Los mercados siguen inestables en Brasil y el ministro de Economía llamó a debatir reformas
La Bolsa cayó por segundo día consecutivo y el dólar alcanzó su valor más alto en seis meses; para el ministro de Economía, los inversores descubrieron el pésimo legado de la gestión Bolsonaro
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BRASILIA.– La Bolsa de Valores cayó por segundo día consecutivo este martes en Brasil, mientras que el dólar alcanzó su mayor valorización en seis meses en el país, profundizando las primeras reacciones de los mercados conocidas el día anterior, tras la asunción el domingo del nuevo gobierno de Lula da Silva.
La Bolsa cerró con una pérdida de 2,08%, y ya el lunes había caído otro 3%. Las pérdidas de este martes afectaron a las empresas tecnológicas, de construcción y de consumo, pero las empresas estatales y los bancos tampoco salieron indemnes.
El dólar cerró por su parte con un alza de 1,75% frente al real, cotizando a 5,4520 reales. Fue el valor de cierre más alto de la divisa estadounidense en seis meses, cuando la moneda terminó a 5,4977 reales.
Según señalaron los analistas, el dólar ganó fuerza en Brasil porque también se apreció en el extranjero, donde predomina la aversión al riesgo. Ante una probable subida de los tipos de interés en Estados Unidos, prevista para este miércoles, la renta fija de Estados Unidos se vuelve más atractiva. Además, el incierto escenario fiscal interno con el cambio de gobierno hace que los inversionistas busquen activos más seguros, recurriendo al dólar.
Las declaraciones de Lula sobre el cambio de ancla fiscal del país y la extensión de la exención de impuestos federales a los combustibles no fueron bien recibidas por el mercado financiero, lo que provocó una fuga de capitales de la Bolsa de Valores, dicen los analistas.
Idean Alves, responsable de la mesa de negociación de Ação Brasil Investimentos, sostuvo en efecto que el mercado reaccionó a las primeras medidas anunciadas por Lula: “cancelación” de privatizaciones, aumento del número de ministerios, derogación del techo de gasto y adopción de un nuevo anclaje fiscal que permita más gasto público. Por todo eso, señaló, los inversores literalmente no están “pagando” por ver.
Y mientras los analistas apuntaban a la incertidumbre fiscal, el flamante ministro de Economía, Fernando Haddad, atribuyó la caída de la Bolsa a la reacción de los mercados al “legado” de déficit encubierto que dejó el gobierno del ultraderechista Jair Bolsonaro, descartando “un ataque especulativo”.
“La gente (del mercado financiero) está sabiendo lo que ocurrió en Brasil en 2022, creían que había un clima con la economía yendo a buen puerto, pero este clima se deshizo con la presentación de los números reales”, señaló Haddad.
Cayó la ficha
El ministro sostuvo que al mercado financiero “le cayó la ficha” de la realidad macroeconómica y el déficit fiscal dejado por Bolsonaro, sobre todo con la aceleración de la emisión de dinero en el último semestre del año, debido al paquete de ayudas que lanzó mientras buscaba su reelección.
“La tasa de interés pasó del 2% al 13,75%, un legado de 300.000 millones de reales (55.000 millones de dólares). Entonces lo que ocurrió en la Bolsa no es un ataque especulativo, es que se dieron cuenta, y nos toca aclarar la situación con transparencia. Vamos a corregir todo”, aseguró Haddad al portal 247.
Según el funcionario, cuya prioridad de gestión es una reforma tributaria, Bolsonaro utilizó como nadie la máquina pública de emisión de dinero y beneficios para intentar vencer a Lula en las elecciones de octubre pasado.
“Existe gran parte del empresariado que quiere que al país le vaya bien, pero muchos no tenían la noción del gobierno que estaban apoyando y hay que dejar claro eso”, aseguró Haddad.
El ministro insistió en que la economía viene en caída en los últimos dos trimestres y que el gobierno deberá ejecutar acciones para evitar que esa curva continúe con esa tendencia en los primeros tres meses de 2023.
Haddad dijo por otra parte que presentará al presidente Lula durante este mes el programa “Desenrola”, centrado en la renegociación de deudas personales y otras promesas de campaña. En enero, el programa para las personas endeudadas será para los individuos, pero habrá líneas para las empresas, declaró al sitio web Brasil 247.
En otra área clave del nuevo gobierno, el flamante ministro de Relaciones Exteriores, Mauro Vieira, prometió durante la ceremonia de jura reconstruir la diplomacia del país luego del “retroceso” que representó el gobierno de Bolsonaro en la imagen del país en el exterior.
Vieria afirmó que una de sus prioridades será “reconstruir el patrimonio diplomático para conducir a Brasil a los grandes palcos de las relaciones internacionales”.
“La primera instrucción que de él (Lula) recibí fue reabrir los canales de diálogo que fueron bloqueados, tendremos que recomponer unas relaciones diplomáticas damnificadas por un retroceso sin precedentes” debido a una política externa “guiada por una visión ideológica limitante”, agregó.
En su discurso de asunción del mando pronunciado el domingo, Lula prometió reinsertar a su país en el mundo y desarrollar una agenda intensa de viajes. Está previsto que el nuevo presidente viaje a Estados Unidos, China y la Argentina en el primer trimestre del año, tras lo cual debe embarcar hacia Portugal, país que debe visitar en abril.
Lula, en tanto, participó ayer de la despedida de Pelé, que fue sepultado tras una procesión multitudinaria en la ciudad de Santos, donde desarrolló casi toda su carrera.
Pelé “es una figura muy especial. No se puede comparar con nadie, ni como jugador de fútbol, ni como ser humano, con ese comportamiento fino y educado”, dijo Lula en el evento que centró la atención de los brasileños durante toda la jornada.
Agencias ANSA, Reuters y diario O Globo
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