Mediterráneo. La odisea de 64 migrantes rescatados de balsas que ningún país quiere recibir
Horas tensas se viven en plena altamar para los 64 migrantes de África Central y 17 tripulantes que navegan en dirección a Lampedusa con el buque rescatista de la asociación civil Sea-Eye. Desde ayer buscan un puerto para desembarcar, luego de que Italia y Malta les negaran el ingreso. Pero la supervivencia a bordo se tornará muy crítica en las próximas horas debido a los escasos recursos medicinales, la falta de agua y alimentos sumado a las malas condiciones climáticas pronosticadas para la noche en el mar Mediterráneo.
El ministro del interior italiano, Matteo Salvini, aseguró ayer que Italia no abrirá sus puertos a la embarcación. "Es un barco de bandera alemana, de una ONG alemana, con dueño alemán, con capitán de Hamburgo. Rescató a los migrantes en aguas libias y ahora está pidiendo puerto. Pues bien, que vaya a Hamburgo", declaró el funcionario conocido por su postura antiinmigrante.
"No podríamos ir hasta Alemania, porque nos llevaría dos semanas y el barco no está preparado con los suficientes recursos para tantas personas", dice Jan Ribbeck en conversación telefónica con LA NACION. Desde Kempten, Alemania, dirige la misión que lleva adelante el buque Alan Kurdi, en honor al niño sirio migrante que tres años cuando fue hallado muerto en una playa de Turquía.
"Ayer rescatamos a 64 personas que naufragaban en una precaria balsa desde hace más de 24 horas. Recibimos una señal de rescate y acudimos a las coordenadas señaladas por el sistema para subirlos a bordo y prestarles los primeros auxilios médicos", cuenta con voz de orgullo pero gran incertidumbre, porque desconoce hasta ahora cual será el futuro de su equipo y el contingente de migrantes.
La operación de salvamento se realizó frente a las costas de Zuwarah, en Libia, por lo que se contactaron con la guardia de ese país por radio, teléfono y mail pero no obtuvieron respuesta, a pesar de comunicarles que tenían diez mujeres, cinco menores de edad y un bebé recién nacido. El intento de desembarco en Italia y Malta también resultó fallido, porque no obtuvieron autorización a pesar de que rige el derecho internacional humanitario naval para estos casos.
Ribbeck también lamenta que la semana pasada hayan recibido un aviso de un naufragio con 50 personas en el mar Mediterráneo, que hasta el momento no han podido localizar y estima han desaparecido. "Esto ocurre muy seguido, porque a pesar de que en 2015 y 2016 hubo crisis de inmigrantes, antes había más organizaciones rescatistas particulares", dice el director que tiene a cargo a los ocho navegantes y nueve voluntarios del Alan Kurdi.
"Sea-Eye es la única organización legal y estratégicamente preparada para las actividades de rescate en el Mediterráneo", cuenta Ribbeck. "Hasta mediados de 2018 teníamos dos barcos, con los que pudimos rescatar desde 2015 más de 14.700 africanos. Sólo este año con un barco pudimos salvar a 17 más los 64 de ahora", agrega.
A pesar de que el tiempo apremia para tomar decisiones, Ribbeck habla tranquilo con LA NACION transmitiendo la esperanza de que en altamar el barco con toda la tripulación llegue al puerto de Lampedusa, donde planean poder desembarcar en tierra o en botes de menor calado, si pueden superar las pésimas condiciones climáticas que se prevén en la zona de navegación.
-¿Y si eso no es posible que van hacer?
-No sabemos.
Cómo seguir las novedades del tema
La cuenta oficial de Sea-Eye en Twitter postea imágenes y novedades de lo que se vive a bordo del buque. En una de las últimas publicaciones informaron: "Hace frío y el clima empeora. Mujer y niños están bajo las mantas. La mayoría de los hombres, sin embargo, duermen a cielo abierto. Sus peores horas de vida ya pasaron. Nosotros los cuidamos ahora".
Es ist kalt und das Wetter wird schlechter. Frauen und Kinder sind unter Deck. Die meisten Menschen schlafen jedoch unter freiem Himmel. Sie haben die schwersten Stunden ihres Lebens hinter sich. Wir geben jetzt auf sie acht. #saveLives auf https://t.co/K9VBQ4Q6TXpic.twitter.com/wW1yxIt6yP&— sea-eye (@seaeyeorg) 3 de abril de 2019
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