Los hispanos ya comienzan a hacer valer su voto por Obama
Su respaldo fue determinante para la reelección del mandatario y ahora la comunidad reclama que se agilice la reforma para legalizar a indocumentados
WASHINGTON.- Para Barack Obama significó un espaldarazo vital. Fue, sin embargo, un respaldo con condiciones.
Comprobado su poder en las urnas, en las que le dieron un envión a la reelección del presidente norteamericano, la comunidad latina no perdió ni un minuto, desde el martes, para pedir la devolución de gentilezas. Decidida, exige ahora negociaciones inmediatas para acelerar la postergada reforma que saque de las sombras a más de 11 millones de inmigrantes indocumentados.
Activistas, grupos proinmigrantes y defensores de los derechos civiles, y hasta representantes latinos del propio Partido Demócrata esperaban ansiosos este momento. Desde el miércoles pasado, todos se mueven en la misma dirección, con la consigna de presionar al presidente para que la ley -una de sus promesas incumplidas de la primera campaña- esté en su lista de problemas urgentes.
El congresista demócrata por Illinois Luis Gutiérrez no tuvo dudas sobre cuál debería ser la actitud de Obama, y dijo que, si quiere retribuir a la comunidad latina por su fuerte respaldo, se debe convocar a legisladores de ambos partidos.
"Entiendo que no se puede [legislar una reforma migratoria] sin el apoyo de los republicanos, pero también creo que no se puede si no hay liderazgo" del presidente, advirtió Gutiérrez, que representa a los barrios latinos de Chicago, cuna política del mandatario.
Durante la campaña, Obama ganó un gran apoyo de los latinos al reiterar su promesa de 2008 de impulsar una reforma migratoria integral y, sobre todo, por el plan que lanzó en junio para suspender las deportaciones de 1,7 millones de inmigrantes menores de 30 años llegados a Estados Unidos sin autorización cuando tenían menos de 16 años, los aquí llamados dreamers. Pero también hubo voces críticas, porque durante su primer mandato, Obama deportó a un promedio anual de 400.000 personas, una cifra sin precedentes en el país.
"Los resultados fueron un mensaje para el presidente, a quien se le da una segunda oportunidad porque está prometiendo la reforma. Pero también fueron un rechazo de los latinos al Partido Republicano y su retórica antiinmigrante", dijo a LA NACION Maribel Hastings, asesora ejecutiva de la organización America's Voice, que apoya los derechos de los inmigrantes.
En las urnas, los números fueron abrumadores. Según el Pew Hispanic Center, Obama recibió el 71% del voto latino, frente a un 27% de Mitt Romney. Se trató del porcentaje más alto a favor de un demócrata desde 1996, cuando ganó Bill Clinton, y del más bajo que cosechó un republicano desde 1966, lo que volvió a dejar en evidencia la brecha existente entre ese partido y la comunidad latina.
"El presidente debe cumplir su promesa y trabajar con el Congreso para crear un proceso de inmigración de sentido común. Y los republicanos deben elegir pragmatismo sobre el extremismo", pidió Alí Noorani, del Foro Nacional de Inmigración.
En Estados Unidos, hay 50,5 millones de latinos, de los cuales cerca de 24 millones tuvieron la posibilidad de votar, cuatro millones más que en 2008. Gutiérrez recordó que, cada año, más de 500.000 latinos en el país cumplen 18 años, la edad para poder votar.
"Apoyé a Obama porque creo que es el único que puede resolver la situación de los inmigrantes", dijo a LA NACION Jorge Silva, un taxista de Cabo Verde radicado hace 11 años en Washington. "La postura del otro [por Romney] sólo ahuyentó a los votantes negros y latinos", añadió. En campaña, el republicano dijo que las autodeportaciones de indocumentados eran una solución viable a la inmigración ilegal.
Una coalición de organizaciones latinas ya prepara acciones para retomar la lucha por la reforma. "El tiempo es ahora", dijo Angélica Salas, directora de la Coalición para los Derechos Humanos de los Inmigrantes, en Los Ángeles.
Salas advirtió que ya se reunieron con miembros del gabinete y que pidieron tener una audiencia el mes próximo en la Casa Blanca. "En enero tendremos el documento o la iniciativa de ley ya escrita para la reforma migratoria, donde se incluya la legalización y unión familiar", se entusiasmó.
Por su parte, Cristina Jiménez, directora del grupo United We Dream -que representa a jóvenes indocumentados-, señaló que la participación de los votantes latinos dejó muy en claro que "el mandato" de Obama es lograr la ley. Además, dijo que buscarán iniciar contactos con los republicanos en el Congreso y señaló al ascendente senador Marco Rubio como uno de los actores clave.
Tras el cachetazo del martes pasado, varios republicanos evalúan sobre los cambios demográficos en Estados Unidos y el camino por seguir para el partido. En ese sentido, algunos advierten que la reforma migratoria debe ser una de las prioridades de la próxima legislatura.
"Da cierto optimismo que haya voluntad de empezar a negociar", estimó Hastings.
"Necesitamos una estrategia de sentido común que garantice la seguridad en nuestras fronteras y arregle el fallido sistema de inmigración", afirmó John Boehner, presidente de la Cámara de Representantes.
Es la primera vez que el partido muestra una actitud conciliadora en materia de inmigración, que el ala más conservadora de los republicanos endureció tras las elecciones de 2010. Los resultados del martes desnudaron las fallas de su estrategia. Y, con la misma inmediatez con la que se alzaron las voces de la comunidad latina, los republicanos sólo tardaron dos días en reaccionar.
El presidente y los latinos
- Los estados bisagra
Obama logró ser reelecto, en parte, porque los latinos votaron por él en estados donde se definía la elección
- Reforma migratoria
Su promesa de impulsar una reforma migratoria y su plan para suspender las deportaciones de inmigrantes menores de 30 años atrajeron a los latinos
- Contra los republicanos
El resultado fue un rechazo al Partido Republicano y su retórica antiinmigrante
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