Marivent, el imponente palacio de verano en Mallorca que los reyes españoles abrieron por primera vez al público
Felipe VI y Letizia, acompañados de la reina emérita Sofía, trasladaron la cena oficial en Palma a los exteriores de su residencia de verano, donde recibieron a unos 300 invitados de todos los espectros de la sociedad balear
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PALMA DE MALLORCA.- Embebido en un bosque mediterráneo entre pinares marinos y garrigas, el edificio principal del palacio de Marivent con su escalinata de piedra ha sido durante años el escenario recurrente donde se fotografiaba a los miembros de la familia real española en sus vacaciones en Mallorca. El retrato, menguante año tras año, compartía protagonismo con las instantáneas ante el imponente palacio de las personalidades que visitaron a los reyes Juan Carlos y Sofía durante años en la residencia de verano: desde unos jóvenes Carlos y Diana de Inglaterra a la entonces primera dama norteamericana Michelle Obama, que regresó a Estados Unidos con unas semillas del huerto familiar como recuerdo.
A todas esas imágenes se sumará desde este año la fotografía de la cena oficial que los reyes Felipe VI y Letizia han ofrecido este jueves 4 de agosto a más de 300 invitados que, por primera vez, han podido disfrutar de las zonas de Marivent que permanecen siempre cerradas al público.
Al atardecer, con la humedad y el calor reinando en el ambiente, los reyes, acompañados por la reina emérita Sofía, han presidido la recepción de los asistentes en la enorme explanada que da acceso a la residencia real de verano. Sobre las 20.30 comenzó el desfile de invitados, que llegaron en ómnibus especialmente habilitados para trasladar a los convocados desde la cercana base naval de Porto Pi.
Peinados de peluquería, bolsos de mano, tacones imposibles, trajes de chaqueta y trajes militares pasaron por el recinto para estrechar la mano de Felipe, Letiza y Sofía. Una mezcla de gente dispar, con la asistencia desde representantes políticos, activistas de entidades y asociaciones solidarias hasta deportistas, artistas y personajes habituales de la sociedad mallorquina. También a personajes destacados del mundo de la música, el cine, las artes y la moda.
La cena oficial este año estuvo a cargo del chef Santi Taura, cocinero con una estrella Michelin al frente del restaurante Dins, en Palma. Elaboró un menú basado en la cocina tradicional de las islas baleares, centrado en el producto de temporada y de proximidad.
Los aires de cambio del escenario habitual han llegado este año forzados por las consecuencias de la pandemia, que suspendió esta ya tradicional cena los dos últimos veranos, cuando algunos de los actos habituales saltaron de la agenda real para evitar la exposición al virus. El salón gótico del palacio de La Almudaina de Palma, un enorme espacio de muros de piedra decorado con amplios tapices, no parecía el lugar adecuado este verano para concentrar a cientos de invitados en un ambiente cerrado con la pandemia aún activa.
Por eso, los reyes decidieron recuperar la invitación en una localización al aire libre, que permitiera evitar aglomeraciones y mantener las distancias. El palacio de Marivent, que abre sus jardines con esculturas de Joan Miró al público durante el resto del año, se consideró el mejor escenario para ello.
La historia del palacio
Marivent fue construido mirando al mar en 1923 por el mecenas griego Juan de Saridakis y tras su muerte, en 1963, su viuda lo donó a la comunidad autónoma en los años sesenta para convertirlo en un museo donde exponer sus muebles y las colecciones de arte, que ya no están en el recinto porque fueron reclamadas por uno de los herederos al considerar que se habían incumplido las condiciones de la donación.
En 1978, el heredero de Saridakis renunció a su derecho sobre la propiedad mientras fuera cedido al jefe del Estado o a su sucesor para utilizarlo como residencia en las islas. Alrededor del palacio hay otras edificaciones, como la masía de los posaderos o Son Vent y Son Ventet, que en su día se reformaron y habilitaron para recibir al resto de ramas de la familia real que pasaban las vacaciones de verano en Mallorca.
Convertida en el sello de identidad de la estancia de los reyes en la isla desde 2014, esta heterogénea reunión desterró hace nueve años la protocolaria cena con la que Juan Carlos y Sofía agasajaban cada año, con motivo de sus vacaciones, a un pequeño grupo de la élite política y militar balear. Medio centenar de personas se daban cita entonces en el palacio de la Almudaina en un ágape protocolario y de gala.
Tras la proclamación de los reyes en junio de 2014, el nuevo formato persiguió que ambos ampliaran horizontes y cambiaran el paso, acercándose a tomar el pulso social interactuando con los asistentes al evento, mezclándose entre los grupos, preguntando sobre su actividades e incluso retratándose con ellos.
El último año antes de la pandemia batió el récord de asistentes, con 600 personas, que este 2022 se ha reducido poco más de la mitad.
Como cada año, las ausencias a la cita fueron anunciadas con anterioridad. Representantes de los grupos políticos de Més per Mallorca y Podemos en distintas instituciones publicaron su renuncia a asistir al acto en las redes sociales, mostrando una fotografía de su invitación y rechazando la recepción.
La regidora del Ayuntamiento de Palma, Neus Truyol, afirmó en sus redes sociales que declinaba la invitación por una “profunda convicción republicana” y porque no considera aceptable un jefe de Estado “elegido por genética y no por voluntad popular”. Concluía con la frase “Marivent para el pueblo”. El consejero insular de Podemos, Iván Sevillano, también rehusó la invitación públicamente calificando de “vergonzoso” el reconocimiento “a un señor cuyo padre no ha dado aún explicaciones de sus chanchullos”. Los miembros del PSOE se distanciaron de los posicionamientos de sus socios de gobierno y han acudido al acto.
Lucía Bohórquez
El País, SL
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