Miedo y psicosis: cómo el coronavirus cambió la vida cotidiana en el mundo
El nuevo coronavirus originado en China a fines del año pasado no detiene su avance y alarma a todo el mundo. Con contagios en más de 60 países, el Covid-19 dejó 3162 muertos y más de 92.800 infectados, la mayoría en el país asiático. La imparable expansión de la epidemia generó psicosis y miedo, y cambió hábitos en muchos países de todos los continentes.
ITALIA
ROMA (De nuestra corresponsal).- Desolada, fantasmagórica, irreal. Así luce Roma en estos días del avance del coronavirus . Aunque la emergencia -que causó hasta ahora más de 2500 contagios y 79 muertos en Italia, según los últimos datos de Protección Civil-, afecta principalmente al norte del país, también está haciendo estragos en la capital, a más de 500 kilómetros de las dos zonas rojas creadas en las regiones del Lombardia y Véneto.
Con solo dar una vuelta, es evidente que el Covid-19 cambió por completo la fisonomía de Roma, donde repentinamente no solo han desaparecido los ejércitos de turistas que suelen invadirla -truene, llueva o el termómetro marque 30 grados-, sino también los romanos.
"Es un desastre, parece que de repente la ciudad hubiera sido puesta bajo estado de sitio", dice a LA NACIÓN Gianni, empleado de una pizzeria a una cuadra de Piazza Navona que no duda en afirmar que lo que hay en Roma es una "cuarentena psicológica".
En la piazza Navona, al igual que la de Campo dei Fiori, la de España o la del Popolo, al mediodía no hay nadie sentado en las mesitas de bares que suelen rebosar de gente. En la Fontana de Trevi, donde normalmente hay que esperar varios minutos para poder tirar la monedita y sacarse una selfie, solo hay cuatro gatos. Lo más impactante es ir hasta el Coliseo, el monumento más emblemático, y ver que no hay fila para entrar.
FRANCIA
PARÍS (De nuestra corresponsal).– Confirmados 212 casos ayer, es decir 21 más que el día anterior, y cuatro muertos: aunque todavía sigue siendo menos letal que la gripe, la epidemia de coronavirus provocó en Francia una auténtica psicosis, a pesar del esfuerzo de autoridades y especialistas para tranquilizar a la población.
Un centenar de personas siguen hospitalizadas, la mayoría aislada a fin de no contaminar al resto de la población, mientras una decena de pacientes está en servicio de reanimación o terapia intensiva, indicó el ministro del Interior, Olivier Véran.
Desde el viernes, el país se encuentra en el nivel 2 de alerta sanitaria, decretado cuando un virus afecta a grupos de personas (clusters), como se produjo en el norte de Italia y ya comenzó a registrarse en este país desde el jueves pasado.
"Es necesario entonces aislar esos casos y tomar decisiones fuertes, para retardar o evitar la propagación", explicó Veran. Una de esas decisiones fue la prohibición de reuniones públicas de más de 5000 personas y la anulación -cada vez que sea posible- de eventos deportivos o culturales.
Por su parte, el presidente Emmanuel Macron prohibió ayer totalmente la exportación de máscaras quirúrgicas y dio orden de recurrir a las reservas estratégicas de esas máscaras que se habían creado para la epidemia de la gripe H1N1. Unos 15 millones de unidades llegaron ayer a las farmacias para el personal médico y paramédico. Otros 15 millones destinados al público en general serán distribuidos la semana próxima, con instrucciones de utilizarlas únicamente en caso necesario.
También se amplió el número de unidades hospitalarias especializadas, que ahora llega a 108 en todo el país.
CHINA
PEKÍN.- El país donde se desató la epidemia del Covid-19 a mediados de diciembre, y que tiene de lejos el mayor número de casos y de muertes, fue también el primero en padecer un drástico cambio en su vida cotidiana. La ciudad de Wuhan, epicentro del brote, fue sometida a una rigurosa cuarentena que luego se amplió al resto de la provincia de Hubei y a otras regiones cercanas y que afecta desde entonces a más de 60 millones de personas.
