Beatriz Gutiérrez Müller siempre vivió con un Andrés Manuel López Obrador en campaña. Se conocieron cuando él buscaba ser alcalde de la Ciudad de México, empezaron a ser pareja cuando quiso ser presidente por primera vez y ya estaban casados en el segundo intento. "La tercera es la vencida", le dijo AMLO a su mujer antes de lanzarse nuevamente y le prometió que si perdía, ya no volvería a postularse. Ella, una comunicadora y escritora de 49 años, sintió que esta vez, la última, tenía que acompañarlo desde otro lugar y tirar "un poco más de carne al asador".
"Tengo una especie de necesidad de apostar, de salir de mi zona de confort, de echarle un poco más de carne al asador y empeñarme en lo que pueda ofrecer a quien confía en Andrés Manuel", dijo Beatriz durante una campaña en la que cobró un protagonismo nunca antes visto. Subió el perfil, dio entrevistas, mostró la intimidad de su casa, participó de actos y hasta lanzó una carrera como cantante. Se puso al frente de la estrategia de seducción del electorado femenino y, para eso, comenzó una cruzada retórica contra el término "primera dama", rol que ocupará desde el próximo 1° de diciembre.
Licenciada en Comunicación y magíster en Letras Iberoamericanas, Beatriz conoció a AMLO en Puebla, donde trabajaba como periodista y entrevistó al entonces candidato a jefe de gobierno de Ciudad de México. "Luego, cuando se integró el gobierno [en la capital mexicana], la invité a participar. Falleció Rocío [su mujer] y yo rehice mi vida y la enamoré", resumió él hace unos meses, en la primera entrevista que dio junto a su mujer desde su casa, aquella donde –aseguran- seguirán viviendo cuando asuma la presidencia.
Beatriz trabajó en el gobierno de la Ciudad de México entre 2001 y 2005 como asesora en comunicación y en asuntos internacionales. En 2003, murió Rocío Beltrán Medina, entonces mujer de López Obrador, y al año siguiente comenzaron los rumores sobre el romance del alcalde, de 52 años, con "una asesora" de 36, que se confirmaron en 2005.
Para esa época, "El Peje" -como llaman a López Obrador-, estaba comenzando su campaña presidencial y Beatriz pasó de ser la entrevistadora a ser la entrevistada. "Si Andrés Manuel gana la presidencia, mi figura será absolutamente gris por convicción propia", le dijo al periodista de la revista Quién Alberto Tavira, mostrando su desinterés por la campaña. Pero AMLO no ganó -en unas controvertidas elecciones-, ellos siguieron con su vida, se casaron y en 2007 nació Jesús Ernesto, el primer hijo de ella y el cuarto de él. Para las elecciones de 2012 –que terminaron en manos de Enrique Peña Nieto -, Beatriz prefirió continuar siendo "una figura gris" y avanzar con sus proyectos profesionales. Dejó el periodismo y se dedicó a la literatura: escribió tres novelas y se recibió de doctora en Teoría Literaria.
Cuando AMLO anunció que competiría por tercera vez para llegar al Palacio Nacional, le prometió a su mujer que sería su último intento. "Desde que me casé estoy renunciando a cosas", dijo en una entrevista. Esta vez, renunció a ser la "figura gris". Pasó a ser un personaje clave de una campaña "comandada por mujeres" para seducir el voto femenino, una de las "debilidades más fuertes" de Morena, según indicaron fuentes del partido a LA NACION. Algunos sectores de la campaña reconocen que "la figura de Beatriz fue expuesta de más", aunque la estrategia rindió sus frutos: el 49% del electorado femenino votó por Morena (frente a un 51% entre los hombres).
"Hay dos Beatrices. La que conocí en 2006 es radicalmente distinta de la de 2018. Ha habido una madurez en la persona y en el discurso. Este año la vimos con un reflector mucho más amplio", analizó en diálogo con LA NACION Alberto Tavira, director del sitio Cuna de Grillos y autor de Las mujeres de Peña Nieto.
Contra la "primera dama"
El año pasado, Beatriz comenzó a involucrarse directamente en la campaña. Pidió que le verificaran su cuenta de Twitter, se sumó a los actos de su marido y participó de reuniones con sectores que tenían poco vínculo con la izquierda, como las mujeres de clase media, intelectuales y empresarias.
El 27 de mayo, habló con los encargados de la estrategia digital de la campaña y les hizo una sugerencia: que transmitieran en vivo el discurso que daría esa tarde en Minatitlán, Veracruz. Esperaba que tuviera impacto.
"He venido a proponerles que pongamos fin a la idea de la primera dama. ¿Por qué? En México no queremos que haya mujeres de primera y de segunda. Con todo respeto a las mujeres que han pasado por este papel, decir primera dama es algo clasista", lanzó, con un fuerte tono proselitista, mientras su marido la miraba, orgulloso y en silencio, desde atrás.
