May remodeló su gabinete para intentar salvar su gobierno
La premier necesita la unión de su partido para obtener respaldo en las negociaciones del Brexit
LONDRES.- La primera ministra británica, Theresa May, volvió a nombrar ayer a buena parte de su gabinete, pero también sumó a un rival de su partido con la intención de unir a los conservadores después del desfavorable resultado en las elecciones legislativas del jueves.
La líder de 60 años dijo que priorizó la experiencia en su partido al elegir como ministro de Agricultura a Michael Gove, con quien tuvo muchos encontronazos cuando ella era ministra del Interior.
Tras perder la mayoría absoluta en el Parlamento en unas elecciones que no estaba obligada a convocar, May necesita unión en su partido para obtener respaldo en las negociaciones para el Brexit y llegar a un acuerdo con un pequeño partido de Irlanda del Norte que le permita mantenerse en el poder.
"Lo que estoy haciendo es avanzar con el trabajo inmediato. Y creo que eso es lo importante, lo que la gente espera. El pueblo quiere ver un gobierno que brinde certidumbre y estabilidad", sostuvo May.
La primera ministra formó su gabinete pese a que los conservadores solamente obtuvieron 318 escaños en la Cámara de los Comunes, ocho menos que lo necesarios para lograr la mayoría. Los laboristas, que son el principal partido opositor, logró 262 puestos.
May confirmó a buena parte de los ministros de su gabinete previo, en un aparente cambio de planes respecto de la idea de separar de sus cargos a quienes no eran considerados leales. La premier nombró como jefe de gabinete y de facto viceprimer ministro a Damian Green, hasta ahora titular de la cartera de Trabajo, un estrecho colaborador.
El sucesor de Green en el Ministerio de Trabajo es Davis Gauke, antes en un alto cargo del Ministerio de Finanzas. Por su parte, el puesto de Gauke lo asumirá la cuestionada ministra de Justicia, Liz Truss. David Lidington, el presidente de la Cámara Baja, será a partir de ahora el nuevo ministro de Justicia.
En tanto, el líder opositor, Jeremy Corbyn, dijo que sigue teniendo opciones de ser primer ministro pese a que el Partido Laborista no es una opción para lograr una coalición mayoritaria. Corbyn sostuvo que podría hacer falta convocar nuevas elecciones este año o a comienzos de 2018.
La agitación política se da mientras Gran Bretaña se prepara para iniciar el 19 de junio las negociaciones sobre los términos de la salida de la Unión Europea (UE), en conversaciones de una complejidad sin precedente que deberían terminar a fines de marzo de 2019, cuando abandone el bloque.
La única esperanza de May para formar gobierno es lograr el respaldo del Partido Unionista Democrático (DUP, por su sigla en inglés), que consiguió 10 escaños. La funcionaria busca un denominado acuerdo de confianza y suministro, en que el DUP respaldaría a los conservadores en votaciones clave, pero no se uniría a una coalición formal.
Ayer, el DUP no trabajó ni negoció con los conservadores por razones religiosas, pero funcionarios de ambas partes informaron que hoy habrá una reunión, mientras que la líder de la organización Arlene Foster dijo que se encontraría mañana con May.
El DUP "actuará según el interés nacional", dijo Foster, y agregó: "Queremos hacer lo que es justo para toda Gran Bretaña".
Las primeras conversaciones entre ambos partidos fueron definidas como "positivas" por Foster, pero los detalles del acuerdo de principios serán definidos en las reuniones posteriores.
"El diálogo continuará la semana próxima para trabajar sobre los detalles y para alcanzar un acuerdo sobre disposiciones para el nuevo Parlamento", dijo Foster.
Según el ministro de Defensa, Michael Fallon, el acuerdo de gobierno con el DUP sería sólo en "grandes temas", como economía y seguridad, tras admitir: "No pensamos igual en cada cosa".
En el referéndum del año pasado, DUP fue favorable al Brexit, y en ese sentido pareciera ser un aliado natural del Partido Conservador. Pero, por otra parte, ha sido enfático en su posición de que no haya cambios mayores en la situación de la frontera entre el territorio británico de Irlanda del Norte y la República de Irlanda, que forma parte de la UE.
Irlanda del Norte teme que el reforzamiento de los controles en la futura frontera externa de la UE traiga desventajas económicas y aumente el peligro de que se reavive el conflicto histórico entre republicanos proirlandeses y unionistas probritánicos.
May, en cambio, ha convertido el control de las fronteras británicas en el principal objetivo de las negociaciones sobre la separación de Gran Bretaña de la UE, que deberán comenzar el 19 de junio, y está dispuesta a perder como consecuencia de ello la adhesión al mercado único europeo y a la unión aduanera.
Pero el DUP, además, es contrario al partido de May en temas puntuales, como el matrimonio entre personas del mismo sexo y el aborto.
De hecho, Irlanda del Norte es el único territorio británico donde el aborto es aún ilegal. Y es que los valores religiosos siguen teniendo un papel muy importante dentro del partido, que tiene una gran base de apoyo entre los protestantes de la región.
El DUP, el partido que tiene la llave
Mantener la frontera
El norirlandés Partido Unionista Democrático (DUP) podría apoyar a May, pero mantiene diferencias. Ha sido enfático en su posición de mantener una frontera "tan fluida y sin fricciones" como sea posible con Irlanda
Valores religiosos
El DUP cuenta con una gran base de apoyo entre los protestantes y mantiene una postura ultraconservadora con relación a temas sociales
Vínculos violentos
En el pasado fue muy criticado por sus vínculos con grupos paramilitares violentos leales a la corona británica y enemigos del IRA
Agencias Reuters, ANSA y DPA