Mauricio García Villegas: "El pedido de perdón de la guerrilla llegó demasiado tarde"
El jurista y politólogo colombiano sostuvo que fue un "error" celebrar la paz antes de tiempo
El jurista y politólogo colombiano Mauricio García Villegas visitó el país para participar de un seminario sobre el proceso de paz en Colombia invitado por la Universidad Torcuato Di Tella. "La guerra está suspendida, pero latente", alertó. En una entrevista con LA NACION, analizó las causas del triunfo del no en el plebiscito, además de advertir sobre la fragilidad del arduo camino hacia la paz.
-¿Qué razones influyeron en el resultado del plebiscito?
-Creo que fue un error que las partes pasaran tantos años tratando de ponerse de acuerdo sobre el texto final subestimando otras cosas que a mi juicio eran muy importantes.
-¿Cuáles?
-Legitimar el proceso de paz, que las FARC salieran a limpiar su imagen ante la opinión pública. En Colombia hay mucho resentimiento contra la guerrilla, las heridas provocadas por las atrocidades que cometieron son muy profundas. Creo que el pedido de perdón de las FARC llegó demasiado tarde.
-¿Cree que las FARC cambiaron durante el proceso de paz?
-Una negociación de cuatro años generó una voluntad de paz en las FARC. El diálogo produjo una gran transformación en la guerrilla, sus líderes desmontaron esa visión demoníaca que tenían del gobierno.
-¿Cuál será la reacción de la oposición ante el nuevo acuerdo?
-Es la gran incógnita. Seguramente una parte va a volver a oponerse, como el ex presidente Álvaro Uribe, que insistirá en que el plebiscito fue a su favor, y reclamará reformas más sustanciales.
-¿En qué puntos del acuerdo habrá más resistencia?
-Hay dos puntos que generaron mayor desacuerdo: la elegibilidad política de los guerrilleros, a la que se oponen, y la restricción efectiva de la libertad para los guerrilleros. Persiste la pregunta sobre cómo van a reaccionar. Uribe ya dijo que este nuevo acuerdo no es definitivo, que aún hay que darle otra vuelta.
-¿Corre riesgo de bloquearse el proceso de paz?
-Es un avance muy frágil, porque en cualquier momento puede pasar algo que destruya el proceso. El primer riesgo es que haya un incidente bélico y mueran muchas personas. La guerra está suspendida, pero latente.
-¿Qué papel juegan las elecciones presidenciales de 2018?
-Su proximidad es un factor perturbador para el proceso de paz. Algunos suponen que Uribe quiere dilatarlo hasta que se vuelva parte del debate presidencial. Pero el gobierno de Juan Manuel Santos tiene afán de que se resuelva pronto. Los incentivos en materia de tiempos son inversos en ambos casos.
-¿Cómo evaluó la asistencia de la comunidad internacional durante la firma del acuerdo?
-El gobierno se equivocó en suponer que si celebraba ese evento en Cartagena como si fuera el fin del proceso podía fortalecer su posición en la consulta. Pero logró lo contrario: creó una sensación de arrogancia ante la opinión pública, porque dieron las cosas por terminadas. Celebrar la paz antes de tiempo fue un error, lo deberían haber hecho después. No sé si para ganar, pero eso aumentó los votos del no por sentirse excluidos e ignorados.
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