Lukashenko, más aislado tras las controvertidas elecciones
La UE y EE.UU. desconocen el resultado y amenazan con aplicar sanciones
MINSK.- La Unión Europea (UE) consideró ayer "muy probable" la aplicación de sanciones diplomáticas y financieras contra el gobierno de Belarús después de los controvertidos comicios en los que se impuso el presidente Alexander Lukashenko, y que según la oposición y los observadores occidentales no fueron libres ni democráticos.
Estados Unidos coincidió en la necesidad de aplicar sanciones al gobierno de Lukashenko, a quien considera "el último dictador de Europa". Incluso dijo que desconocerá el resultado de las elecciones y reclamó la repetición de los comicios.
El resultado elevó la tensión entre Estados Unidos y Rusia, que respalda a una de las pocas ex repúblicas soviéticas que siguen siendo leales al Kremlin. "Los resultados de las elecciones demuestran la confianza que los votantes depositan en la política que usted lleva a cabo", escribió el presidente ruso, Vladimir Putin, en un mensaje a su par belaruso.
Lukashenko, un admirador confeso de Stalin que ya lleva 12 años en el poder, obtuvo un tercer mandato al conseguir el 82,6% de los votos en las elecciones de anteayer, según los resultados oficiales.
"La revolución de la cual tantas personas hablaban y que algunos estaban preparando ha fracasado", dijo el mandatario, que acusa a Occidente de intentar derrocarlo. "El pueblo mostró quién es el amo aquí", afirmó.
Partidario de la mano dura para controlar el poder, Lukashenko se apoya en los servicios secretos, que están acusados de la desaparición de periodistas, políticos y empresarios.
"Nunca reconoceremos esta elección", afirmó su principal rival, Alexander Milinkievich, a quien se le atribuye apenas el 6% de los sufragios. "No se trata de una elección, sino de una inconstitucional toma del poder", agregó.
Milinkievich exige nuevas elecciones y está dispuesto a dirigir un levantamiento popular siguiendo el modelo de la Revolución Naranja en Ucrania. En una demostración de desafío no vista en una década en el país, unas 10.000 personas se reunieron anoche en el centro de Minsk, por segundo día consecutivo, para expresar su apoyo al reclamo del líder opositor. Los manifestantes también instalaron cinco carpas en la céntrica plaza Octubre.
La oposición belarusa se sintió animada por la valoración de los 460 observadores de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), que criticaron con dureza la campaña electoral y declararon que los comicios no cumplieron con los requisitos democráticos.
"El uso arbitrario del poder del Estado y gran cantidad de arrestos mostraron el desprecio por los derechos básicos de libertad de reunión, asociación y expresión", dijo la misión de la OSCE.
La ministra de Relaciones Exteriores de Austria, Ursula Plassnik, cuyo país tiene actualmente la presidencia rotativa de la Unión Europea, se mostró "plenamente de acuerdo" con las conclusiones de la OSCE, y afirmó que la oposición belarusa había sido "sistemáticamente intimidada" durante la campaña electoral.
Plassnik anunció que el bloque "prevé tomar medidas restrictivas contra aquellos que son responsables de ciertas acciones durante el proceso electoral".
Una de las medidas que se consideran es el retiro de visas, aplicada ya contra siete miembros del gobierno de Minsk, dijo la comisaria de la UE para Relaciones Exteriores, Benita Ferrero-Waldner.
"Cualquiera que fuere nuestra decisión, queremos mostrar nuestro desconcierto con la campaña electoral. Pero las acciones deben ser orientadas a los responsables; no queremos dar la espalda a la población", agregó Ferrero-Waldner ante periodistas en Bruselas.
En tanto, el Consejo de Europa advirtió que las elecciones celebradas en Belarús constituyen una "farsa" y dijo que el presidente Lukashenko lleva adelante un "mandato corrupto".
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