Los líderes del G-7 insistirán en las sanciones a Rusia por la crisis de Ucrania

GARMISCH-PARTENKIRCHEN, Alemania.- Una idílica localidad de los Alpes alemanes será el escenario donde los líderes del G-7 discutirán desde hoy, durante dos días, sobre la agenda política y económica internacional, con eje en las sanciones a Rusia por el conflicto con Ucrania, aunque con la resistencia de miles de manifestantes, que ayer tomaron las calles en una protesta pacífica.

Más de 3500 personas recorrieron las calles de Garmisch-Partenkirchen, la ciudad más cercana al hotel de lujo que entre hoy y mañana será sede de la cumbre, custodiado con un cordón de policías que mantienen a kilómetros de distancia tanto a los activistas como a los curiosos. La marcha denominada "StopG-7", con lemas contra el tratado de libre comercio entre la Unión Europea (UE) y Estados Unidos y a favor de un acuerdo climático, discurrió de manera pacífica, salvo incidentes aislados.

Hippies, anarquistas, jóvenes, chicos, ancianos, familias. La ciudad quedó tomada por carrozas con música tecno, payasos y vecinos asomados a los balcones viendo pasar el desfile de manifestantes. Más de 22.000 policías fueron desplegados en la zona para contener posibles actos vandálicos.

Del otro lado, la canciller Angela Merkel será la anfitriona de los líderes de las principales potencias industrializadas -Estados Unidos, Japón, Alemania, Gran Bretaña, Francia, Italia y Canadá-, a los que se sumarán los máximos responsables de las instituciones europeas y, este año, también varios dirigentes de países africanos.

La primera jornada estará centrada en la situación económica internacional y todas las miradas volverán a centrarse en la crisis de Grecia, a pesar de los intentos de Alemania de que la cuestión no ensombrezca el resto de los asuntos en la agenda. Entre ellos, los tratados de libre comercio que se negocian a nivel bilateral y regional.

Por segundo año consecutivo, el presidente ruso, Vladimir Putin, estará ausente de la cumbre, aunque su nombre no podrá ser obviado y acaparó numerosos titulares y declaraciones. El conflicto de Ucrania, que llevó el año pasado a cancelar el formato G-8 y excluir a Rusia de las reuniones de este foro, será uno de los ejes del debate organizado para la cena de hoy, donde se espera que se ratifiquen las sanciones económicas impuestas a Moscú por su intervención en las sombras a favor de las fuerzas separatistas.

El presidente norteamericano, Barack Obama, tendrá entre sus objetivos insistir en "la importancia de mantener las sanciones a Rusia para incentivar la plena aplicación" de los acuerdos de paz que pongan fin al conflicto en el este del país, así como disuadir a Moscú de "nuevas agresiones", señaló el asesor adjunto de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Ben Rhodes.

En una entrevista con el diario italiano Corriere della Sera, Putin criticó las sanciones y rechazó que su país constituyera una amenaza para las potencias occidentales. "Quisiera decir que no hace falta tener miedo de Rusia. El mundo cambió tanto que la gente con sentido común no puede imaginarse un conflicto militar de envergadura hoy en día", señaló. Sobre el caso de Ucrania, afirmó que la responsabilidad del conflicto era del gobierno de Kiev.

La guerra en Siria será otro de los puntos de debate en la cumbre de Alemania, con la intención del gobierno de Obama de revisar la campaña internacional de bombardeos aéreos contra Estado Islámico (EI), ante los continuos avances territoriales de la milicia jihadista.

El gran ausente en los Alpes

Vladimir Putin

Presidente de Rusia

"Quisiera decir que no hace falta tener miedo de Rusia. La gente con sentido común no puede imaginarse un conflicto militar de envergadura hoy en día"

• Agencias AFP, EFE y DPA

Conforme a los criterios de

Conocé más

Sin señales de repliegue. La burla de Rusia a los que pronosticaron que hoy empezaba la guerra en Ucrania

¿Nuevo desafío?. El Parlamento ruso vota a favor de que Putin reconozca la independencia de dos regiones de Ucrania

Riesgo de guerra. Alemania empieza a jugar más fuerte y Rusia dice que hay “una posibilidad” de acordar con Occidente