Beatriz aseguró que la "compañera de un presidente debe participar de todo lo que pueda hasta un límite" y que no debe ser "una sombra complaciente, silenciosa o dócil ante un sistema que perpetúa las desigualdades". También llamó a "feminizar la vida pública", prometió que no sería candidata ni funcionaria y celebró que las mujeres de los mandatarios ya no sean vistas como "un adorno".
Fíjate que ni primera dama ni funcionaria ni candidata.... ¡Saludos!&— Beatriz Gutiérrez Müller (@BeatrizGMuller) June 19, 2018
La figura de la primera dama no existe en la Constitución de México; es más bien una función protocolar y ligada al desarrollo social. No cuenta con un salario pero existe, sin embargo, la "oficina de la esposa del presidente", cuyo futuro es incierto, según aclararon a LA NACION desde el entorno de Guitérrez Müller. Admiten que la cruzada contra el término es meramente retórica. "Lo que está en debate es el término", enfatizan.
El protagonismo de Beatriz en la campaña de su marido –acusado de populista- llegó en un momento de México donde la agenda feminista tiene un lugar en los medios y la política, con la despenalización del aborto y la lucha contra los femicidios como principales banderas. Sin embargo, la figura de primera dama no está en cuestionamiento, aunque sí el rol que ocupó la mujer del actual mandatario, la actriz Angélica Rivera, salpicada por escándalos de corrupción desde el comienzo del sexenio de Peña Nieto.
Ayer fui a escuchar las inquietudes de las mujeres de la comunidad sefaradí en México. Un placer compartir tarima con mujeres que admiro tanto, siempre aprendo. pic.twitter.com/yHFZQA8qdb&— Beatriz Gutiérrez Müller (@BeatrizGMuller) June 6, 2018
"El papel que siempre han jugado las primeras damas es asistencial o en las giras presidenciales. En general reproducen el rol de ‘esposa-madre’ y poco llegan a destacar por actividades propias", señala la doctora en Filosofía y especialista en estudios de género María del Carmen García Aguilar.
Para la politóloga y editora feminista Sandra Barba, su propuesta sobre el término primera dama "no tuvo tanto que ver con el feminismo sino con distanciarse de nuestra primera dama; es similar a la retórica de AMLO".
En ese punto coincide Tavira, quien considera que el debate sobre las primeras damas no reside en el término sino en la persona quien ocupa ese lugar. "No es la misma percepción de Cecilia Occelli, la mujer de Carlos Salinas de Gortari (1988-1994), de asistencia a la infancia, más discreta, que la de Angélica Rivera", ejemplifica. "Los mexicanos no votaron por la esposa del presidente, pero sabían que era ella. Es un papel que, aunque ella no haya competido, lo va a tener que jugar", agrega.
Su futuro
El pasado fin de semana, Beatriz confirmó a través de Facebook que, así como no será "primera dama" en México, tampoco presidirá el Consejo Ciudadano Consultivo del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), cargo que generalmente ocupa la mujer de presidente. "Estaré para servir a México en todo lo que pueda. En su momento, les platicaré de algunas contribuciones específicas que me gustaría llevar a cabo. De lo que sí estoy segura es de que seguiré siendo profesora universitaria, investigadora y escritora. Y lo más importante: mamá de Jesús Ernesto y esposa de #Yasabesquien", escribió, ante las dudas que plantea su cruzada retórica.
Sobre el tema "primera dama" y DIF: https://t.co/2GHJCiaKva&— Beatriz Gutiérrez Müller (@BeatrizGMuller) July 15, 2018
"Ella es una profesional, está comprometida con promover la educación y el arte", señala a LA NACION la coordinadora de campaña de Morena, Tatiana Clouthier, sin brindar mayores pistas sobre su papel en el gobierno. En cuanto a lo personal, Beatriz tiene previsto continuar con su carrera de escritora –el mes que viene presentará un libro de poesía- y con su nueva faceta de cantante, que descubrió en plena campaña, con temas de su autoría y videos que parecían spots de Morena, con un López Obrador omnipresente. Dicen desde la campaña que la idea de cantar fue de ella, aunque ella se la atribuye a "El Peje", quien la alentó a dejar de cantar "bajo la regadera" y entonar frente a un micrófono.
"Si [AMLO] no gana, vamos a tener una vida como cualquier persona, que va al cine o que puede hacer un viaje", había dicho Beatriz meses atrás, cuando imaginó cómo sería compartir por primera vez con su marido una vida sin campaña. Pero la tercera fue la vencida y en diciembre se convertirá en primera dama, o como ella quiera llamarle.
Esta canción está dedicada a todos los luchadores por la democracia de México. Muy desde el corazón, a quienes murieron antes que nosotros y no tuvieron la dicha de ver este sueño realizado. Va por ellos. Va por el gran demócrata Francisco I. Madero. pic.twitter.com/NORRHhsPuU&— Beatriz Gutiérrez Müller (@BeatrizGMuller) July 2, 2018
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