Los turistas ya regresan a este paraíso en el Índico... pero lo que falta son médicos y enfermeras
Maldivas estuvo en los últimos meses entre los países con mayor tasa de contagios de coronavirus; su sistema de atención médica depende en gran medida de los trabajadores extranjeros
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MALÉ, Maldivas.- El centro de atención de Covid-19 más grande de las islas Maldivas tiene casi 300 camas y una buena provisión de oxígeno. Pero como en los últimos meses Maldivas estuvo entre los países con más contagios per cápita en el mundo, las salas de coronavirus se quedaron sin otro recurso esencial: los empleados.
“Llegamos a tener una sola enfermera para atender a 20 pacientes en las salas generales”, dijo Mariya Saeed, directora del Centro Médico Hulhumalé en Malé, la capital. “Necesitamos recursos humanos para brindar la atención adecuada a muchos ancianos que están postrados en cama, pero el personal de salud está exhausto”.
La pandemia provocó una escasez de trabajadores sanitarios en todo el mundo, lo que obligó a los gobiernos a luchar. España, por ejemplo, lanzó un plan de emergencia el año pasado para reclutar estudiantes de medicina y médicos jubilados para el Covid. Y en la India, el primer ministro Narendra Modi pidió a los funcionarios locales que comenzaran a reclutar estudiantes de medicina del último año.
Pero las Maldivas, un archipiélago de alrededor de 1200 islas en el Océano Índico, enfrenta desafíos únicos. No puede convocar fácilmente a una gran cantidad de estudiantes porque solo tiene una universidad con una escuela de medicina. Y no puede depender solo de sus ciudadanos, porque su sistema de atención médica depende en gran medida de los trabajadores extranjeros. Muchos de esos médicos y enfermeras provienen de la India, un país que enfrenta su propio brote gigantesco.
El resultado es que Maldivas, que por lo demás ha abordado la pandemia con una meticulosa atención a los detalles, no está seguro de cómo dotar de personal a sus hospitales para la próxima crisis.
“Hemos hablado con países como Bangladesh y la India” sobre la contratación de sus médicos y enfermeras, dijo el mes pasado el presidente Ibrahim Mohamed Solih. “Pero no pueden brindar asistencia debido a sus propias situaciones de Covid”.
Maldivas, una nación de mayoría musulmana con una población de alrededor de 540.000 habitantes, fue presentado como un modelo de respuesta a una pandemia para países pequeños. Utilizando un amplio rastreo de contactos y confiando en la geografía de las islas dispersas para frenar los brotes, el gobierno mantuvo su carga de casos de Covid lo suficientemente baja como para levantar las restricciones a los movimientos nacionales y atraer a los turistas internacionales de regreso a sus resorts de lujo, un pilar de la economía. En abril, permitió que las fiestas de Ramadán y las elecciones de los consejos nacionales se llevaran a cabo como de costumbre.
“Nunca se sabe lo que pasará mañana”, dijo a The New York Times en febrero Thoyyib Mohamed, director gerente de la agencia oficial de relaciones públicas del país. “Pero por el momento, debo decir: este es un caso de estudio realmente bueno para todo el mundo, especialmente los destinos tropicales”.
Aunque el 59% de la población ha recibido al menos una dosis de la vacuna Covid-19, el último aumento tuvo un gran impacto. Casi la mitad de las 200 muertes por Covid-19 en el país durante toda la pandemia se reportaron en un solo mes, en mayo pasado. Y el impacto todavía se siente.
Son muchas las personas en Malé que tienen a alguien en su familia extendida que ha muerto, dijo Marjan Montazemi, representante de Unicef en Maldivas. “Debido a que los números totales no son los mismos que en otros países, no atrae tanta atención”, dijo. “Pero para el país ha sido bastante difícil”.
Los funcionarios de las Maldivas no han confirmado de qué manera pueden haber influido las variantes en el último brote, pero los médicos locales dicen que la variante delta, detectada por primera vez en la vecina India, probablemente influyó.
A medida que los casos aumentaron a más de 1500 por día en el trágico mes de mayo, cientos de pacientes con Covid-19 llegaron al Centro Médico de Hulhumalé. A pesar de que se construyó el año pasado con el propósito de tratar a los pacientes de Covid, la instalación, con 16 médicos y 89 enfermeras, no estaba preparada para semejante aluvión.
“Siempre estuvimos preparados para un posible aumento, pero una ola tan repentina y masiva fue simplemente inesperada”, dijo Nazla Musthafa, asesora de salud del gobierno.
Estudiantes en los hospitales
Para compensar la escasez de médicos y enfermeras, la escuela de medicina de la Universidad Nacional de Maldivas, que abrió en 2019 y tiene un total de 115 estudiantes, envió a decenas de estudiantes de medicina y enfermería para ayudar a trabajar en las salas Covid de Malé. El gobierno también convocó a enfermeras jubiladas y reclutó voluntarios sin experiencia médica.
El cuello de botella puso de relieve la dependencia de los trabajadores de la salud extranjeros, algo que el gobierno ya sabía que era un problema incluso antes de que golpeara la pandemia.
En 2018, los extranjeros constituían casi una quinta parte de los aproximadamente 900 médicos de Maldivas y más de la mitad de sus casi 3000 enfermeras, lo que llevó a una alta rotación que afecta la calidad de la atención médica, según un informe del gobierno.
Otros países, como Irlanda, Israel y Nueva Zelanda, también dependen en gran medida de los extranjeros para trabajar en el cuidado de la salud. Pero a diferencia de ellos, Maldivas no es rica. Eso significa que no puede competir tan agresivamente para atraer a médicos y enfermeras extranjeros, especialmente durante una pandemia que ha dejado a la fuerza laboral de salud de prácticamente todos los países con escasez de personal.
S. Irudaya Rajan, presidente del Instituto Internacional de Migración y Desarrollo, una organización de investigación con sede en el sur de la India, dijo que esperaba que los países que envían un gran número de trabajadores de la salud al extranjero, incluidas la India y Filipinas, modifiquen las políticas para mantener a más trabajadores en su nación de origen.
Maldivas necesita una mejor estrategia para asegurar un suministro más estable de médicos y enfermeras extranjeros, dijo Rajan. Una opción sería becar a estudiantes de medicina indios en la India, y exigirles luego que trabajen en las Maldivas durante unos años después de graduarse, dijo.
The New York Times
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