Los rebeldes toman la ciudad estratégica de Hama y empiezan a acorralar al régimen de Al-Assad
El ejército sirio confirmó su retirada tras la entrada de los jihadistas en esta ciudad clave para conectar el norte y el sur de Siria y garantizar el acceso estratégico al Mediterráneo, esencial para el régimen y sus aliados
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BEIRUT.- Los rebeldes sirios liderados por islamistas radicales entraron este jueves en la ciudad estratégica de Hama, en el centro de Siria, tras combates con el Ejército del presidente Bashar al-Assad, que reconoció su derrota.
Los rebeldes “entraron en varios barrios de la ciudad de Hama, donde se desarrollan combates en las calles con las fuerzas del régimen”, indicó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), un grupo opositor con sede en Gran Bretaña que monitorea la guerra.
Por su parte, el Ejército sirio reconoció que había perdido el control de la ciudad e indicó que sus fuerzas se habían “redistribuido” en las afueras.
El Ministerio de Defensa sirio indicó que “durante las últimas horas se han intensificado los combates entre los soldados y los grupos terroristas, con un aumento del número de mártires en nuestras filas” y manifestó que “estos grupos han logrado penetrar a través de varios ejes en la ciudad, pese a sufrir grandes pérdidas entre sus filas”.
La captura de Hama es un gran revés para el presidente, Bashar al-Assad ya que es una ciudad clave en el conflicto debido a su ubicación estratégica en el centro del país. Controlarla permite dominar una franja de tierra que conecta el sur y el norte de Siria, y que además desemboca en el litoral del Mediterráneo, una región de gran importancia para Rusia, el principal aliado del régimen de Bashar al-Assad.
El acceso al puerto de Tartus, base naval rusa y punto crucial para su influencia en Medio Oriente, depende en parte de mantener asegurada esta conexión terrestre.
Además, Hama ha sido una de las pocas ciudades que permaneció bajo control total del gobierno desde el inicio de la guerra civil en 2011, lo que la convierte en un bastión simbólico y militar para el régimen.
La ofensiva está liderada por el grupo jihadista Hayat Tahrir al-Sham (HTS), así como por un grupo que abarca a varias milicias sirias respaldadas por Turquía llamado Ejército Nacional Sirio. Su repentina captura de la ciudad norteña de Alepo, un antiguo centro de negocios, fue un impresionante botín para los contrarios a Al-Assad y reavivó el conflicto que había estado en gran parte estancado durante los últimos años.
La toma de Alepo fue el primer ataque de la oposición a la ciudad desde 2016, cuando una brutal campaña aérea rusa la recuperó para Assad después de que las fuerzas rebeldes la hubieran tomado inicialmente. La intervención de Rusia, Irán, Hezbollah -aliado de Teherán- y otros grupos insurgentes ha permitido que el presidente se mantenga en el poder.
Los combates de la última semana dejaron hasta ahora más de 700 muertos, incluidos unos 110 civiles, según el Observatorio, que ha dicho que entre los fallecidos hay más de 300 integrantes de HTS y 59 miembros de grupos rebeldes aliados han muerto en los combates, a los que se suman más de 200 miembros de las fuerzas gubernamentales y milicias aliadas.
El último estallido en la larga guerra civil de Siria se produce mientras los principales respaldos regionales e internacionales de Al-Assad están ocupados con sus propias guerras.
Decenas de miles de personas se han visto desplazadas por el repunte de los combates, que comenzó con la renovada ofensiva lanzada por al oposición el 27 de noviembre.
“Es el principio de la caída del régimen”
Los insurgentes afirmaron en su canal del Departamento de Operaciones Militares en la aplicación Telegram que han entrado en Hama y están avanzando hacia el centro.
“Nuestras fuerzas están tomando posiciones dentro de la ciudad de Hama”, indicó el canal citando a un comandante local identificado como mayor Hassan Abdul-Ghani.
El Observatorio dijo que los agresores ingresaron a partes de la ciudad, principalmente los barrios de Sawaaeq y Zahiriyeh, en el noroeste. Añadió que también había hombres armados al borde del barrio nororiental de Kazo.
“Si Hama cae, significa que ha comenzado el principio de la caída del régimen”, afirmó el jefe del Observatorio, Rami Abdurrahman, a The Associated Press.
Hama es un enclave estratégico ubicado a unos 200 kilómetros al norte de Damasco, la capital siria. Limita con la provincia costera de Latakia, una región clave para el régimen debido a su composición étnica, ya que alberga una gran población de alauitas, rama del islam chiita a la que pertenece la familia gobernante.
Esta comunidad ha sido históricamente favorecida por el régimen, lo que ha consolidado su lealtad. Además, Latakia es la sede de una importante base aérea utilizada por Rusia para apoyar al gobierno sirio.
El nombre de la ciudad es sinónimo de la masacre 1982, una de las más notorias en el Medio Oriente moderno, que cuando comenzó las fuerzas de seguridad al mando de Hafez Al-Assad, padre del actual presidente, mataron a miles para aplastar un alzamiento de los Hermanos Musulmanes.
“Pido a Dios Todopoderoso que sea una conquista sin venganza”, afirmó el líder del grupo jihadista, Abu Mohammed al-Golani, en un mensaje de video en Telegram, tras anunciar que los combatientes habían entrado en Hama “para limpiar la herida que dura desde hace 40 años en Siria”.
Agencias AP, AFP y Reuters
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