Mientras el gobierno de Netanyahu espera las represalias de Irán y sus aliados, los israelíes ya perciben una guerra en varios frentes

TEL AVIV.– Después de la muerte de dos líderes de Hamas y de un comandante militar de Hezbollah atribuidos a Israel, el primer ministro Benjamin Netanyahu dijo ayer que el país ya estaba “en una guerra de múltiples frentes contra el eje del mal de Irán”.

Israel comenzó una nueva semana laboral en un estado de profunda incertidumbre, con el potencial de ataques por parte de Irán y los grupos militantes que apoya en la región que ya están causando trastornos para muchos.

Varias aerolíneas internacionales suspendieron sus vuelos hacia y desde Israel en espera de las represalias previstas contra el país por parte de Irán y su representante libanés, Hezbollah. Esto ha dejado a decenas de miles de israelíes sin poder regresar a casa, según un funcionario israelí que pidió no ser identificado porque no estaba autorizado a comentar el asunto.

Delta, United, el grupo Lufthansa y Aegean Airlines estuvieron entre las aerolíneas que suspendieron sus vuelos a Israel tras el asesinato de un alto mando de Hezbollah, Fuad Shukr, en un ataque en Beirut el martes pasado, seguido del asesinato al día siguiente del líder político de Hamas, Ismail Haniyeh, en Teherán. El temor es que las respuestas a los asesinatos puedan ser el inicio de una guerra regional más amplia.

La cancillería de Israel está pidiendo a los ciudadanos que viajan al exterior que completen una encuesta en línea para ayudar al gobierno a identificar dónde se encuentran y tratar de organizar soluciones, incluidos vuelos comerciales alternativos. Se cree que la mayoría están varados en Europa y Estados Unidos.

La aerolínea nacional de Israel, El Al, y sus subsidiarias están tratando de agregar más vuelos para transportar a los israelíes a casa, pero su capacidad para hacerlo es limitada: en pleno verano, con el inicio del receso escolar, las aerolíneas israelíes ya estaban operando a plena capacidad.

Muchos israelíes estaban en el extranjero en lo que suponían que serían unas vacaciones cortas y estaban ansiosos por volver con sus familias, sus trabajos y sus vidas en Israel, a pesar del peligro inminente. Las autoridades les recomendaban que se dirigieran a centros de operaciones cercanos, como Atenas y Chipre, a relativamente poca distancia en avión.

Durante el fin de semana, en medio de temores de una conflagración que se expanda en la región, Gran Bretaña, Canadá, Francia y Estados Unidos estuvieron entre los países que instaron a sus ciudadanos a abandonar el Líbano de inmediato. Tras señalar que varias aerolíneas habían suspendido o cancelado vuelos hacia y desde Beirut, y que muchos vuelos estaban agotados, la embajada de Estados Unidos en Beirut dijo el sábado : “Solicitamos a quienes deseen salir del Líbano a que reserven cualquier boleto disponible”.

Francia también instó a sus ciudadanos en Irán a abandonar el país lo antes posible.

Para Israel, las interrupciones en los viajes aumentaron la sensación de que ya no tenía control del destino de sus ciudadanos y no tenía un plan claro para calmar sus numerosos conflictos.

Los analistas dijeron que el gobierno israelí estaba esperando, en cambio, ver cuánto daño podría causar cualquier acción de represalia de Irán y Hezbollah. Sólo entonces, dijeron, Israel decidiría sobre la fuerza que tendría cualquier respuesta posterior y si trabajaría para contener la situación o correría el riesgo de una mayor escalada que podría desembocar en una guerra regional total.

Casi 10 meses después del asalto liderado por Hamas al sur de Israel que desencadenó la guerra en Gaza, “la situación en la que se encuentra Israel está lejos de resolverse”, escribió el domingo Amos Harel, analista de asuntos militares del periódico izquierdista Haaretz.

“Las estrategias que Irán y sus representantes habían estado elaborando durante años cobraron impulso, presentando a Israel desafíos sin precedentes”, escribió, y agregó que el primer ministro Netanyahu “no ha presentado, y mucho menos formulado, una estrategia clara a sus subordinados”.

Después de un fin de semana de continuos enfrentamientos en modo ojo por ojo en la frontera con Líbano, combates con el grupo Hamas apoyado por Irán en Gaza y letales ataques aéreos israelíes contra combatientes palestinos en la ocupada Cisjordania, Netanyahu dijo el domingo que Israel ya estaba “en una guerra de múltiples frentes contra el eje del mal de Irán”.

“Estamos atacando cada uno de sus brazos con gran fuerza. Estamos preparados para cualquier escenario, tanto ofensivo como defensivo”, dijo Netanyahu en declaraciones transmitidas por televisión al comienzo de su reunión semanal de gabinete. “Reitero y les digo a nuestros enemigos: responderemos y exigiremos un alto precio por cualquier acto de agresión contra nosotros, de cualquier parte”, afirmó.

Pero muchos israelíes señalaron que Irán y Hezbollah ya se estaban beneficiando al tomarse su tiempo y mantener al país en vilo en los cuatro días transcurridos desde los asesinatos.

Israel se atribuyó la responsabilidad del asesinato de Shukr, pero no reconoció ni negó su responsabilidad por el asesinato de Haniyeh. Irán y Hamas culparon a Israel de su muerte.

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