Los islamistas, cerca de su primera victoria en Egipto
Los Hermanos Musulmanes habrían obtenido el 40% de los votos
EL CAIRO.- "Hubo muchos debates en [la plaza] Tahrir y nuestros hermanos explicaron muy bien por qué no deberíamos participar en las elecciones , ya que los militares nos piden salir a votar por un Parlamento al que le niegan plenos poderes", explica Maryam Eseldín, una estudiante de ingeniería de 21 años, activista de la revolución del 25 de enero.
Lo curioso es que después cuenta, con alegría, que soportó una fila de cuatro horas para poder llenar las dos boletas electorales y depositarlas en las urnas. "Nunca lo había hecho. Y alguna gente mayor que sí había votado no sabía lo que era saber que su decisión iba a valer, que no la iban a alterar". A final, la joven creyó: "Era importante ejercer el derecho que exigimos y por el que mis compañeros mártires murieron. Eso nos dará fuerza para ir por más".
Acudir a los centros de votación fue un acto de gran valor simbólico para los egipcios: la mística revolucionaria se desplazó de Tahrir a los cuartos oscuros, de la revolución a la democracia formal.
Por ahora, los primeros datos de ayer adelantan una victoria de los partidos religiosos de tendencia islamista.
Para Ahmed Salah, un ingeniero petrolero de 60 años que como segunda nacionalidad tiene la española, éste fue también su bautismo electoral: "Con Mubarak no tenía razones para votar -explica-. No permitían que participaran los políticos de oposición, salvo en raras ocasiones y en distritos alejados. En el mío, jamás. Nos reíamos porque aseguraban que la mayoría de los egipcios había votado, pero casi nadie conocía a alguien que lo hubiera hecho."
Ahora es al revés. Prácticamente toda la gente de sus círculos de amistades y trabajo le dijo que acudiría a las urnas. "La única cosa más difícil que meter la boleta en la urna fue encontrar el nombre de mis candidatos", comenta jocosamente.
Hay 47 organizaciones políticas y, al añadir a los aspirantes independientes, el votante se encuentra con una tarea muy complicada para elegir. En el distrito de Salah, la primera boleta tenía 19 listas de partidos. La segunda, 113 candidatos: es un papel del tamaño de una mesa de escritorio, que hay que doblar con cuidado para introducirla en la urna.
Gracias a una vieja costumbre que se ha utilizado en muchos países, para facilitar que las personas analfabetas reconozcan a quienes quieren apoyar, cada pretendiente se identifica con un objeto: desde un busto de Nefertiti hasta un cohete espacial, y desde una pistola hasta una paloma. "¿A quién se le ocurre hacerse representar por una aguja? -se ríe Salah-. ¡Cuánto busqué en este pajar! Casi voto al que usa un pollo asado, lo vi primero? y se me antojó."
Las cosas se complican más porque la junta militar dividió el proceso electoral en seis fases, subdividas en primera y segunda vuelta, cada una de dos días. El 12 de marzo será la última de 24 jornadas electorales en cuatro meses.
De acuerdo con las estimaciones preliminares de esta primera vuelta, los Hermanos Musulmanes quedaron adelante. La Alianza Democrática, que encabeza su Partido de la Libertad y la Justicia, incluye a otras seis organizaciones, dos laicas, y habrían alcanzado el 40% de los votos, muy por encima del 20 o 30% que auguraban los observadores.
En Túnez y en Marruecos, otros partidos de orientación semejante, que ganaron elecciones recientes, han establecido coaliciones de gobierno que incluyen a partidos laicos liberales y de izquierda, como una forma de desactivar las acusaciones de que quieren implantar regímenes de extremismo religioso.
A los Hermanos les conviene que en segundo lugar no haya quedado una formación laica, sino los radicales de la Alianza Islamista, liderada por el Partido Al-Nour, con entre 5 y 15%. Esto los ayudará a destacar su carácter "moderado" pues, como dicen ellos, los salafistas aspiran a adaptar la vida moderna a la sharia (ley islámica), mientras que los Hermanos tratan de adaptar la sharia a la vida moderna.
En tercer sitio, no quedaron los partidos que surgieron en Tahrir, varios de los cuales se agruparon en la alianza La Revolución Continúa, sino la coalición Bloque Egipto, que se formó alrededor del partido Egipcios Libres, creado hace pocos meses por un potentado de las telecomunicaciones, Naguib Sawiris.
La cadena Al Jazeera estima que se han cancelado los derechos electorales de por lo menos 30.000 personas que en algún momento sufrieron arrestos, sin que se distinga entre criminales comunes y detenidos políticos.
Islam Saiyyudin Mohammed, un activista que inicialmente se inclinaba por boicotear el proceso, cambió de opinión y pidió, desde su blog Literary Revolutions, que sus compañeros participaran. El no pudo: "Busqué mi nombre y aparezco como excluido".
Es una paradoja para una plaza Tahrir que, si el proceso electivo continúa siendo exitoso, tendrá que enfrentarse a un dilema existencial.
¿Cuál será ahora el objetivo de la protesta ? No hay consensos y en muchos egipcios empieza a calar la propaganda que describe a los manifestantes como necios problemáticos o como saboteadores inspirados por misteriosos enemigos extranjeros.
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