Marta Luisa, la princesa de Noruega que abandonó sus funciones reales por su novio chamán: cómo reaccionaron sus padres a la decisión
Los reyes Harald y Sonia lamentaron que su hija dejara de representar a la familia real, pero dijeron que se pusieron de acuerdo es “no estar de acuerdo”; la reina dijo que “los estadounidenses no tienen idea” sobre monarquías, en referencia al chamán Durek Verrett
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OSLO.- Noruega sigue digiriendo la noticia. El pasado 8 de noviembre, la princesa Marta Luisa oficializó la renuncia a sus funciones reales para centrarse en su negocio de medicina alternativa con su prometido, el chamán Durek Verrett, y sus padres manifestaron públicamente su reacción.
“La princesa [...] renuncia a su papel en la realeza [...] y no representará a la Casa Real a partir de ahora”, indicó el Palacio en un comunicado el 8 de noviembre. Sin embargo, “de acuerdo con los deseos del rey, la princesa mantendrá su título”.
El rey Harald, que habló después con la prensa junto a la reina Sonia, dijo que “lamentaba” que la princesa dejara de representar a la familia real. “Hemos acordado no estar de acuerdo”, dijo aquel día.
“Es nuestra hija y lo seguirá siendo. Así que es la Princesa Marta Luisa. Pero me da pena porque era muy buena en su función”, expresó el rey.
Por su parte, Sonia apuntó hacia Durek y su origen: “Los estadounidenses no tienen idea de lo que es un reino. Entonces, no es de extrañar que [Durek] no se dé cuenta”.
“Pensó que podía hacer lo que quisiera sin comprometernos en absoluto”, dijo la reina sobre su yerno, aunque luego matizó las declaraciones al decir que “es un gran hombre y es muy divertido estar con él”.
En un tono más tranquilo, Sonia agregó: “Incluso si no estamos de acuerdo en las cosas, estamos felices el uno con el otro. Tengo la sensación de que la familia ahora está muy unida entre sí de una manera nueva y agradable”.
Una pareja espiritual
La relación de la princesa de 51 años con Durek Verrett, un popular gurú de Hollywood, causó gran revuelo en Noruega después de que el hombre, “un chamán de sexta generación”, sugiriera en su libro Spirit Hacking que el cáncer era una opción.
Un sondeo realizado en septiembre reveló que 17% de los noruegos tiene ahora una mala opinión de la familia real, generalmente popular, y casi todos citan a la princesa y al chamán como la razón.
Marta Luisa, que afirma que puede hablar con los ángeles, renunció en 2002 al título de “Alteza Real” cuando decidió trabajar como clarividente.
En 2019, la madre divorciada de tres hijos acordó no utilizar su título de princesa en sus actividades comerciales. Pero desde que se comprometió con Verrett en junio, la creencia de la pareja en las terapias alternativas, que a menudo aparece en sus canales de redes sociales, desconcierta en Noruega.
En un video publicado en Instagram, la princesa dijo que se retiraba “para que la calma regrese a la Casa Real”.
Según el acuerdo anunciado este mes, la pareja se abstendrá de cualquier asociación con la familia real en sus canales de redes sociales, producciones mediáticas y actividades comerciales.
“Con ello se pretende trazar una línea divisoria que separe más claramente la actividad comercial de la Casa Real de Noruega”, detalló el palacio.
El comunicado indica que la familia real tiene “gran confianza en el servicio de salud noruego y en las autoridades sanitarias noruegas”, y subraya la importancia de “los conocimientos médicos establecidos y la investigación científica”.
En el mismo comunicado, Marta Luisa afirmó ser “consciente de la importancia del conocimiento basado en la investigación”.
“Sin embargo, también creo que hay componentes de una buena vida y una sólida salud física y mental que quizá no sean tan fáciles de resumir en un informe de investigación”, destacó.
“La espiritualidad, la intimidad con otras personas y animales, el yoga y la meditación” podrían ser complementos importantes, al igual que “una mano cálida, una aguja de acupuntura y un cristal”, indicó.
Dijo que consideraba importante “distinguir entre mi persona privada, por un lado, y como miembro de la familia real, por otro”, y esperaba que sus opiniones personales fueran tratadas como propias “sin que otros tuvieran que responder por ellas”.
El palacio precisó que una vez que la princesa y Verrett se casaran, Verrett se convertiría en un miembro de la familia real, pero no tendría un título ni representaría a la monarquía.
Agencia AFP
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