Máxima tensión en Perú: miles de manifestantes viajan a Lima y elevan la presión sobre Boluarte
Desde todas las regiones del país se dirigen a la capital para dos días de protestas; la presidenta pidió que sean en “paz y calma”
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LIMA.– La tensión crecía este martes en Perú mientras miles de manifestantes comenzaban a llegar a Lima para tomar parte de la marcha convocada entre mañana y pasado con objeto de potenciar los reclamos contra el gobierno de Dina Boluarte, que se ofreció a dialogar con los manifestantes.
Oficialmente denominada “Marcha de los Suyos” (los cuatro puntos cardinales según la tradición inca), los organizadores también se refieren a la manifestación como “la toma de Lima”, una expresión más inquietante para el gobierno de Boluarte, quien llamó a la calma para que la protesta transcurra de manera pacífica.
“Sabemos que quieren tomar Lima por todo lo que está saliendo en las redes el 18 y 19, yo los llamó a tomar Lima, sí, pero en paz en calma. Los espero en la casa de gobierno para poder dialogar sobre las agendas sociales que tienen”, dijo la mandataria. Pese a mostrarse receptiva, Boluarte considera que la agenda política que plantean los manifestantes es “inviable” desde el Ejecutivo.
Se teme que la movilización derive en nueva violencia, sumando más muertos a los al menos 42 que se contabilizan desde las primeras protestas contra la asunción de Boluarte como presidenta del país, en diciembre, en reemplazo del destituido Pedro Castillo, de quien era vicepresidenta.
Los manifestantes, que exigen la renuncia de Boluarte –considerada una traidora al socialismo que representaba Castillo– y la liberación del expresidente, en prisión por rebelión, marchan hacia la capital pese al estado de emergencia que rige desde el 15 de enero y por 30 días en las regiones de Lima, Cusco, Puno y Callao, que prevé intervenciones mixtas policiales y militares, restricciones a la libre circulación dentro del país y suspensión de la inviolabilidad del domicilio.
Los bloqueos de rutas siguen dando la pauta del ritmo de las protestas. Este martes había bloqueados 94 tramos de caminos por manifestantes en ocho de las 25 regiones del país. “Bloquear carreteras o no permitir que ingresen estos camiones que llevan gas o combustible, sale de la protesta pacífica”, dijo Boluarte, y señaló que la policía despejaría los cortes. Por lo pronto, las fuerzas de seguridad liberaron los tramos bloqueados de la Panamericana Norte.
Un grupo de campesinos de la ciudad de Andahuaylas fue de los primeros en llegar en camiones y autos a Lima, y se concentró en la Plaza Manco Cápac. Habían salido el domingo desde esa localidad del sur, uno de los epicentros de las manifestaciones, donde recolectaron dinero y luego debieron sortear controles policiales.
“En las comunidades, cada cual donó uno o dos soles (entre 25 y 50 centavos de dólar). Con ese dinero llegamos a Lima”, dijo uno de los líderes de la marcha, Abdón Félix Flores Huamán. “Ya nos bloquearon arriba (de la montaña). Nos revisaron todos, nos hicieron abrir los bolsos, pero tenemos las manos limpias”, comentó este campesino de 30 años, diplomado también en Sociología.
Caravanas
Desde Cusco, grupos de campesinos en ómnibus y camiones partieron la noche del lunes hacia la capital, situada 1100 km al norte. Hubo movilizaciones similares desde la cercana región de Puno.
Además de la renuncia de Boluarte, los manifestantes piden elecciones inmediatas y convocatoria de una Asamblea Constituyente. El gobierno ya rechazó todas estas peticiones.
Boluarte lamentó que las demandas de una Asamblea Constituyente son “un pretexto para seguir bloqueando carreteras y seguir quebrantando la institucionalidad del país”, porque la consecución de estos avances no se da “de la noche a la mañana”.
Según las autoridades, los manifestantes están “manipulados” y “financiados por la minería ilegal o el narcotráfico”. Tanto Boluarte como su primer ministro, Alberto Otárola, insisten en que se “ingresó armamento desde Bolivia” para equipar a los manifestantes.
Pese a la presencia detectada de grupos radicalizados, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) no halló durante una visita al país indicios de que el grueso de los manifestantes respondan a “algún tipo de organización”, como afirma el gobierno.
“No encontramos algo que dijera que están respondiendo a algún tipo de organización, sino una manifestación auténtica de un descontento por el abandono que esa región (Puno) ha tenido históricamente”, dijo el jefe de la comitiva de la CIDH, Stuardo Ralón, a quien le tocó visitar Juliaca, la ciudad que más muertos acumula en lo que va de la crisis.
Para Ralón, lo que hay en Juliaca es “una manifestación auténtica por el abandono” que vive la ciudad, a la que la clase política ofrece “muchas cosas” en épocas electorales, pero “no cumple”. Y añadió que la región “pareciera estar muy desconectada, digamos en un nivel de pobreza muy distinto al de la capital”.
Agencias AFP y ANSA
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