Luis Arce: "Cuando sea presidente seré yo, no Evo Morales, quien tome las decisiones"
Luis Arce, el candidato del Movimiento al Socialismo (MAS) para las elecciones presidenciales del 3 de mayo, es el padre del llamado "milagro económico boliviano". Como ministro de Economía de Evo Morales desde 2006 fue el artífice de la estrategia que puso en el camino del crecimiento a uno de los países más pobres de la región.
Este hombre de 56 años, con un máster en Economía en Gran Bretaña, fue elegido por el MAS con la clara intención de volver a enamorar a las clases media y alta, que le dieron la espalda a Evo en las elecciones de octubre pasado.
Pero resulta difícil imaginar que el expresidente que tuvo un liderazgo personalista y excluyente estos 14 años se resigne a quedar relegado de la vida política boliviana en un eventual gobierno del MAS. Sin embargo, en una entrevista telefónica con LA NACION, Arce fue tajante: "El presidente voy a ser yo, no Evo Morales".
-El Tribunal Supremo Electoral (TSE) acaba de dictar la inhabilitación de Evo como senador por Cochabamba. ¿Cree que hay posibilidad de dar marcha atrás en la decisión?
-Fue una decisión política, sin fundamento jurídico. Por eso se abre la posibilidad de una apelación en función de los derechos constitucionales de cualquier persona.
-Pero el TSE dijo que es una decisión "inapelable"...
-Hay que buscar todas las instancias donde se defienda el derecho de las personas, también a nivel internacional. Además, todo el MAS está siendo objeto de persecución con una intención clara de proscribirnos como partido. Cada día aparece un nuevo arresto de nuestros dirigentes por declaraciones públicas. No hay libre expresión con este gobierno.
-¿En qué cuestiones ve que no hay libertad de expresión?
-Por ejemplo, en noviembre se emitió una orden de arresto contra el exministro de la presidencia Juan Ramón Quintana luego de que dijo que Bolivia corría el riesgo de convertirse en un nuevo Vietnam. Posteriormente, dictaron la orden de detención del diputado Gustavo Torrico cuando denunció que en Bolivia estaba habiendo un golpe de Estado. En lo personal, envié varios artículos al diario El Deber. Solo publicaron uno y, como se dieron cuenta del impacto que tuvo mi opinión, ya no volvieron a publicar nada pese a que soy el candidato con más apoyo según las encuestas. ¿Le parece que eso es libertad de expresión?
-Al mantener su candidatura presidencial pese a la inhabilitación de Evo, ¿usted está avalando la legitimidad del proceso electoral?
-Si nosotros no nos presentamos a esta elección, dejamos todo el campo libre para que este gobierno legitime el golpe de Estado y lo vuelva democrático. Por eso mantenemos nuestra postulación. Y vamos a demostrar que tenemos apoyo popular y el voto mayoritario. Si no nos presentamos cometeríamos un error político. Por sobre la cuestión de legitimar o no este proceso está el derecho del pueblo boliviano a retornar a una verdadera democracia.
-¿Ve riesgo de fraude?
-Por supuesto que sí. Tenemos dudas sobre el sistema. En las elecciones del 3 de mayo no habrá difusión de resultados provisorios. Así que se tomarán diez días, sin ningún conteo previo, hasta que se conozcan los resultados finales. ¿Usted me asegura que en esos diez días no va a ocurrir nada ahí adentro? Recuerde que es Estados Unidos el que financia este proceso electoral.
-¿En qué fundamenta la acusación del financiamiento de Estados Unidos?
-Cuando nosotros estábamos en el gobierno, todas las tareas estratégicas eran financiadas con recursos del Estado. Pero gran parte de este proceso electoral está recibiendo ayuda internacional y de Estados Unidos para poder financiarse. ¡Mire adónde hemos llegado! ¡Elecciones financiadas por intereses extranjeros!
-Usted es el candidato a presidente, pero Evo es el jefe de campaña. ¿Es esto un anticipo de cómo será la relación en una eventual presidencia suya, una versión de "Arce al gobierno, Evo al poder"?
-El programa de nuestro movimiento comenzó hace 14 años, y no es cuestión de personas o candidatos. Es un proceso que dio resultados envidiados por muchos países. Lideramos el crecimiento económico en la región durante seis años. Redujimos la pobreza y las desigualdades y aumentamos la esperanza de vida. Y ese es el programa que vamos a seguir llevando adelante. Pero cuando sea presidente seré yo quien tome las decisiones. No hay posibilidad de que nadie me reemplace en la toma de decisiones. El presidente voy a ser yo, no Evo Morales. Y seré yo quien tome las decisiones en el Ejecutivo.
-Pero de hecho Evo es hoy su jefe de campaña. Es él quien decide su estrategia.
-Eso es normal es nuestro movimiento. El jefe de campaña es quien organiza las reuniones de los diferentes candidatos y asuntos prácticos que surgen del análisis político y la coyuntura.
-¿En qué cuestiones quiere seguir el rumbo de Evo y en cuáles buscaría otro rumbo?
-Nuestra idea era seguir con el modelo que empezamos en 2006. Pero este gobierno de facto demostró que no sabe administrar el Estado ni la economía, es muy hábil para destruir todo lo que hemos hecho. Generaron temor en la gente, que terminó sacando su dinero de los bancos. Volvimos a la dolarización. Las ventas de las pymes se redujeron a la mitad en estos tres meses. Hubo un impacto muy negativo en toda la economía. Yo dejé el país con un déficit fiscal de 5,2% y en dos meses lo subieron a 7,4%. Entonces con el MAS tuvimos que cambiar todo lo que habíamos planificado originalmente para la candidatura 2020-2025. Ahora la prioridad es reconstruir la economía.
-Muchos analistas afirman que su fórmula se impondrá en primera vuelta, pero que será derrotado por la oposición en un ballottage. ¿Qué cree usted?
-Nosotros apuntamos a ganar en primera vuelta. Contamos con el apoyo popular y un programa de gobierno que la derecha no tiene. Proponemos un perfil de país y un horizonte hacia el cual caminar. La derecha, no. Por eso confiamos en que habrá una victoria en primera vuelta.
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