Los talibanes y EE.UU. alcanzan un principio de acuerdo de paz
Tras una semana de negociaciones en Doha, los insurgentes se comprometieron a que el país no sea una plataforma para grupos terroristas
WASHINGTON.- Después de dos décadas de guerra, Estados Unidos y los talibanes alcanzaron un principio de acuerdo de paz en Afganistán , según adelantó ayer The New York Times.
De acuerdo con el borrador, los talibanes se comprometen a impedir que el país "se convierta en una plataforma para grupos terroristas internacionales", explicó el representante de Washington , Zalmay Khalilzad.
Esta base, agregó, podría llevar al retiro de las tropas estadounidenses y el inicio de negociaciones directas entre los talibanes y el gobierno de Kabul.
Los talibanes han rechazado siempre de manera categórica hablar directamente con el gobierno afgano, al que describen como una "marioneta" de Washington. De todos modos, según dijeron varias fuentes presentes en la negociación en Doha, Qatar, hay avances en este sentido.
Otros de los puntos de fricción son la cuestión de un alto el fuego y el calendario para la retirada de las tropas estadounidenses del país.
"Tenemos un borrador que debe ser desarrollado antes de que se convierta en un acuerdo", dijo Khalilzad en una entrevista con The New York Times en Kabul.
Después de nueve años de detener los esfuerzos para llegar a un acuerdo de paz con los talibanes, el borrador del acuerdo de paz, aunque preliminar, es el mayor paso tangible hacia el final de una guerra de dos décadas que ha costado decenas de miles de vidas y ha cambiado profundamente la política exterior estadounidense.
El presidente estadounidense, Donald Trump, parece tener prisa para retirar las tropas norteamericanas. A fines del año pasado manifestó su intención de retirar a la mitad de los 14.000 soldados desplegados en Afganistán en el marco de una coalición de la OTAN liderada por Washington.
Estados Unidos mantiene en Afganistán la guerra más larga de su historia desde su intervención en 2001 para derrocar al régimen de los talibanes.
Pero son los afganos, civiles y militares, quienes pagan el precio más alto en este conflicto.
El jueves, en el Foro Económico de Davos , el presidente de Afganistán, Ashraf Ghani, destacó que 45.000 efectivos de las fuerzas de seguridad afganas murieron desde su elección, en septiembre de 2014, lo que representa una media de más de 28 muertos diarios.
En cuanto a los civiles, muchos han recibido con escepticismo el anuncio del progreso de las negociaciones, advirtiendo su temor de que Afganistán se hunda aún más en el caos.
Ayer, en Kabul, Ghani exhortó a los talibanes a "iniciar negociaciones serias" con el gobierno afgano, para aprovechar los "avances" anunciados por Estados Unidos y los insurgentes después de una semana de negociaciones en Qatar.
"Exhorto a los talibanes (...) a demostrar su voluntad afgana, que acepten la exigencia de paz de los afganos y comenzar conversaciones serias con el gobierno afgano", declaró con tono solemne en un discurso televisado desde el palacio presidencial en Kabul.
"Queremos la paz, la queremos de manera rápida, pero la queremos con un plan", aseveró Ghani. "No olvidemos que las víctimas de esta guerra son afganos y que el proceso de paz debe ser dirigido por los afganos. ¡No queremos repetir los errores del pasado!", añadió, haciendo referencia a episodios de la turbulenta historia del país.
Las autoridades afganas se quejan de haber sido excluidas de las conversaciones en Doha, y advirtieron que un acuerdo entre Estados Unidos y los talibanes necesita la aprobación de Kabul. Khalilzad aseguró al jefe del Estado afgano que un "diálogo entre afganos" es para Estados Unidos la "única solución para una paz duradera en Afganistán".
Agencias ANSA, AFP y diario The New York Times
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