Lumen Fidei, la encíclica del papa Francisco, escrita con Benedicto XVI
"La luz de la fe" es el documento vaticano que fue difundido hoy, escrito junto a su antecesor; defiende la familia y recupera valores tradicionales de la Iglesia
ROMA.- En medio de una inmensa expectativa mediática fue publicada hoy "Lumen fidei", "La luz de la fe", la primera encíclica de Francisco, que se destaca por haber sido realizada a "cuatro manos" junto a Benedicto XVI, papa emérito. Aunque el documento lleva la firma de Francisco, en verdad es un trabajo comenzado y casi terminado por su predecesor, con aportes del Papa argentino.
"Estas consideraciones sobre la fe, en línea con todo lo que el Magisterio de la Iglesia ha declarado sobre esta virtud teologal, pretenden sumarse a lo que el Papa Benedicto XVI ha escrito en las cartas encíclica sobre la caridad y la esperanza", escribe el mismo Pontífce argentino en la introducción de Lumen Fidei, que tiene 82 páginas en su edición en español y está dividida en cuatro capítulos.
"Él ya había completado prácticamente una primera redacción de esta carta encíclica sobre la fe. Se lo agradezco de corazón y, en la franternidad de Cristo, asumo su precioso trabajo, añadiendo al texto algunas aportaciones", agrega Francisco, aclarando cualquier duda.
Al leer Lumen Fidei, fechada el 29 de junio -día de los santos apostoles Pedro y Pablo, testigos de fe-, puede deducirse con claridad, por estilo y contenido, las partes escritas por cada uno de los dos autores del texto.
"En unidad con la fe y la caridad, la esperanza nos proyecta hacia un futuro cierto, que se sitúa en una perspectiva diversa de las propuestas ilusorias de los ídolos del mundo, pero que da un impulso y una fuerza nueva para vivir cada día", puede leerse en la parte final. "Nos nos dejemos robar la esperanza, no permitamos que banalicen con soluciones y propuestas inmediatas que obstruyen el camino", reitera Francisco.
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En el documento, se destaca que "la fe no es algo privado, una concepción individualista, una opinión subjetiva", sino que nace de la escucha de la palabra de Dios y está destinada a convertirse en anuncio. Además, que la fe ilumina también las relaciones entre los hombres. "La fe está al servicio concreto de la justicia, del derecho y de la paz (...). La fe es un bien para todos, es un bien común".
La fe "nos enseña a individuar formas justas de gobierno, reconociendo que la autoridad viene de Dios para ponerse al servicio del bien", también resalta. La fe "nos hace respetar en mayor grado la naturaleza" al reconocer en ella "la gramática de Dios". "La fe nos ayuda a encontrar modelos de desarrollo que no se basen sólo en la utilidad y en el beneficio".
En otra parte, la encíclica indica que "la verdad de un amor no se impone con la violencia, no aplasta a la persona" y que "la fe no es intransigente, sino que crece en la convivencia y respeta al otro" y subraya que "el creyente no es arrogante, al contrario, la verdad lo hace humilde, sabiendo que, más que poseerla él, es ella la que lo abraza y lo posee".
"En lugar de hacernos intolerantes, la seguridad de la fe nos pone en camino y hace posible el testimonio y el diálogo con todos", asegura.
La mano de Benedicto XVI se nota especialmente en Lumen Fidei cuando se alude a la relación entre fe y verdad y entre fe y razón, cuestiones que siempre han preocupado al teólogo Joseph Ratzinger. "En la época moderna se ha pensado que la luz de la fe podía servir para las sociedades antiguas, pero no para los tiempos nuevos, para el hombre culto, orgulloso de su razón", puede leerse en Lumen Fidei, donde se reconoce que "la fe ha terminado por ser asociada a la oscuridad".
No obstante, en la primera carta encíclica de Francisco -dirigida a obispos, presbíteros, diáconos, personas consagradas y a todos los fieles laicos-, se subraya que "cuando falta la luz, todo se hace confuso, es imposible distinguir el bien del mal".
Ante una sala de prensa del Vaticano repleta de periodistas, la encíclica fue presentada por el cardenal canadiense Marc Ouellet, prefecto de la Congregación de los Obispos, monseñor Gerhard Ludwig Müller, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, y monseñor Rino Fisichella, presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización.
A la pregunta de por qué Lumen Fidei lleva sólo la firma de Francisco y no también la de Benedicto XVI, ya que se trata de un trabajo conjunto, monseñor Muller fue categórico: "No tenemos dos papas, tenemos un Papa y por eso no hay dos firmas: la encíclia es un testimonio de unidad".
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