“Merecemos el Nobel de Economía”: por qué Nicolás Maduro celebra su batalla contra la inflación (y cómo se compara con la Argentina)
La propaganda del chavismo se concentra ahora en asegurar que “Venezuela se arregló”, aunque esas afirmaciones chocan contra la realidad de sus ciudadanos
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BOGOTÁ.- La propaganda del chavismo no conoce límites ni sonrojos. “Ante las sanciones lo que hicimos fue plantarnos, meterle el coco, buscar los mejores asesores mundiales. Venezuela hoy puede decir que merecemos el Premio Nobel de Economía, porque hemos echado para adelante solitos”, clamó Nicolás Maduro el miércoles durante una reunión con empresarios.
El jefe revolucionario se vino arriba, entusiasmado por la campaña que sus medios y satélites informativos han puesto en marcha para convencer al país de que “Venezuela se arregló”. Una campaña con respaldo financiero que cuenta con la participación de influencers, economistas y opositores colaboracionistas, que han olvidado que el chavismo consiguió transformar al país más rico de América Latina en el más pobre, víctima de una emergencia humanitaria compleja, pese a contar con las mayores reservas de petróleo del planeta y con riquezas ilimitadas en oro, diamantes, coltán…
Los últimos datos conocidos sobre el deslave nacional son aterradores: el 30% de los niños en Venezuela padecían algún tipo de malnutrición durante 2020; de ellos, el 50% la sufría de forma severa, según las investigaciones de Provea y la Federación Internacional de los Derechos Humanos.
“Pido el premio Nobel de Economía para los trabajadores por la recuperación milagrosa, luego de ser sometido a bombardeos criminales por parte del imperio norteamericano y Europa”, insistió pese a todo el “hijo de Chávez”.
De no haber destruido a su país y provocado la huida de casi siete millones de personas y quedase todavía algún espacio para las bromas, Maduro realmente competiría para los premios IG, la parodia de los Nobel. Entre 2013 y 2021, Venezuela perdió más del 80% de su Producto Bruto Interno (PBI), un récord histórico, ampliado porque se consiguió sin guerras ni desastres naturales de por medio.
Tan brutal fue la caída del PBI en 2019, que el Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé una recesión similar para Ucrania, del -35% del PIB tras la invasión rusa de este año.
“Somos una nación independiente, libres del FMI, del Banco Mundial y de imperios hegemónicos. Avanzamos en la economía del país con esfuerzos y decisiones propias. ¡No somos ni seremos colonia!”, certificó el mandatario, que se siente respaldado por el último sondeo realizado por Datanálisis, que le otorga una pequeña suba en la aprobación nacional a su gestión (19%), frente a la desaprobación (79%), que sigue siendo muy mayoritaria.
“No hay ningún dato que diga que Venezuela se ha recuperado, la recuperación del 2021 está un 70% por debajo del PBI de la situación de prepandemia. Maduro lo que va a tener es el Nobel de destrucción de un país”, ironizó para LA NACION el diputado José Guerra, antiguo funcionario del BCV.
Una recuperación además de poco alcance al estar concentrada en el sector petrolero y el comercial (las famosos bodegones), con actividades como manufacturas, telecomunicaciones y construcción que siguen muy debilitadas. De hecho, ni siquiera se produjo el rebote de otras economías vecinas tras las grandes caídas provocadas por el Covid-19.
Inflación (y la comparación con la Argentina)
La principal bandera que ondea el chavismo es la inflación, que solo hace unas semanas dejó de calificarse como hiperinflación (que comenzó en 2017) pero todavía es la peor del mundo. Según el mismísimo Banco Central de Venezuela (BCV), desde 2013 hasta la actualidad la inflación acumulada es del 823.045.856.812%, una cifra disparatada.
“Los índices inflacionarios han bajado en términos formales pero la gran pregunta es de qué sirve bajar la inflación si el poder adquisitivo sigue estando muy por debajo. Sociológicamente uno ve que la macroeconomía va por un lado y la economía diaria por otro”, explicó a LA NACION Mirla Pérez, coordinadora del Centro de Investigaciones Populares.
Pérez insiste en que el nuevo salario mínimo, en torno a los 30 dólares, está muy alejado de lo que cuesta la canasta básica de alimentos para una familia de cinco miembros, que supera los 400 dólares mensuales. Se necesitaría más de un año de salario mínimo para poder sostener la alimentación de un solo mes. Además, el salario medio, que no alcanza los 200 dólares, tampoco es suficiente para costear el importe de la comida y de los productos básicos.
“En febrero, la inflación de Argentina fue mayor que la de Venezuela (rompiendo la tendencia de toda una década). Mientras se logre mantener la estabilidad cambiaria entre bolívares y dólares, la inflación venezolana seguirá a la baja, aunque a costa de producir una sobrevaluación del bolívar que es cada vez mayor y más nociva. En todo caso, para este año estimo una caída sustancial de la inflación con respecto a 2021″, vaticinó para este periódico el economista Urbi Garay.
“Ya anuncio que el mes de marzo será el séptimo mes con inflación de un sólo dígito”, adelantó la vicepresidenta Delcy Rodríguez en el órgano legislativo revolucionario. Pese a ello, la inflación interanual se mantiene en el 246%.
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