Macron pone en marcha la transición en un clima de urgencia
Se reunió con Hollande y anunció que su primer viaje será a Berlín; hay una ola de especulaciones sobre quiénes integrarán el gabinete; las legislativas, en la mira
PARÍS.- Apenas 15 horas después de haber recibido el mandato de 20,7 millones de franceses para dirigir el país durante los próximos cinco años, el presidente electo Emmanuel Macron se consagró ayer a sus primeras obligaciones protocolares, a organizar el calendario para asumir el poder y a preparar la formación de su gabinete. Francia se convirtió así en una caldera de versiones, alimentada por los nombres de posibles candidatos a ocupar el cargo de primer ministro y los principales puestos del gabinete.
A primera hora de la mañana, invitado por el presidente François Hollande , Macron asistió, en el Arco de Triunfo, a la conmemoración de la victoria aliada sobre el nazismo en 1945. Muchos franceses interpretaron su presencia en esa ceremonia como símbolo de su elección frente a Marine Le Pen , candidata del Frente Nacional (FN), de extrema derecha.
Inmediatamente después se encerró en su cuartel general de campaña con su equipo para preparar la transición. En Francia, donde el presidente electo no tiene ningún estatus especial y tampoco cuenta con la menor cooperación oficial, Macron comenzó por coordinar con el Palacio del Elíseo los detalles de ese traspaso, que se realizará el próximo domingo, fecha en que termina el mandato de Hollande. La tradición exige que el presidente saliente se reúna con su sucesor para transmitirle los dossiers de extrema importancia, algunos secretos y el código para el empleo del arsenal nuclear.
Le leyenda afirma que el general Charles de Gaulle guardaba el código en el reverso de un relicario con la foto de su hija muerta que llevaba en el cuello. Valéry Giscard d'Estaing le comunicó a François Mitterrand los secretos de una operación de espionaje en curso en la URSS, que luego se hizo célebre a través de la literatura y el cine con el nombre de "caso Farewell".
Inmediatamente después de asumir, el nuevo presidente respetará la tradición inaugurada por François Mitterrand en 1981 que consiste en hacer su primer viaje al extranjero a Berlín.
Ayer, Macron renunció a su cargo en el movimiento En Marcha, pues la Constitución no permite que el jefe del Estado ejerza un cargo partidario. En los pocos días que le quedan antes de asumir el poder, Macron debe preparar el equipo de colaboradores de confianza que lo secundará en el Palacio del Elíseo, elegir su primer ministro y -juntos- formar el gabinete ministerial. También debe dar su bendición a la lista de 577 candidatos que presentará su partido (que ayer fue rebautizado con el nombre de La República en Marcha) en las elecciones legislativas del 11 y el 18 de junio.
Esa cita electoral es fundamental para que el futuro presidente -cuyo movimiento, creado hace menos de un año, no cuenta con un solo diputado- pueda obtener la representación parlamentaria que le permita gobernar. Hasta ese momento, según la Constitución, Emmanuel Macron sólo podrá nombrar a su primer ministro y convocar a la asamblea anterior para que sesione en forma extraordinaria.
El presidente electo mantiene oculto el nombre del próximo primer ministro y se propone divulgarlo recién después de asumir. "Ni el propio elegido sabe que recibirá el ofrecimiento", confesó ayer el diputado [ex socialista] Richard Ferrand, de 54 años, que será uno de los hombres clave del nuevo poder.
El identikit que diseñó Macron a través de sus declaraciones sugiere que ese hombre debe simbolizar la "renovación de la vida política", tener experiencia parlamentaria y ser capaz de federar una mayoría que integre "a hombres y mujeres que pertenezcan a un espectro que vaya de la izquierda de gobierno a los gaullistas". Ese misterio desató una auténtica ola de especulaciones, pero, sobre la base de esos indicios, los nombres que circulan con mayor frecuencia incluyen los siguientes posibles candidatos:
- El diputado republicano Édouard Philippe, de 46 años, que también es alcalde de Le Havre.
- François Bayrou (65), que cuenta con el respeto de toda la clase política y promovió el acercamiento del centro a Macron.
- El diputado Richard Ferrand (ex socialista). Vocero del presidente, también podría ser ministro del Interior.
- Xavier Bertrand (52), presidente de la Región Altos de Francia, que podría arrastrar al ala reformista del partido conservador Los Republicanos (LR).
- El senador (ex socialista) Gérard Collomb (69), alcalde de Lyon, que fue uno de los principales promotores de la candidatura de Macron. Podría facilitar la adhesión de varios dirigentes socialistas.
- El ministro de Defensa, Jean-Yves Le Driand (socialista), respetado por toda la clase política, también podría venir con numerosos diputados y ex funcionarios.
Macron también decidió ayer que las primeras iniciativas que adoptará su gobierno responderán a tres promesas de campaña: la ley de moralización de la vida política, la simplificación administrativa de las pymes y la reforma del Código de Trabajo, tema que puede dar lugar a la primera prueba de fuerza con las centrales obreras y con la extrema izquierda, dispuesta a no darle la menor tregua al nuevo gobierno.
La llamada de Trump
El presidente norteamericano, Donald Trump, felicitó ayer a Emmanuel Macron por haber ganado las elecciones francesas y agregó que esperaba trabajar con él. "Felicitaciones a Emmanuel Macron por su gran victoria hoy como el próximo presidente de Francia. ¡Estoy muy ansioso por trabajar con él!", dijo Trump en Twitter. Después lo llamó por teléfono y acordaron mantener una reunión durante la cumbre de la OTAN, el 25 de este mes en Bruselas.
Otras noticias de Emmanuel Macron
- 1
Video | Así fue el atropello masivo en un mercado navideño en Alemania
- 2
El Ejército israelí informó que un proyectil lanzado desde Yemen impactó cerca de Tel Aviv: al menos 20 heridos
- 3
Las declaraciones de Pepe Mujica y su mujer sobre la dictadura que provocaron polémica y llegaron hasta la Justicia en Uruguay
- 4
Cómo el caso Pelicot relanzó debates jurídicos y sociales y qué podría cambiar tras la sentencia en Francia