Manual para comportarse en un cara a cara con Francisco
Ni abrazos, ni fotos, ni autógrafos, dicen los expertos en protocolo; pero con Bergoglio delante, la formalidad suele ser lo de menos
NUEVA YORK (AP).- Llegó el Papa. ¿Qué hago? ¿Lo abrazo? ¿Me saco una selfie? ¿Hago la reverencia? ¿Qué grado de formalidad se debe adoptar con un hombre que agarra el teléfono para llamar a la gente común y hace que el repartidor de pizzas se las lleve hasta el papamóvil? Estos son algunos consejos de expertos en estas visitas VIP, gente de protocolo que pasa meses planeando hasta el último detalle.
¡No abrace al Papa! O tal vez sí
Para la última visita papal a la ONU, en 2008, las instrucciones eran claras: nada de abrazar a Benedicto XVI. Es más, durante una ronda de recibimiento con el personal de la ONU, Benedicto estuvo parado sobre una plataforma de 20 centímetros que lo mantenía fuera de alcance. Pero la estrategia fracasó de inmediato. "El primero que lo pasó a saludar se subió a la plataforma y lo abrazó", dice Alice Hecht, directora de protocolo de la ONU en aquel entonces. Y según Hecht, en una visita papal anterior a esa, alguien incluso se subió a la plataforma de la Asamblea General para abrazarlo. Según Hecht, lo que se intenta hacer es crear una zona protegida, "aunque, en realidad, uno nunca sabe." Larry Dunham, ex subjefe de protocolo del Departamento de Estado, dice que él en lo personal evitaría abrazar a Francisco. "Pero entiendo que la gente puede verse superada en una situación de ese tipo", añade.
¿Qué le digo?
"Si tuviese que saludar al Papa, probablemente me mantendría a un brazo de distancia", dice Gary Biggs, ex funcionario de protocolo del Departamento de Defensa. "Esperaría a que alguien me presente, y me dirigiría a él como «Su Santidad» o «Santo Padre». Si fuese un católico practicante y si él me extendiese su mano, probablemente me inclinaría para besar su anillo. Algunos católicos tal vez también prefieran arrodillarse". Biggs dice que durante una ronda de recibimiento, él desaconseja sacar fotos, pedir autógrafos, entregar regalos y, menos aún, tarjetas de presentación. "No es momento de presentarse a uno mismo", advierte.
¿Y al menos una selfie?
"Las selfies son lo peor. Los celulares son horrendos", dice Leslie Lautenslager, ex subjefa de protocolo del Departamento de Estado. Los teléfonos inteligentes son el más reciente dolor de cabeza en cuestiones de protocolo, porque permiten sacar fotos y compartirlas en apenas un instante. Según los funcionarios de protocolo, antes de intentar sacarse una selfie con el Papa, por lo menos hay que pedirle permiso. "Depende mucho de qué papa sea", dice Hecht. "Tal vez a éste no le moleste."
A los organizadoresde eventos: ¡Que no les pase esto!
¿Hay alguna anécdota de paso en falso protocolar, pontificio o no? Lautenslager responde sin pensarlo dos veces: el caso del sombrero parlante. Hace más de dos décadas, la reina Isabel de Gran Bretaña estaba de visita oficial en Estados Unidos, y debía hablar en el jardín sur de la Casa Blanca. Pero alguien olvidó colocar el pequeño peldaño que se agrega al pie del atril y sobre el que debía pararse. También se olvidaron de la enorme diferencia de altura que separa a la reina Isabel del primer presidente Bush. "La reina Isabel no es nada alta, y era invitada de honor -explica Lautenslager-. Pero ella se mostró muy comprensiva y no lo tomó a mal." Es de esperarse que el relativamente incontrolable papa Francisco haría lo mismo.
¡Qué bueno encontrármelo acá!
Así que ahora que sabemos cómo comportarnos cerca del Papa, ¿cuáles son las posibilidades reales de toparnos con él de casualidad? Bastante remotas. Los encuentros accidentales en reuniones de alto nivel son muy infrecuentes, dice Lautenslager. Está el entorno de seguridad, los policías, el equipo de avanzada, el grupo de protocolo y demás. "Toparse con alguien importante en esos casos es casi imposible."
Traducción de Jaime Arrambide
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