Manejar el aluvión de donaciones, un reto desconocido
El país, al que llegaron millones de dólares, está más acostumbrado a dar ayuda que a recibirla
SÍDNEY.- A los bomberos rurales de Australia, cualquier ayuda les viene bien. Suele vérselos haciendo campaña para reunir fondos en las ferias locales y sus alcancías son fácilmente reconocibles sobre el mostrador de los negocios. Pero ahora tal vez puedan dejar de pasar la gorra por un tiempo.
Mientras los incendios forestales arrasan el territorio australiano, celebridades, grandes empresarios y personas horrorizadas en todo el mundo están volcando decenas de millones de dólares en donativos sobre los servicios contra incendios y otras organizaciones sin fines de lucro de Australia.
Tanta generosidad representa un nuevo desafío para un país más acostumbrado a dar ayuda a naciones necesitadas que a recibirla. De repente, Australia se ve frente al problema de distribuir eficientemente la enormes sumas de dinero y de descifrar las a veces confusas intenciones de los donantes.
"Es un momento trascendente para Australia en lo que a filantropía y ayuda se refiere -dijo Krystian Seibert, miembro del Centro de Impacto Social de la Universidad Tecnológica Swinburne, de la ciudad de Melbourne-. Nunca habíamos vivido algo así".
Una tras otra, celebridades de todo el mundo anunciaron la donación de grandes sumas o la realización de eventos para recaudar fondos. La iniciativa de recaudación por Facebook para el servicio rural contra incendios de Nueva Gales del Sur lanzada por la comediante australiana Celeste Barber ya lleva recogidos más de 34 millones de dólares: se trata de la iniciativa de recaudación que más dinero juntó en toda la historia de Facebook.
Las brigadas contra incendios recibieron donativos de Nicole Kidman y su esposo, Keith Urban, así como del grupo Metallica y Kylie Jenner. Leonardo DiCaprio donó a organizaciones de protección de la vida silvestre. Hay autores que están subastando libros autografiados, músicos que organizan conciertos a beneficio y deportistas, como Serena Williams, que prometieron donar sus ganancias para aliviar las consecuencias del fuego.
"No solemos recibir llamadas de gente que quiere donar más de un millón de dólares", dijo Belinda Dimovski, de la Cruz Roja.
Dimovski señaló que su organización está proveyendo paliativos contra el desastre y que desde el 1° de julio lleva recibidos más de 67 millones de dólares de personas, grupos y empresas. En comparación, durante la sequía del año pasado, recaudaron unos 7,5 millones.
El servicio rural contra incendios de Nueva Gales del Sur también experimentó un aumento exponencial de donativos después de que el mundo fuese testigo de la valiente actuación de los voluntarios australianos convocados para combatir los descomunales fuegos.
Entre mediados de 2017 y mediados de 2018, el servicio recaudó 525.000 dólares, y el mayor donativo individual fue de 17.000 dólares. Ahora, el servicio recibió un flujo de decenas de millones de dólares, a través de las campañas por Facebook y otras fuentes.
Con su campaña por la red social, el objetivo inicial de Barber era recaudar unos 20.000 dólares para ayudar y equipar a las brigadas de Nueva Gales del Sur. "Colaboren como puedan, por favor. Esto es aterrador", decía en su desesperado pedido de ayuda.
Pero ahora que lo recaudado supera 1700 veces el objetivo, la pregunta es si los más de un millón de donantes particulares sabían que estaban colaborando con el servicio contra incendios de un único estado.
Según los expertos legales, lo mejor sería que el servicio rural contra incendios, y no Barber, decida si no es mejor distribuir el dinero recaudado entre varias organizaciones.
"Es un problema, pero de los agradables", dijo el comisionado del servicio rural contra incendios, Shane Fitzsimmons, y agregó que su servicio estaba considerando enviar dinero a los fondos de ayuda a las víctimas y a las brigadas de otros estados. "Trataremos de canalizar el dinero hacia los lugares adonde los donantes tenían la intención de que fuera", afirmó.
Las donaciones recibidas hasta ahora alcanzarían para solventar durante décadas el servicio de Nueva Gales del Sur, que además recibe fondos públicos. Pero eso no aliviaría los efectos inmediatos de la catástrofe.
Expectativa
"Esto plantea un dilema, porque es dinero que llega con determinada intención y expectativa", advirtió Michael Eburn, experto en legislación de manejo de crisis y profesor de la Universidad Nacional Australiana.
El gobierno federal anunció la creación de un fondo nacional de recuperación de los incendios forestales de 1400 millones de dólares y brindó la lista de las entidades de caridad que juntan fondos paliativos. El estado de Victoria le pidió a la opinión pública que done a los grupos que ofrecen alivio "concreto".
Los australianos afectados por el fuego dicen sentirse alentados por la solidaridad que llega tanto de su país como del extranjero. Pero algunos que perdieron sus casas señalaron que hasta ahora recibieron compensaciones mínimas de parte de las agencias de gobierno y de las ONG, por más que el gobierno federal afirme que está procesando las solicitudes en tiempo récord.
Informar a los donantes sobre los distintos destinos posibles de su dinero y orientar esos fondos para que beneficien a quien el donante pretendía ayudar es el mayor desafío que plantea una crisis de alivio ante una catástrofe, según Maurie Stack, director de un estudio jurídico especializado en fundaciones benéficas.
"Para que el dinero llegue a quien lo necesita, hay que tener presencia en el terreno", dijo Stack.
Isabella Kwai - The Washington Post
Traducción de Jaime Arrambide
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