El resto del país debió adaptarse a la nueva realidad. Se cancelaron eventos y festividades públicas y se impusieron restricciones de diversa severidad a la circulación, que hicieron ver incluso a la milenaria y populosa Pekín como una ciudad fantasma.
Las aerolíneas extranjeras dejaron de operar a China y las multinacionales suspendieron o limitaron sus actividades, entre otras medidas que afectaron la economía de la segunda potencia mundial. Varias empresas locales reconvirtieron su producción y pasaron a fabricar millones de barbijos y otros elementos vitales para la seguridad sanitaria.
ESTADOS UNIDOS
WASHINGTON.- La alarma por el coronavirus crece hora tras hora también en Estados Unidos, donde el número de muertos subió a nueve, con al menos 118 casos registrados en todo el país, de los cuales 48 son norteamericanos que volvieron del exterior.
Los estados afectados son 14, pero las muertes ocurrieron todas en el estado de Washington (noroeste), donde se formó el primer foco en territorio estadounidense y donde hay 18 personas que resultaron positivas al test y son vigiladas bajo estricto control.
La mayor parte de los casos está ligado a un hogar para ancianos de Kirkland, una localidad cercana a Seattle.
Y justamente la costa oeste es la más afectada en Estados Unidos, con otros 20 pacientes en aislamiento en California, que tiene muchísimos vuelos directos hacia China desde Los Ángeles, San Francisco y Seattle, ahora en gran parte suspendidos.
La inquietud por el brote también crece en Nueva York, donde fue localizado un segundo caso de infección de coronavirus que concierne a un hombre de 50 años que trabaja en Manhattan y que recientemente se trasladó a Miami, donde, a su vez, se registraron por lo menos dos casos.
A medida que el virus se expande, se refuerza la polémica acerca de la respuesta dada a la emergencia por el gobierno de Donald Trump, que solo en los últimos días constituyó una "task force" encabezada por el vicepresidente Mike Pence.
La Casa Blanca es acusada de haber minimizado el peligro y de no haber puesto oportunamente en el terreno una coordinación de las acciones a emprender en todo el país.
BRASIL
RÍO DE JANEIRO (Para LA NACION).- La explosión de casos sospechosos de haber contraído el nuevo coronavirus en los últimos días -488 personas hasta el martes- no alteró la hoja de ruta de las autoridades brasileñas, que continúan bajando un mensaje de tranquilidad. Con dos casos confirmados de contagio, ambos en San Pablo e importados desde norte de Italia, el ministerio de Salud refuerza que por el momento no hay ningún indicio de que el virus esté circulando en el país.
En zonas "calientes" como aeropuertos y fronteras, se fortalecieron las medidas preventivas y todos los empleados de esos lugares fueron orientados a principios de mes a utilizar guantes y barbijos. El gobierno concentra sus esfuerzos en una campaña informativa para prevenir contagios y también decidió anticipar la campaña de vacunación contra la gripe, para evitar que síntomas parecidos a los del Covid-19 puedan sobrecargar el sistema de salud.
La llegada del virus a Brasil, primer país de América Latina en confirmar un caso, convirtió a la enfermedad en tema de conversación cotidiana de los brasileños. Algunas farmacias han alentado a la población a comprar remedios preventivamente, antes de que puedan incrementar de precio ante una eventual proliferación de casos, y muchas tiendas que no ofrecían alcohol en gel comenzaron a colocarlo sobre el mostrador. En las calles por el momento rige la calma.
CHILE
SANTIAGO, Chile (Para LA NACION).- Unos 600 casos sospechosos bajo observación; 240 descartados por resfríos comunes y varias falsas alarmas. Pese a que en Chile la llegada del coronavirus se consideraba como una cuestión inminente,apenas se confirmó ayer el primer caso de Covid-19-el de un médico de 33 años que viajó un mes por el Sudeste Asiático- la sociedad reaccionó con relativo nerviosismo.
Inmediatamente, en varias farmacias del sector del centro de Santiago y la comuna de Providencia se agotaron los barbijos y de las estanterías desaparecieron desinfectantes a base de alcohol.
