuestos en el patio central del edificio principal del gobierno.
Una fila, interminable pero fluida, pasaba brevemente junto al cadáver de Mandela, vestido con una de sus características camisas coloridas.
Los soldados y policías sudafricanos que se acercaron a la capilla ardiente hacían una reverencia al pasar junto al féretro, mientras sus compañeros de servicio ayudaban a desplazarse a las personas mayores o inválidas.
La viuda de Mandela, Graça Machel, llegó al complejo gubernamental junto al actual presidente de Sudáfrica, Jacob Zuma, y a la segunda esposa de Madiba, Winnie Madikizela-Mandela, vestidos todos rigurosamente de negro.
Entre los presentes para dar el último adiós a Mandela figuraban el cantante Bono, la modelo Naomi Campbell y los controvertidos presidentes de Zimbabwe, Robert Mugabe, y de Sudán, Omar Hassan al-Bashir.
Frederik W. de Klerk, el último presidente blanco de Sudáfrica que compartió el Premio Nobel de la Paz con Mandela, pareció derramar una lágrima al pasar al lado de su féretro.
"He venido porque es parte de nuestra historia, y porque es el hombre que puso a trabajar mano a mano a blancos y negros en este país", contó el ex policía blanco Brandon Labuschagne, que en 1994 integró la guardia de honor de la ceremonia de investidura de Mandela como presidente en los mismos Union Buildings.
El otro gran acto del día tuvo lugar en el estadio de fútbol de Ciudad del Cabo, donde se celebró un multitudinario concierto en honor al ex presidente sudafricano, en el que actuó la cantante y activista británica Annie Lennox, además de otros artistas locales.
Al término de la ceremonia en la sede gubernamental de Pretoria, el féretro de Madiba regresó como había venido, escoltado por agentes motorizados, al Hospital Militar 1 de Pretoria.
Desde allí volverá a recorrer hoy, a primera hora, las calles de la capital, para volver a descansar en la que fuera sede del poder del régimen racista al que combatió Mandela, en un nuevo día de tributos de los sudafricanos.
Mandela será sepultado el domingo en Qunu, su hogar ancestral, en la provincia Oriental del Cabo, a 700 kilómetros de Johannesburgo.
Agencias ANSA, EFE y Reuters
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