Lugo: "La masacre fue montada para derribarme"
Denunció intereses económicos detrás de su salida del poder
ASUNCION.- Cinco semanas después de su juicio político "exprés", el ex presidente paraguayo Fernando Lugo busca entender los hechos que derivaron en su destitución.
"Hoy no tengo dudas de que la masacre de campesinos en Curuguaty [que ocurrió una semana antes de la destitución] fue un escenario montado para forzar mi caída", dijo durante una entrevista con LA NACION, realizada en Asunción.
Aunque reconoce el abierto apoyo del gobierno argentino, sorprendentemente admitió que no dialogó con Cristina Kirchner en todo este tiempo. "No quisiera que la cuestión afectiva del conocimiento mutuo pueda influir en sus decisiones", argumentó.
Estos días la vida de Lugo transcurre en una interminable gira por todo el país con actos proselitistas. El ex mandatario intenta explicar su caída a la luz de las medidas que fue tomando el gobierno de Federico Franco. En particular, menciona la decisión del presidente de apoyar a una gigantesca empresa de aluminio para que instale una polémica planta sobre el río Paraná. "No sé si la empresa [multinacional] Rio Tinto estuvo o no detrás del golpe parlamentario, pero tiene todo el poder para hacerlo", deslizó.
Reacio para hablar de los errores cometidos en sus cuatro años de gobierno, el ex obispo consideró que los hechos de su agitada vida personal y sus hijos extramatrimoniales no afectaron su imagen entre la población. "La gente sabe diferenciar una cosa de la otra", explicó.
Lugo recibió a LA NACION en la sede asunceña del Frente Guasú, una coalición de varios partidos de izquierda que aspira a competir en los comicios presidenciales de abril próximo.
-El gobierno argentino fue uno de los que se opusieron más firmemente a su destitución. ¿Tuvo algún contacto con la presidenta Cristina Kirchner en estos días?
-No hemos podido hablar personalmente con la Presidenta. Somos compañeros que hemos compartido casi cuatro años de gobierno con Cristina, Dilma Rousseff y Evo Morales. Y yo no quisiera que la cuestión afectiva del conocimiento mutuo pueda influir en sus decisiones. Pero hay personas de mi gabinete que se están contactando con los funcionarios argentinos.
-¿Espera alguna otra medida de los gobiernos de la región?
-Yo creo que ellos saben muy bien lo que tienen que hacer en defensa de la democracia.
-Vayamos a los hechos que derivaron en su destitución. ¿Qué sucedió en la masacre de Curuguaty?
-Hoy no tengo dudas de que la matanza de campesinos fue un escenario montado para forzar mi caída. Allí hubo francotiradores. Los muertos tenían heridas en la cabeza, en el cuello y en el corazón. Y los campesinos no son tiradores profesionales para semejante puntería. Eso sólo lo hace gente profesional. Además resulta obvio que este gobierno no tiene ningún interés en aclarar lo que pasó. De hecho, una de las primeras acciones de este gobierno fue disolver la comisión investigadora.
-¿Cuáles cree que fueron los errores que debilitaron su control del poder hasta su destitución?
-El gran error fue que yo no rifé los bienes del Estado. No repartí cargos entre políticos que no tienen capacidad. Yo siempre estuve en desacuerdo con que la política sea la industria sin humo para el crecimiento económico rápido de la clase política paraguaya. Entonces posiblemente ésos han sido mis grandes errores. Podría haber transado. Decirles: «Vengan y llévense todo lo que quieran», y convertirme en presidente títere de una clase política que no tiene ningún interés en el bien común del país.
-Bueno, dicen que la política es también el arte de delegar espacios de poder.
-Sí. Y lo hemos hecho. Pero cuando uno se encuentra con una clase política tan insaciable, donde los comensales son tantos y la torta tan pequeña, es imposible darles el gusto a todos.
-¿Y cómo cree que impactó en su imagen la cuestión de sus hijos extramatrimoniales?
-Las estadísticas dicen que eso no afectó mi imagen. Yo creo que la gente hace una diferenciación. Las encuestas independientes muestran que, cuando llegué al poder, tenía casi el 40 por ciento de los votos, y cuando salí del Palacio López, tenía un 68 por ciento de apoyo.
-¿Qué medidas son las que más lo preocupan de las que ha tomado hasta ahora Federico Franco?
-Hay varias, pero le podría mencionar el hecho de dar vía libre a la empresa Rio Tinto. Es para desconfiar el hecho de que permitan la instalación de una planta que va a utilizar una turbina y media de Itaipú y no le cobren por ello el precio legal que corresponde.
-¿Usted cree que, como dicen algunos, Rio Tinto estuvo detrás de los hechos que terminaron con su destitución?
-No sé si estuvo o no. Pero tienen todo el poder para hacerlo. Y la ética está muy lejos de ser para ellos una opción, con tal de que sus negocios sean implementados en cualquier país. Durante dos años, estuvimos trabajando en ese proyecto con técnicos y especialistas. Y ahora les dan vía libre de la noche a la mañana.
-¿Cómo sigue su futuro político? ¿Se va a presentar como senador en las elecciones de abril próximo?
-Estamos construyendo un espacio político entre 13 partidos y ocho movimientos sociales. Y muchos proponen que yo encabece la lista de senadores, pero eso no está decidido todavía.
En voz alta
- "Hoy no tengo dudas de que la matanza de campesinos fue un escenario montado para forzar mi caída. Allí hubo francotiradores"
- "El gran error fue que yo no rifé los bienes del Estado. No repartí cargos entre políticos que no tienen capacidad"
- "No hablé personalmente con Cristina. No quisiera que la cuestión afectiva pueda influir en sus decisiones"
FERNANDO LUGO
Ex presidente de Paraguay