Los ultras de Vox, en el centro de la elección en España
La extrema derecha podría convertirse mañana en la tercera fuerza
MADRID.- Por segunda vez en un año, el crecimiento de la derecha radical es el fantasma que "mete miedo" en las elecciones españolas.
Solo que esta vez el fuego en las calles de la Cataluña independentista junto con la prédica del ultrafeminismo y el lamento de la llamada "España vaciada" formaron un cóctel que asusta, incluso, a la derecha moderada, que también podría perjudicarse por su inesperada competencia.
Los sondeos coinciden en señalar a Vox, el partido de derecha radical y de reciente irrupción en la política nacional, como la estrella probable en los comicios de mañana.
En forma coincidente le pronostican la posibilidad de duplicar sus bancas -de las 24 que tiene a un rango de entre 46 y 50- y convertirse, tal vez, en la tercera fuerza nacional.
Eso es, por detrás de los partidos mayoritarios Socialista Obrero Español (PSOE) y conservador Popular (PP). Y por delante de los desprendimientos de cada uno de ellos: Podemos, de izquierda radical, y Ciudadanos (Cs), de orientación liberal.
Se trata de un logro notable para un partido que hace poco más de un año era apenas un apunte o una nota al pasar en el escenario político y que, ahora, llega para amenazarlo.
"España está en un laberinto", confesó, en el cierre de campaña, el presidente Pedro Sánchez, en un desesperado llamado al votante "progresista".
Semejante admisión es poco menos que un pedido de auxilio de parte del socialista que provocó estas nuevas elecciones, convencido de que saldría reforzado, y que ahora teme que la jugada no le salga tan bien.
El tirón de la derecha radical se instala para mañana al igual que ocurrió con los comicios de abril pasado. En aquella ocasión, sin embargo, su desempeño fue meritorio -apenas por debajo del 10% de los votos-, pero inferior al esperado.
¿Por qué esta vez sería diferente? ¿Qué factor nuevo la ayudaría a crecer por arriba de ese nivel?
Los analistas coinciden en señalar como causa principal los fuertes disturbios de las últimas semanas en Cataluña. La hoguera que estalló tras la sentencia que condenó a penas de hasta 13 años de prisión a una decena de líderes que proclamaron la fallida independencia.
Como nunca antes, y durante varios días, las llamas destrozaron autos, contenedores y amenazaron viviendas.
Más de 300 policías resultaron heridos, algunos de gravedad, por el lanzamiento de adoquines y de bombas incendiarias.
Y Vox es el partido que más predica la unidad de toda España. No solo en el sentido territorial, sino también en el administrativo, al exigir la derogación de las autonomías con las que se rige actualmente cada región. Especialmente en las zonas donde anida el separatismo, como Cataluña, Navarra y el País Vasco.
"Esa es la razón principal, pero no la única", señala el analista político Javier Abellán Domínguez. Desde su perspectiva, a la "violencia de baja intensidad" en Cataluña y la "falta de una estrategia clara" del gobierno nacional se suman además otros factores complementarios.
Entre ellos, la posibilidad de que "en franjas sociales con rasgos machistas cale muy bien el discurso de Vox contra la prédica ultrafeminista".
La agrupación rechaza las llamadas "políticas de género" para "empoderar a las mujeres", por entender que tal criterio "culpabiliza" por naturaleza al hombre. "La mayoría de las denuncias por violencia machista son falsas", suele sostener Abascal en sus actos partidarios.
El otro factor es el clamor de la llamada "España vaciada". Un concepto que alude a un vasto sector territorial de escasa población, con miles de pueblos de menos de 100 habitantes en riesgo de extinción.
"Es gente trabajadora y esforzada, harta de no tener respuesta de los partidos tradicionales", describe Abellán Domínguez. Un territorio de límites imprecisos, pero que aporta, en conjunto, cerca de un centenar de los 350 diputados que componen el Congreso.
Con el agregado de que, por las reglas de proporcionalidad del sufragio, se obtienen con relativamente pocos votos.
"Es un nicho naturalmente insatisfecho, al que Vox otorga una vía para canalizar su enojo y su frustración con la política tradicional", explicó.
En todo caso, mañana se verá hasta qué punto se modifica el mapa político español y qué grado de acierto tuvieron las encuestas.
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