Macron se mantiene como favorito, pero todavía hay tres incógnitas en Francia
El actual presidente tiene el 55,5% de intenciones de voto contra el 44,5% de Marine Le Pen; se anticipa un alto porcentaje de votos nulos o en blanco en un clima de escaso fervor
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PARÍS.– Emmanuel Macron será cómodamente elegido el domingo para un segundo mandato, según los últimos sondeos publicados este viernes en Francia. El presidente saliente obtiene 55,5% de intenciones de voto, mientras la candidata de extrema derecha, Marine Le Pen, reúne 44,5%. Diez puntos de diferencia que, sin embargo, no alcanzan para disipar algunas incógnitas que caracterizan esta elección, que no se asemeja a ninguna otra desde que Charles de Gaulle fundó la Quinta República en 1958, con los mismos finalistas que hace cinco años, pero después de una campaña obstaculizada por la crisis sanitaria y luego atrapada por la guerra de Ucrania.
¿Cuál será la participación?
En marzo, con una campaña que no conseguía despegar, los encuestadores no descartaban que fuera batido el récord de 28,4% de abstención en la primera vuelta de las presidenciales de 2002. Finalmente esa cifra fue del 26,3%. Pero este domingo, existe la posibilidad de que Francia alcance su récord histórico para una segunda vuelta. Según la primera ola de sondeos Ipsos Sopra-Steria publicada el 20 de abril, 79% de electores se declaran “casi seguros” de ir a votar, es decir cinco puntos menos que en 2017. Más allá del contexto —vacaciones, efectos de la crisis sanitaria, etc.—, las razones políticas de esa débil motivación responden a que se trata de la misma opción que en 2017, y al desconcierto de los electores de la derecha y la izquierda tradicionales, cuyos partidos se derrumbaron en la primera vuelta.
Esa realidad debería alimentar otro comportamiento que se abre camino desde hace años: el voto en blanco. Hasta la presidencial de 2012, los votos blancos o nulos eran contabilizados juntos: 4,2% de los inscritos en la segunda vuelta de 2007, 4,7% en 2012. En 2017, aumentaron a 11,5%, entre los cuales 8,5% fueron blancos. Esa distinción respondió a una demanda de los electores que deseaban que los votos en blanco fueran reconocidos oficialmente como un auténtico voto. Y todo permite pensar que este domingo serán todavía más numerosos, sobre todo entre los electores del candidato de extrema izquierda de La Francia Insumisa, llegado en tercera posición en la primera vuelta.
En diciembre de 2018, en plena crisis de los chalecos amarillos, Macron había reconocido la necesidad de una “ley electoral más justa”. Si la desafección electoral, por abstención o voto en blanco, estallara este domingo, el futuro presidente deberá hacer frente a esa reforma lo antes posible.
¿Qué harán los electores de Jean-Luc Melenchon?
Después de que su campeón llegó en tercera posición con 21,95% de los votos en la primera vuelta, los electores de Melenchon jugarán un papel decisivo en el ballottage. Tras la masa de los abstencionistas, ellos constituyen el primer grupo electoral eliminado el 10 de abril.
“El comportamiento de ese electorado de más de siete millones de personas cuenta enormemente. Sobre 100 electores de Melenchon en la primera vuelta, 41 declaran que piensan abstenerse, 39 votarán por Emmanuel y 20 por Le Pen”, observa Frédéric Dabi, director general de Ifop. Y agrega: “Su primer comportamiento traduce una no-decisión entre ‘la peste’ y ‘el cólera’. Pero con una progresión en estos últimos días en favor de Emmanuel Macron”.
La composición de ese grupo electoral constituye una ruptura en relación a 2017, cuando los votantes del candidato de los Insumisos se transfirieron mayoritariamente hacia Macron. Realizado entre el 13 y el 16 de abril, un sondeo entre 310.000 simpatizantes de Melenchon confirmó el debilitamiento del frente republicano que había funcionado bien hace cinco años para obstaculizar la llegada de la extrema derecha al poder. Entre 215.292 participantes a la encuesta, el voto en blanco o nulo llegó primero con 37,65%, después el voto por Macron (33,4%) delante de la abstención (28,96%). Dos tercios de los simpatizantes de Melenchon escogieron blanco o abstención, sólido signo de rechazo al presidente saliente.
Macron apela sin embargo a esa reserva de votos, multiplicando los gestos que podrían convencer. Una estrategia resumida en su meeting de la ciudad portuaria de Marsella, donde mencionó dos veces “el futuro común”, referencia al programa de Jean-Luc Melenchon. También hizo un serio alegato en favor de la ecología, prometiendo nombrar un primer ministro “directamente encargado de la planificación ecológica”, un mensaje dirigido a los ecologistas, que trasladan sus preferencias cada vez más en su favor para el domingo.
¿Podrá Marine Le Pen obtener el voto de todos los electores de derecha y de extrema derecha?
Los electores de Melenchon son también codiciados por Marine Le Pen. No es fortuito si la candidata de la Reunión Nacional (RN) trabajó su imagen para mostrarse cercana a las preocupaciones cotidianas de los franceses e insistió en sus propuestas en materia de poder adquisitivo para hacer frente a la inflación. Durante el debate televisado con Emmanuel Macron, Le Pen insistió en la idea de “devolver el dinero a los franceses”, sobre todo a través de su propuesta de reducir la TVA aplicada a la energía. Marine Le Pen tampoco excluyó estas últimas semanas que, si fuera elegida, formará un gobierno “de unión nacional” con personalidades “de la izquierda soberanista”.
Esa estrategia suscitó una conmoción en la extrema derecha. Hay que “tener cuidado y no hablar exclusivamente a los electores de Jean-Luc Melenchon”, advirtió su sobrina, Marion Marechal, vicepresidenta ejecutiva del partido Reconquista de Eric Zemmour, el candidato ultranacionalista, aun más a la derecha que Le Pen. El expolemista terminó cuatro en la primera vuelta con un pobre escore de 7,07%, es decir con cerca de 2,5 millones de votos. Pero no es en ese sector del electorado que Le Pen tendrá la mayor dificultad para movilizar: “La transferencia de votos es satisfactoria entre los electores de Zemmour. Obtiene ocho de cada diez″, señala Frédéric Dabi.
Marine Le Pen no conseguiría, por el contrario, su otro objetivo: realizar “la unión de todas las derechas”. Apenas 20% del electorado de Los Republicanos (LR), la derecha neogaullista de la candidata Valérie Pecresse, piensa votar por ella. Más de la mitad se dispone a hacerlo por Macron, según anunció el fundador del movimiento y expresidente, Nicolas Sarkozy.
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