Con la resistencia de EE.UU., el G-20 no produjo ningún avance ni en clima ni en comercio
Después de negociaciones particularmente duras, que hicieron temer un retroceso sobre la cuestión climática, 19 países del G-20 llegaron un acuerdo este sábado en la ciudad japonesa de Osaka. Como en las dos cumbres precedentes, Estados Unidos se negó a firmar el documento. Sobre el crítico tema del comercio internacional, la cumbre obtuvo "los mismos resultados que el año pasado en Buenos Aires", con la firma de sus 20 miembros.
Una vez más, solo 19 de los 20 países miembros del exclusivo club de las naciones más ricas del mundo reafirmaron su compromiso de "ejecutar en forma completa" el acuerdo firmado en París en 2015 para luchar contra el calentamiento climático. Los firmantes -entre ellos China, Francia y Alemania- se reafirmaron en Osaka "la irreversibilidad" de ese pacto, en una declaración final preparada en términos similares a los publicados en Buenos Aires el año pasado, pero obtenido esta vez con extrema dificultad frente a la oposición de la administración norteamericana.
Estados Unidos se retiró de esos acuerdos en 2017. El de este sábado por la mañana, se obtuvo tras largas negociaciones particularmente difíciles debido al intento de Estados Unidos de bloquear un texto cuya forma es similar a la de las cumbres del G-20 de Hamburgo en 2017 y Buenos Aires en 2018.
El aspecto positivo fue que ningún otro gran país —sobre todo emergente— optó por abandonar el acuerdo, un peligro evocado días antes de la cumbre. Brasil por ejemplo había anunciado su intención de alinearse con la posición estadounidense. El presidente francés Emmanuel Macron tuvo que expresar la amenaza de que se negaría a firmar el acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea y el Mercosur, alcanzado anoche en Bruselas, en caso de que el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, persistiera en su actitud.
Sobre el comercio justo
Esta vez con el aval de los 20 países miembros, la cumbre también concluyó con fórmulas comunes sobre el comercio internacional, el segundo tema crítico de la reunión.
"Obtuvimos el mismo resultado que en Buenos Aires el año pasado", dijo la canciller alemana Angela Merkel. Es decir, "un compromiso en favor del comercio internacional justo, transparente y sin discriminaciones". La cumbre afirma también, una vez más, "que es urgente reformar la Organización Mundial del Comercio (OMC)", otra de las ovejas negras de Donald Trump, enemigo acérrimo de los foros multilaterales. "Todo, todo, nos exigió mucho trabajo", reconoció la canciller alemana ante la prensa.
En su declaración final, publicada al término de la reunión de dos días, los jefes de Estado y de Gobierno subrayan "la intensificación de las tensiones comerciales y geopolíticas", aludiendo con esa fórmula ya tradicional las difíciles negociaciones sobre ese terreno, debido a las resistencias norteamericanas.
El texto final insiste en la necesidad de que los bancos centrales "sigan sosteniendo la actividad económica", y se preocupen particularmente de "mantener una comunicación permanente entre ellos".
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