Los rebeldes aseguran que tomaron el control de Damasco y que el presidente Al-Assad huyó
Se trataría de un golpe histórico que pondría fin a la hegemonía en el poder de la familia Assad; el primer ministro de Siria, Mohamed al Jalali, indicó que “está listo para cooperar” con la dirigencia que elija el pueblo; los insurgentes dieron un mensaje en cadena nacional
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Luego de que un grupo de rebeldes sirios afirmara que tomó el control de la ciudad de Damasco en una ofensiva relámpago y anunciaran que el presidente Bashar Al-Assad se fue del país, el primer ministro de Siria, Mohamed al Jalali, afirmó que está “listo para cooperar” con la dirigencia que elija el pueblo. El golpe de los insurgentes, que fue comunicado en un video difundido por la señal televisiva estatal, conllevaría el fin de la hegemonía de la familia Assad tras cinco décadas en el poder.
En el mensaje televisivo, además de confirmar el fin del gobierno, informaron que todos los presos habían sido liberados. El encargado de leer el escrito dijo que la Sala de Operaciones para Conquistar Damasco -un grupo opositor- llamaba “a todos los ciudadanos y combatientes opositores a preservar las instituciones estatales del estado sirio libre”.
“Larga vida al estado sirio libre que es para todos los sirios en todas sus religiones y grupos étnicos”, dijeron.
Previamente, Jalali había mostrado su buena predisposición ante los acontecimientos en un mensaje publicado en su cuenta de Facebook. “Este país puede ser un país normal que construye relaciones con sus vecinos y el mundo, pero esto depende de la dirigencia electa por el pueblo sirio. Estamos listos para cooperar (con la dirigencia) y ofrecer todas las facilidades posibles”, expresó.
En tanto, el comando del ejército sirio informó a sus oficiales que el gobierno de al-Assad terminó luego de una ofensiva relámpago rebelde, según dijo a Reuters un oficial de la Fuerza Armada.
Las declaraciones de al Jalali se dan horas después del ingreso a la ciudad capital de los grupos rebeldes sirios, quienes luego aseguraron que el presidente Bashar Al-Assad había huido.
“Declaramos a Damasco libre del tirano Bashar Al-Assad”, expresaron a través de un comunicado, según publicó The Guardian. La afirmación fue respaldada por el director del Observatorio Sirio por los Derechos Humanos, Rami Abdurrahman, quien dijo que el mandatario salió de los límites nacionales “hacia un lugar desconocido por vía aérea en las primeras horas del domingo”.
En este contexto, los rebeldes insistieron en que Damasco “ahora estaba libre de Assad”. Con este escenario, miles de personas se congregaron en la plaza principal de Damasco saludando y cantando “Libertad”, de acuerdo al relato de los testigos.
En el transcurso de este sábado, el gobierno había negado haberse retirado y desmintió que al-Assad hubiese abandonado esa ciudad en horas de la tarde. Sin embargo, horas después esas versiones se volvieron una realidad.
“Nuestras fuerzas han comenzado la fase final de cercar la capital, Damasco”, afirmó el comandante rebelde Hasan Abdel Ghani, que forma parte de la alianza liderada por el grupo islamista radical Hayat Tahrir al Sham (HTS), que fue el que lanzó la fulgurante ofensiva la semana pasada.
En esa sintonía, el Ministerio de Defensa negó rotundamente que el ejército hubiera abandonado sus posiciones cercanas a la ciudad y denunció versiones “infundadas”. Además, en respuesta a esas afirmaciones, la presidencia negó rumores de que Al-Assad hubiese abandonado la capital.
En un suburbio de Damasco de mayoría drusa y cristiana, decenas de manifestantes derribaron una estatua de Hafez al-Assad, padre y predecesor del actual presidente sirio, informaron dos testigos a la prensa.
En apenas una semana, resumió la BBC, las fuerzas rebeldes sirias lograron controlar Alepo y Hama, en el norte del país, y Deraa, en el sur, mientras este sábado aseguraron tener bajo su poder el enclave estratégico de Homs, que une la Damasco con el norte y la costa mediterránea.
Cerca de Homs, particularmente, los bombardeos ejecutados por las aviaciones del gobierno y de Rusia mataron el sábado al menos a siete civiles en combates para frenar el avance rebelde. Un residente de esa ciudad y fuentes del Ejército y de los rebeldes dijeron que los insurgentes habían roto las defensas gubernamentales desde el norte y el este de la ciudad
En la madrugada de este domingo, hora local, empezaron a circular en las redes sociales videos en los que aparentemente se ve a los combatientes rebeldes por las calles de Damasco y a decenas de personas celebrando.
En paralelo, los rebeldes aseguraron haber liberado a los presos “de la infame prisión de Sednaya”, que Amnistía Internacional describió en 2017 como un “matadero humano” en un informe en el que aseguraba que entre 5000 y 13.000 personas fueron torturadas y ejecutadas en secreto durante los primeros cinco años de guerra civil”.
La de este sábado fue la primera vez que las fuerzas de oposición alcanzaron Damasco desde 2018, momento en que las tropas sirias recapturaron áreas en las afueras de la capital después de un asedio de varios años.
La caída de Bashar Al-Assad: el fin a una dinastía
La caída del gobierno de Bashar Assad puso el domingo un dramático final a su lucha de casi 14 años por mantenerse en el poder, mientras su país se fragmentaba en una guerra civil convertida en un campo de batalla indirecta entre potencias regionales e internacionales.
La caída de Assad marca un fuerte contraste con sus primeros meses como el improbable presidente de Siria en 2000, cuando muchos esperaban que fuera un joven reformador después de tres décadas del férreo control de su padre. Con solo 34 años, era un aficionado a la “tecnología de trato amable”.
Cuando se enfrentó a las protestas contra su régimen, que estallaron en marzo de 2011, Assad recurrió a las tácticas de su padre en un intento de aplastarlas. A medida que el alzamiento derivaba en una guerra civil, recurrió a su ejército para bombardear ciudades controladas por la oposición con apoyo de aliados como Irán y Rusia.
Grupos internacionales de derechos humanos y fiscales alegaron el uso generalizado de tortura y ejecuciones extrajudiciales en los centros de detención gestionados por el gobierno sirio. La guerra en Siria mató a casi medio millón de personas y desplazó a la mitad de la población que tenía el país antes de la guerra: 23 millones de personas.
Su partida pone fin al gobierno de la familia Assad, que duró casi 54 años. Sin un sucesor claro, sume al país en una gran incertidumbre.
Con información de AFP, Reuters y AP.
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