“Mientras escribo este post estoy llorando”: los rusos se despidieron de Instagram antes de la prohibición
El Kremlin vetó el uso de la red social desde el domingo; miles de usuarios que usaban la plataforma para comunicarse con sus seres queridos quedaron aislados, al igual que influencers y empresas que la utilizaban para trabajar
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RIGA.- Con lágrimas en sus rostros aerografiados, los influencers rusos se despedían de Instagram y les rogaban a sus seguidores que los sigan, precisamente, a otras redes sociales. Se acercaba la medianoche del domingo, hora fatal anunciada por las autoridades para el bloqueo en Rusia de esa red social de propiedad norteamericana.
El Roskomnadzor, el ente regulador de las comunicaciones de Rusia, prohibió Instagram oficialmente el viernes, y les dio 48 horas de gracia a los usuarios rusos para decirle adiós a la popular aplicación e iniciar ese éxodo digital forzado.
En su anuncio de la medida, el ente ruso citó la decisión de la empresa matriz, Meta, de permitir en Instagram y Facebook los posteos y mensajes con llamados a la violencia contra los rusos. La empresa norteamericana hizo una excepción en su política de no incitación a la violencia, siempre y cuando los posteos fuesen una manifestación política contra las fuerzas rusas que invaden Ucrania. Meta dijo que los llamados a la violencia contra los ciudadanos rusos comunes seguirán prohibidos.
“El gobierno ruso ha decidido bloquear Instagram en Rusia, aislando a millones de personas de sus seres queridos y amigos de todo el mundo”, dijo Adam Mosseri, cabeza de Instagram, en una respuesta en video. “Sabemos que más del 80% de la gente de Rusia que tiene Instagram es seguidora de alguna página del extranjero. Es una situación aterradora y estamos tratando de hacer todo lo posible para que la gente esté segura”.
En domingo, las emociones de los usuarios rusos estaban a flor de piel, sobre todo aquellos que estaban a punto de perder no solo el acceso a los millones de seguidores que acumularon a lo largo de los años, sino también los miles de dólares que reciben por promocionar todo tipo de productos.
“Mientras escribo este post estoy llorando”, posteó Olga Buzova, estrella de un reality de la televisión rusa, y dijo tener la esperanza de que “nada de eso sea verdad y sigamos todo aquí”.
Las autoridades rusas ya habían bloqueado el acceso a Facebook el 4 de marzo, aduciendo que en la plataforma había discriminación contra los medios de comunicaciones estatales de Rusia. De esa forma obturó uno de las plataformas más comunes donde los rusos podían criticar al Kremlin, expresar sus opiniones y organizar protestas.
En 2021, Instagram tenía casi 60 millones de usuarios en Rusia, alrededor de un 40% de la población del país, según Statista, una firma de relevamiento de datos de mercado. La plataforma es también una ingente fuente de ingresos para sus usuarios, que cobran en efectivo por postear contenido promocional de sus espónsores. Todavía no se sabe cuántos rusos lograrán seguir accediendo a Instagram a través de las Redes Privadas Virtuales (VPN).
Pero el bloqueo de Instagram no solo afecta a los influencers rusos que desfilan ropa de diseño para sus millones de seguidores.
Los rusos que usan Instagram para mantenerse en contacto con amigos, para publicar fotos artísticas, o para compartir imágenes de sus hijos también postearon mensajes de despedida, donde aprovechaban para informar de su cuenta de Telegram, el servicio de mensajería que sigue disponible en Rusia.
Cientos de pequeñas y medianas empresas, desde estudios de tatuajistas hasta talleres mecánicos de automóviles, lamentan haber perdido la plataforma que durante mucho tiempo fue su principal herramienta de promoción y de ventas. Y también se tambalean las organizaciones benéficas rusas, que se sirven de Instagram para recaudad donativos.
La prohibición de Instagram también afecta a los pocos rusos que se han pronunciado públicamente en contra de la guerra, aislándolos de millones de seguidores dentro de su propio país.
La celebridad mediática rusa Kseniya Sobchak, que criticó la guerra y abandonó el país, publicó una foto de sí misma con un vestido de encaje negro y les dio indicaciones a sus 9 millones de seguidores de cómo seguirla en Telegram y otros servicios.
Nastya Ivleeva, una influencer con 18,9 millones de seguidores, publicó la imagen de la paloma de la paz y llamó a las autoridades rusas a poner fin a la guerra en Ucrania.
En otra publicación que más tarde elimino, Ivleeva decía: “Seis grandes años de creatividad, inspiración, motivación, descubrimiento y logros, muchos logros, todo al infierno como por un tubo.”
En su despedida de Instagram, muchos influencers publicaron el código QR que permitía a los usuarios seguirlos en Telegram, así como enlaces a sus perfiles en la plataforma de redes sociales VK, controlada por el Estado ruso. Algunos dicen que en Telegram publicarán cosas que las reglas de Instagram les impedían compartir.
Oksana Samoylova, una influencer de Instagram con 15,2 millones de seguidores dice que se quedó despierta hasta las 3:30 de la madrugada del domingo publicando en Telegram, y ahí se dio cuenta de hasta qué punto las reglas de Instagram la obligaban a contenerse y no decir todo lo que pensaba.
“Pronto conocerán a mi alter-ego”, dice. “No es realmente mi alter-ego, en realidad, simplemente me conocerán más intimamente, porque en Telegram puedo ser mucho, mucho más auténtica.”
Karina Nigay, una influencer de la moda con 2,9 millones de seguidores, publicó una foto de sí misma “histérica” y abrazada por un joven que la contenía.
“Este es mi trabajo”, dijo Nigay en un vivo de Instagram. “Es como si te acabaran de echar de tu trabajo y te quedaras sin ningún ingreso, pero tenés una familia que mantener, y tenés un equipo de colaboradores y tampoco podés pagarles.”
Más tarde intentó darle un giro positivo a la situación y dijo que las marcas de moda rusas iban a salir beneficiadas: contó que en estos últimos años ya había renovado su guardarropa, que ahora está compuesto en un 80% por ropa de diseño y fabricación nacional. Nigay dijo que tal vez surja una plataforma de redes sociales llamada “Rusogram”.
A los seguidores ucranianos les cayó pésimo el lamento de los rusos por el cierre de sus perfiles de Instagram. “¡Mirá los problemas que tienen!”, escribió un seguidor ucraniano en los comentarios al video de Nigay. “Me dejás helado: acá suenan las sirenas de bombardeo”, comentó otro usuario desde Ucrania.
Por Paul Sonne y Mary Ilyushina
Traducción de Jaime Arrambide
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