Cayó el régimen de Al-Assad en Siria: los rebeldes tomaron Damasco y el presidente dejó el país
La ofensiva relámpago liderada por un grupo islamista puso fin a medio siglo de poder de la dinastía Al-Assad y ya empieza a perfilarse una transición en la que se contraponen intereses regionales y globales
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DAMASCO.- Una ofensiva relámpago de los rebeldes encabezados por un exlíder jihadista llegó hasta Damasco y derrocó este domingo el gobierno del presidente de Siria, Bashar al-Assad, quien huyó hacia un destino desconocido, y puso fin a medio siglo de poder de su familia en el país, sumergido en el caos desde que comenzó la guerra civil en 2011.
En un hito para Medio Oriente de consecuencias todavía difíciles de medir, los rebeldes islamistas también asestaron un duro golpe a la influencia de Rusia e Irán en la región, aliados clave que apoyaron a Al-Assad en momentos críticos del conflicto.
En su ofensiva para derrocar al gobierno de Al-Assad, los insurgentes, liderados por Abu Mohammed al-Golani y su grupo Hayat Tahrir al-Sham, o HTS, considerado una organización terrorista por Estados Unidos y las Naciones Unidas, encontraron poca resistencia del Ejército sirio.
La televisión estatal siria emitió un video en el que un grupo de hombres declaraba que el presidente, Bashar Al-Assad, había sido derrocado y que todos los detenidos en las cárceles habían sido liberados.
“Celebramos con el pueblo sirio la noticia de la liberación de nuestros prisioneros y la liberación de sus cadenas y el anuncio del fin de la era de la injusticia en la prisión de Sednaya”, dijeron los rebeldes, en referencia a una gran cárcel en las afueras de Damasco, donde el Gobierno sirio detuvo a miles de personas.
La coalición rebelde siria dijo el domingo que sigue trabajando para completar la transferencia del poder en Siria a un órgano de gobierno de transición con plenos poderes ejecutivos.
“La gran revolución siria ha pasado de la etapa de lucha para derrocar al régimen de Al-Asad a la lucha para construir juntos una Siria a la altura de los sacrificios de su pueblo”, añadió en un comunicado.
Por su parte, el primer ministro sirio, Mohammed Ghazi Jalali, había dicho en una declaración en video que el gobierno estaba listo para “tender la mano” a la oposición y transferir sus funciones a un gobierno de transición.
Jalali pidió elecciones libres para que los sirios puedan elegir a quien quieran, pero eso exigiría una transición fluida en un país con complejos intereses contrapuestos, desde islamistas a grupos vinculados a Estados Unidos, Rusia y Turquía.
El primer ministro también dijo que había estado en contacto con el comandante rebelde Abu Mohamed al-Golani para discutir la gestión del período de transición, lo que supone un notable avance en los esfuerzos para dar forma al futuro político de Siria.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia confirmó además que Al-Assad había abandonado su país, sin mencionar dónde estaba recluido, una caída sorprendente para el dictador que trajo esperanza e incertidumbre a lo largo de Siria.
Un avión de Syrian Air despegó del aeropuerto de Damasco en torno a la hora en que se informó que la capital había sido tomada por los rebeldes, según datos de la web Flightradar. El aparato voló inicialmente hacia la región costera de Siria, bastión de la secta alauita de Al-Assad, pero luego dio un brusco giro de 180 grados y voló en dirección contraria durante unos minutos antes de desaparecer del mapa.
Dos fuentes sirias dijeron que había una probabilidad muy alta de que Asad hubiera muerto en un accidente aéreo, ya que era un misterio por qué el avión dio un giro por sorpresa y desapareció del mapa, según los datos del sitio web Flightradar. No hay información oficial al respecto.
Muchos residentes de la capital no podían creer la velocidad con la que Al-Assad perdió el control del país después de casi 14 años de guerra civil, que mató a cientos de miles de personas, desplazó a la mitad de los 23 millones de habitantes del país e implicó a varias potencias extranjeras.
“Al-Assad se ha ido. Ha huido de su país. Su protector, Rusia, liderada por Vladimir Putin, ya no estaba interesada en protegerlo”, publicó en X el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump. “Rusia e Irán están debilitados ahora mismo, uno por Ucrania y una mala economía, el otro por Israel y su éxito en los combates.”
Al-Assad ha sido acusado de crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad durante la guerra civil que comenzó en 2011, lo que incluye un ataque con armas químicas en 2013 contra las afueras de la capital.
La caída del régimen sirio se produjo tras un cambio en el equilibrio de poder en Medio Oriente después de que numerosos dirigentes del grupo terrorista libanés Hezbollah, respaldado por Irán y pieza clave de la fuerza de Al-Assad en el campo de batalla, murieran a manos de Israel en los dos últimos meses. Rusia, el otro aliado clave de Al-Assad, ha estado centrada en la guerra de Ucrania.
La embajada de Irán fue asaltada por los rebeldes sirios tras la toma de Damasco, según informó el domingo la cadena iraní en lengua inglesa Press TV.
