La masacre de los mormones en México: cómo escaparon los niños que sobrevivieron
GALEANA.- México aún no sale de su conmoción trasla matanzade nueve miembros de una familia mormona mexicana-estadounidense, entre ellos varios niños, pero comienzan a conocerse los detalles del crimen, que ocurrió en el norte del país, que involucra al narcotráfico y que provocó la intervención del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
En medio de las versiones que intentan explicar lo ocurrido el lunes pasado (las más fuerte de ellas apunta que los narcotraficantes confundieron los vehículos en los que se trasladaban las tres mujeres con sus seis hijos con los de una banda rival), se brindaron detalles sobre cómo hicieron los demás menores para escapar de la violencia y sobrevivir.
En total pudieron escapar con vida de la emboscada ocho niños, algunos de ellos bebés. ¿Cómo lo hicieron? Con varias estrategias. Algunos lograron esconderse entre la maleza. Otros caminaron por kilómetros en busca de ayuda. Unos pocos tan solo tuvieron suerte, como el bebé que fue escondido por su madre en el suelo de su camioneta Suburban ante la agresión de los tiradores.
Según el relato de una de los familiares, Kendra Miller, Devin Blake Langford, de 13 años, fue uno de los pocos que no sufrió heridas y enseguida se hizo cargo de la situación, llegando a caminar 22,5 kilómetros de regreso a La Mora, donde queda su casa, para pedir ayuda.
"Después de presenciar cómo su madre y sus hermanos morían baleados, Devin escondió a sus otros seis hermanos entre los arbustos y los cubrió con ramas para mantenerlos a salvo mientras iba a buscar ayuda", contó Miller. "Como tardaba mucho en regresar, su hermana de 9 años dejó a los otros cinco" y se marchó a pedir auxilio.
La niña, Mckenzie Rayne Langford, caminó por horas a oscuras y fue encontrada recién después de que los demás fueron rescatados. Por un momento, fue dada por desaparecida.
En total, los niños estuvieron solos desde cerca de las 13, cuando comenzó la emboscada, hasta alrededor de las 19.30, cuando fueron socorridos. Al ser hallados, Cody Greyson Langford, de 8 años, tenía un disparo en la mandíbula y sangraba. Otra de las niñas tenía varios balazos en el pie y en la espalda.
Entre los fallecidos había una mujer, sus mellizos de ocho meses, su hija de 10 años y otro hijo de 12. También otra madre, que yacía tendida en el asiento delantero de otro Suburban junto a los cuerpos baleados de sus hijos de 11 y 2 años; y una tercera, cuyo cuerpo baleado apareció a unos 15 metros de su coche, en la montañosa zona de Sonora.
Ante la gravedad de sus pronósticos, las autoridades mexicanas decidieron llevar a los cinco menores heridos a un hospital en Estados Unidos en un helicóptero militar. En el momento del traslado estaban "estables", según las autoridades médicas del estado de Sonora. Los otros tres que salieron ilesos quedaron a cargo de familiares en la pequeña comunidad de La Mora.
Detenido
Según lo publicado por la cadena de noticias CNN, un sospechoso fue arrestado ayer por los crímenes. La Agencia Ministerial para la Investigación Criminal publicó en su página oficial de Facebook que detuvo a una persona que portaba varios rifles de asalto y armas de alto calibre en las colinas de Aguaprieta, Sonora.
Asimismo indicaron que esta persona, cuyo género no fue especificado, estaba reteniendo a dos rehenes atados y amordazados.
La masacre
Tres mujeres y seis menores fueron asesinados el lunes cuando miembros de un cártel emboscaron sus camionetas en una carretera sin pavimentar y las destrozaron a balazos e incluso con fuego.
Al parecer, los asesinos eran miembros del cártel de Juárez y de su brazo armado, La Línea, cuyos miembros entraron al territorio del cártel de Sinaloa y establecieron un puesto de avanzada armado en una colina y una emboscada carretera arriba. Juárez aparentemente quería enviar el mensaje de que controlaba la ruta a Chihuahua. En este panorama fue en el que adentraron las madres estadounidenses en sus tres camionetas.
Las víctimas vivían en el estado de Sonora, a unos 110 kilómetros al sur de Douglas, Arizona, en la comunidad de La Mora, que se fundó hace décadas por una escisión de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Muchos residentes de la localidad se identifican como mormones pero no están afiliados a ninguna iglesia.
Todas las víctimas estaban aparentemente relacionadas con la familia LeBarón de Chihuahua, cuyos miembros llevan años enfrentados a los narcotraficantes. Benjamín LeBarón, un activista contra el crimen que creó los patrullajes vecinales contra los cárteles en la localidad, fue asesinado en 2009.
Los presidentes
Tras la noticia, Trump ofreció por Twitter ayuda a México para relanzar la "guerra" contra los cárteles de la droga. "Este es el momento para que México, con la ayuda de EEUU, declare la guerra a los cárteles de la droga y los borre de la faz de la Tierra. ¡Simplemente esperamos una llamada de su nuevo gran presidente!", escribió el mandatario.
Pero durante su conferencia de prensa diaria, el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, descartó que su gobierno busque una guerra con los grupos criminales. "En eso no coincidimos, los que tienen esa manera de pensar, se les respeta, pero no va de acuerdo con nuestras convicciones, lo peor que puede haber es la guerra (...) La guerra es sinónimo de irracionalidad", dijo.
Agencias AP y AFP
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