Y si bien el viernes pasado el Ministerio de Salud decretó la alerta sanitaria nacional y realizó un llamado para "evitar una psicosis", el bombardeo mediático y la reacción en las redes sociales tampoco colaboraron a mantener un clima de tranquilidad. Tras el anuncio de las autoridades, la televisión chilena transmitió de forma ininterrumpida y durante largas horas las novedades de la llegada del virus al país, con un desfile de diversos médicos e infectólogos entregando recomendaciones para evitar el contagio del virus.
VENEZUELA
CARACAS (Para LA NACION).- Nicolás Maduro no solo ha nombrado una Comisión Presidencial para prepararse contra el coronavirus, sino que incluso inventó una nueva forma de saludo para evitar estrechar las manos: el "caderú" (caderazo). El "presidente pueblo" acusó al "Imperio del Norte" (por Estados Unidos) de crear esta "arma de guerra biológica" para atacar a China y a los pueblos del mundo.
Más allá de la propaganda, las condiciones del país petrolero son las peores posibles. "Vamos a tener el coronavirus en Venezuela, pase lo que pase", advirtió el infectólogo Julio Castro, uno de los más prestigiosos del país. Una afirmación que solo escucharla da escalofríos en un país donde ni los médicos disponen de guantes y mascarillas en los hospitales. Donde el gobierno esconde los boletines epidemiológicos y donde los reactivos solo aparecen por temporadas. Hasta el agua falla en el 30% de los centros médicos.
Las condiciones de Venezuela desataron el miedo en su país vecino, Colombia, con quien comparte más de 2000 kilómetros de frontera, por las que todos los días circulan miles y miles de personas, entre ellas 3000 emigrantes con nuevos destinos.
El rumor que se extendió durante la semana pasada en las ciudades de frontera provocó que en unas pocas horas se agotaran todas las existencias de mascarillas en las cientos de farmacias, que abastecen a ambos países. También desaparecieron los geles antibacteriales y no solo en la frontera, ya que el acaparamiento se extendió como una nube por todo el país. Los frascos de gel aparecen hoy sobre escritorios y en miles de bolsos.
ECUADOR
CARACAS (Para LA NACION).- Las autoridades sanitarias de Ecuador confirmaron siete casos del nuevo coronavirus. El último está relacionado además con el primer caso, el de la mujer de 70 años que vivía en Torrejón (Madrid) y viajó de la capital española hasta Guayaquil. Ahora permanece en una unidad de cuidados intensivos. Este caso, sumado a que es el país con más casos en América Latina, desató cierta paranoia en la sociedad andina, pese a los llamados a la calma del gobierno.
En Guayaquil el uso de barbijos se expandió, así como su compra masiva en Quito, donde se han agotado además de alcohol, cloro y desinfectantes. El gobierno espera que las farmacias y supermercados vuelvan a estar abastecidos desde este miércoles. Las cajas de barbijos se han llegado a cotizar a 50 dólares.
El gobierno dio marcha atrás a la orden de suspensión de eventos públicos y de realizar los partidos a puertas cerradas. Ahora le toca a las autoridades locales decidir sobre cada uno, aunque el esperado concierto de Alejandro Sanz en Quito está confirmado.
Uno de los efectos colaterales más extravagantes es el derrumbe de ventas en las "chifas" (restaurantes chinos), tanto en la costa como en el interior del país.
COLOMBIA
CARACAS (Para LA NACION).- El gobierno de Bogotá decidió elevar el nivel de riesgo de moderado a alto, precisamente cuando un nuevo ministro, Fernando Ruiz, se incorpora a Salud y Protección Social, la cartera más exigente del momento. Precisamente el Ministerio negó que estén obligando a los viajeros a firmar una declaración juramentada de no sufrir el nuevo coronavirus.
Pese a no haberse todavía declarado el primer caso de contagio en el país, en las últimas horas sí ha conocido que el ciclista Fernando Gaviria habría contraído Covid-19 durante la cuarentena con su equipo en los Emiratos Árabes Unidos. Varios casos ya se descartaron en el interior del país, el último en Cali.
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