Louis Althusser, el filósofo que se convirtió en asesino y pasó sus últimos días en un psiquiátrico
Padecía bipolaridad y esquizofrenia y en 1980 mató a su esposa, Héléne Legotien
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La oscura madrugada de un día de noviembre de 1980, una de las mentes más brillantes de ese entonces se convirtió en un asesino: estranguló a su esposa en su propio apartamento.
Los protagonistas de esta tragedia son Louis Althusser y su esposa, Héléne. Según cuenta la historia, el filósofo nunca logró recordar lo sucedido aquella madrugada.
“Ante mi: Héléne recostada en su espalda, también usando una bata de dormir (...). Arrodillándome a su lado, inclinándome sobre su cuerpo, estoy ocupado masajeando su cuello (...). Presiono mis dos pulgares en el vacío de carne arriba del esternón y, aplicando fuerza, lentamente llegó. Un pulgar a la izquierda, otro pulgar hacia la derecha en un ángulo, en el área firme detrás de las orejas. (...) La cara de Héléne está inmóvil y serena, sus ojos están fijos en el techo. Y súbitamente estoy aterrado. Sus ojos están interminablemente quietos, y encima de todo esto está la punta de su lengua recostada, inusualmente y pacíficamente, entre sus dientes y los labios. Ciertamente he visto cadáveres antes, pero nunca he visto el rostro de una mujer estrangulada en mi vida. Y aun así sé que esto es una mujer estrangulada. ¿Qué está pasando? Me levanto y grito ‘¡he estrangulado a Héléne!’”, escribió el filósofo.
Louis Althusser era uno de los filósofos más influyentes. Y aunque tenía una mente brillante sufría ciertos trastornos que entorpecieron su camino en la vida: padecía de bipolaridad y esquizofrenia. Al parecer, esto lo llevó a cometer el abominable suceso.
Luego de aquel triste hecho, Althusser “fue internado en el hospital de Sainte Anne en París, donde permaneció tres años”, reseñó el diario ABC.
Además, fue evaluado por tres psicólogos que coincidieron que el pensador había cometido el acto bajo la influencia de una especie de locura.
¿Cómo conoció Althusser a su esposa?
Para contar este pedazo de la historia hay que retroceder al menos 30 años antes del asesinato -a finales de 1945- cuando Althusser llegó a París débil y deshecho, después de ser prisionero de los alemanes.
En aquel entonces el filósofo era un joven de 28 años que apenas se estaba involucrando en la sociedad después de estar en la Segunda Guerra Mundial. Althusser ingresaba a la Escuela Normal Superior de París.
Fue en ese año que conoció a su futura esposa, Héléne Legotien. Ella era una socióloga.
Según ABC, la mujer “se había jugado la vida en la Resistencia cuando introducía explosivos por la frontera suiza para luchar contra los nazis. Había trabajado de ayudante del cineasta Jean Renoir y era muy apreciada por líderes comunistas como Duclos”.
Su relación no fue la más sana. Varios portales coinciden en que la atracción de Althusser hacia Legotien, lamentablemente, derivó unos cuantos episodios de ansiedad y breves lapsos de depresión.
Sin embargo, la brillantez de Althusser le convirtió pronto en uno de los alumnos preferidos de la Escuela Normal Superior de París.
Tanto así que en 1948, un puesto de filosofía quedó vacante en esa institución y él logró conseguirlo sin mayores inconvenientes. Empezaba su camino en la docencia y en la reflexión. Y, claro, se convertía en colega de su querida Héléne.
‘Torturas insoportables’: Althusser describe sus pasos por las clínicas
El filósofo fue internado en varias ocasiones en un hospital psiquiátrico. Su estancia en aquel lugar terminó siendo tortuosa. De hecho, fue sometido a electrochoques.
Se cree que gran parte de los problemas psicológicos que tuvo Althusser fueron provocados por estar cinco años como prisionero durante la Segunda Guerra Mundial.
El hombre fue parte del ejército francés y debió enlistarse dejando atrás sus estudios.
Aunque en la posguerra erigió su nombre en los anales de la filosofía y el pensamiento contemporáneo, Althusser siempre luchó contra los padecimientos mentales que lo agobiaron en la juventud y no lo abandonaron.
¿Qué pasó después de la fatídica madrugada del crimen?
Las autoridades aseguraron que Althusser no había cometido el crimen en sano juicio. De hecho, el filósofo nunca fue considerado asesino. Sin embargo, el hombre no pudo perdonarse lo que hizo.
Es más: Althusser estuvo internado prácticamente hasta su muerte. “Vivía atormentado y tenía una necesidad compulsiva de relacionarse con otras mujeres con las que rompía al poco tiempo de intimar”, según el diario ABC. Murió en 1990.
Algunos de los aportes que dejó a nivel académico fueron el Antihumanismo, la Teoría social, La Ruptura epistemológica, el concepto de los Aparatos Ideológicos del Estado y la Interpelación.
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