Las fuerzas opositoras no habían llegado a Damasco desde 2018, cuando las tropas sirias recapturaron áreas en las afueras de la capital tras un asedio de varios años.
La noche anterior, las fuerzas opositoras tomaron la ciudad central de Homs, la tercera más grande de Siria, mientras las fuerzas gubernamentales la abandonaban, después de avanzar sobre Alepo y Hama, así como grandes partes del sur, en una ofensiva rápida que comenzó el 27 de noviembre.
Transición
El ritmo del avance insurgente ha dejado atónitas a las capitales árabes y ha hecho temer una nueva ola de inestabilidad regional. Marca un punto de inflexión para Siria, destrozada por años de guerra que convirtieron ciudades en escombros, dejaron cientos de miles de muertos y obligaron a millones a salir al extranjero como refugiados.
La estabilización de las zonas occidentales de Siria capturadas en el avance de los rebeldes será clave. Los gobiernos occidentales, que llevan años rechazando el régimen de Al-Assad, deben decidir ahora cómo tratar con una nueva administración en la que todo apunta a que tendrá influencia un grupo declarado terrorista a nivel mundial: Hayat Tahrir al-Sham (HTS).
Estados Unidos seguirá manteniendo su presencia en el este de Siria y tomará las medidas necesarias para impedir un resurgimiento del Estado Islámico, dijo el domingo Daniel Shapiro, subsecretario adjunto de Defensa para Oriente Medio, en la conferencia sobre seguridad Diálogo de Manama, celebrada en la capital de Baréin.
HTS, que encabezó los avances rebeldes a través del oeste de Siria, fue anteriormente una filial de Al-Qaeda conocida como Frente al-Nusra hasta que su líder Abu Mohamed al-Golani, rompió lazos con el movimiento jihadista global en 2016.
“La verdadera pregunta es cuán ordenada será esta transición, y parece bastante claro que Al-Golani está muy ansioso por que sea una transición ordenada”, dijo Joshua Landis, experto en Siria y director del Centro de Estudios de Oriente Medio de la Universidad de Oklahoma.
Al-Golani no quiere que se repita el caos que asoló Irak después de que las fuerzas lideradas por Estados Unidos derrocaran a Saddam Hussein en 2003. “Van a tener que reconstruir... necesitarán que Europa y Estados Unidos levanten las sanciones”, afirmó Landis.
HTS es el grupo rebelde más fuerte de Siria y algunos sirios siguen temiendo que imponga un gobierno islamista draconiano o instigue represalias.
Países como Emiratos Árabes Unidos y Egipto, ambos estrechos aliados de Estados Unidos, consideran a los grupos islamistas como una amenaza existencial, por lo que HTS puede enfrentarse a la resistencia de las potencias regionales.
En una conferencia en Manama, Anwar Gargash, asesor diplomático del presidente de Emiratos Árabes Unidos, dijo que una de las principales preocupaciones de ese país es “el extremismo y el terrorismo”.
Festejos en Damasco
Al amanecer en Damasco, miles de personas se reunieron para rezar en las mezquitas de la ciudad y celebrar en las plazas, cantando “Dios es grande”. La multitud también coreaba consignas contra Al-Assad y tocaba las bocinas de los autos.
Una multitud llenó la plaza de los Omeyas en el centro de la ciudad, donde se encuentra el Ministerio de Defensa. Hombres dispararon al aire en celebración y algunos ondeaban la bandera siria de tres estrellas, que precede al gobierno de Assad y fue adoptada por los revolucionarios.
A unos kilómetros de distancia, ciudadanos asaltaron el palacio presidencial y rompió retratos del presidente derrocado. Soldados y policías abandonaron sus puestos y huyeron, y los saqueadores irrumpieron en el Ministerio de Defensa. Videos de Damasco mostraban a familias entrando en el palacio presidencial, algunas de las cuales salían cargando pilas de platos y otros artículos domésticos.
Al Arabiya's live broadcast of the interior of Assad’s Presidential Palace after the Syrian opposition forces seized it following Assad's flight pic.twitter.com/QGC2EiD4DO
— GMan (Ґленн) ☘️🇬🇧🇺🇦🇺🇸🇵🇱🇮🇱🍊🌻 (@FAB87F) December 8, 2024
“No dormí anoche, y me negué a dormir hasta que escuché la noticia de su caída”, dijo Mohammed Amer Al-Oulabi, de 44 años, que trabaja en el sector eléctrico. “De Idlib a Damasco, solo les tomó [a las fuerzas opositoras] unos días, gracias a Dios. Que Dios los bendiga, los leones heroicos que nos hicieron sentir orgullosos”, sumó.
Por otro lado, una declaración de la comunidad alauita -a la que pertenece Assad y que ha sido el núcleo de su base de apoyo- llamó a los jóvenes sirios a estar “tranquilos, racionales y prudentes y no dejarse arrastrar por lo que desgarra la unidad de nuestro país”.
Agencias AP, Reuters y AFP
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