Coronavirus. "Me da seguridad": la experiencia de los argentinos vacunados en el país que más rápido avanza
"Si tuviese que describir el proceso de vacunación en pocas palabras, diría que es muy organizado", cuenta Claudia Oppenheimer, una argentina-israelí que es una de las 1,85 millones de personas que ya recibieron la primera dosis de la vacuna de Pfizer y BioNTech contra el coronavirus. Mientras enfrenta un aumento de casos y nuevas restricciones para contenerlo, Israel, con una población de 9 millones, lleva la delantera en la carrera de la vacunación medida per cápita (21,38 inoculados casa 100 habitantes).
La vacuna está destinada, por el momento, al personal de salud, las personas de riesgo y a los mayores de 60 años. Tal es el caso de la argentina Silvia Szwarcbord, de 65 años, que recibió la vacuna junto a su esposo. "Nos vacunamos en colegios en donde armaron carpas enormes divididas por cuartos. En cada cuarto había dos enfermeras. Nos sentaron y nos mostraron lo que nos iban a poner", dijo Sizwarcbord. "En cinco minutos estábamos afuera", señaló.
Quienes quieran recibir la dosis, deben comunicarse de forma online o telefónica con los centros de salud o solicitarlo por medio de sus obras sociales. "Tuvimos que inscribirnos, pero enseguida ya teníamos turno para la primera y para la segunda dosis", explicó Szwarcbord a LA NACION.
La aplicación de la vacuna Pfizer se basa en dos dosis con tres semanas de diferencia entre ambas. El gobierno del premier Benjamin Netanyahu -cuyo futuro político podría depender del éxito del programa de vacunación- apunta a llegar a 150.000 dosis diarias durante 30 días para alcanzar a un total de 2,25 millones de personas vacunadas con ambas dosis para fines de enero, un 25% de la población israelí. El lunes de la semana pasada se aplicaron alrededor de 125.000 vacunas, el mayor número hasta el momento. La campaña de vacunación empezó el 19 de diciembre pasado, y medido en porcentaje de población Israel casi duplica al país que le sigue en la lista, Emiratos Árabes Unidos (11,8%), según la información recopilada por Our World in Data.
Israel cuenta con un sistema de atención médica digitalizado. Cada ciudadano debe registrarse en una de las cuatro organizaciones para el mantenimiento de la salud (HMO, por sus siglas en inglés). Estas redes le permiten al gobierno distribuir la vacuna de una forma eficiente, con centros de vacunación funcionando los siete días de la semana, casi las 24 horas del día. Inclusive algunos funcionan en Shabat, un día en el que la mayoría de los servicios israelíes cierran.
La argentina con nacionalidad israelí Claudia Oppenheimer vive a unos 15 kilómetros de Tel Aviv. Se aplicó la vacuna hace casi dos semanas y admite haber tenido "algún tipo de temor" antes de vacunarse porque es alérgica. "Estuve en un sector para quedarme sentada unos 20 minutos, para ver si tenía algún tipo de reacción adversa. No tuve ni fiebre ni dolor por el pinchazo. Nada que pudiera decir que fue una mala experiencia", contó, y agregó que todo estaba preparado para enfrentar cualquier eventualidad.
"Tengo 33 años, mi marido 30 y mi suegra, 54. Los tres nos vacunamos", dijo Violeta Tarruela, que vive en Israel desde hace cinco años y medio. A pesar de no ser parte de los grupos habilitados hasta ahora para recibir la vacuna, pudo recibir una dosis. Es que las vacunas que se descongelantienen que ser utilizadas para que no pierdan su vigencia. Cualquier israelí, a pesar de ser joven y saludable, puede dirigirse a su centro más cercano a recibir las vacunas disponibles. "Al final del día sobran vacunas descongeladas, que si no se usan se echan a perder. Entonces llaman a la gente de cualquier edad [para aplicarla]", señaló Tarruela.
"Eran 100 personas esperando y todo estaba organizado para que no hubiera demoras. Dijeron que a las 9 de la noche se iban las enfermeras porque no daban más, pero como todavía quedaba gente esperando se quedaron", señaló.
Las autoridades de Israel afirman que donarán las vacunas sobrantes una vez que su población entera esté inmunizada. Por ahora, las dosis son solo para los ciudadanos israelíes.
Los menores de 16 años de momento no reciben la vacuna. Tampoco quienes ya hayan tenido coronavirus, aclaró Tarruela. "Mi suegro ya tuvo coronavirus, entonces no lo vacunaron. Cuando llegás al lugar te hacen todo tipo de preguntas, las típicas de cuando te hacés una consulta médica".
"El deseo de vacunarse fue mucho mayor de lo que el gobierno esperaba", contó Mabel Sapollink Krawcyk, argentina viviendo en Israel hace 18 años, que se vacunó por ser parte del personal de salud. Dado que la vacunación no es obligatoria, Sapollink Krawcyk explica que invitan a una persona del grupo indicado por teléfono, y que el gobierno israelí organizó una campaña publicitaria para incentivar la aplicación. "Hubo mucho temor de que la gente no respondiera", sentenció.
La información fue clave para generar seguridad en la población respecto a la vacunación. "Acá se habló mucho de la Pfizer, que recibió el permiso de la FDA [Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos]", dijo Silvia Szwarcbord. Volver a viajar y reencontrarse con seres queridos es un plus. "Me da seguridad este país, la vacuna en sí, pero además como quiero viajar el mes próximo a la Argentina, quiero estar cubierta", añadió Tarruela.
Israel decretó el martes pasado su cuarto confinamiento por la rapidez con la que se propaga el virus. Esta vez, el aislamiento incluyó el cierre de las escuelas y los comercios no esenciales, y se limitó a cinco personas, el máximo permitido para reuniones en espacios cerrados y diez al aire libre. Además se prohibió alejarse a más de un kilómetro de la vivienda. Hasta el momento, el país registra 504.888 contagios y 3723 muertes por Covid-19, según los datos recopilados por la Universidad Johns Hopkins.
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