"Los heridos por Sandy, peor que los del 11-S", según los médicos
Los hospitales de Nueva York se enfrentaron el lunes por la noche a un desafío mayor que en los ataques terroristas de 2001; hubo más pacientes en estado crítico
NUEVA YORK (AFP) - Los hospitales de Nueva York se enfrentaron el lunes por la noche a un desafío a la altura de los ataques del 11 de septiembre de 2001 por el paso del huracán Sandy, con cortes de electricidad y el traslado imprevisto de cientos de pacientes en estado crítico.
Grandes hospitales como el New York University (NYU), en el sur de Manhattan, o el Coney Island (Brooklyn) tuvieron que transferir a sus pacientes con heridas serias cuando el huracán azotaba la ciudad, luego de sufrir inundaciones o ver cómo sus generadores colapsaban y se quedaban sin energía.
"Esta es quizás la situación más compleja que he vivido en Nueva York en los últimos 30 años. De la parte médica, de paciente agudo y crónico, ha sido definitivamente más complejo que el 11 de septiembre", dijo el doctor Carlos Cordon-Cardo, responsable del departamento de patología del hospital Mount Sinai, que recibió a más de 100 pacientes de otros centros.
"Estaba en el 11 de septiembre y estuve más involucrado de lo que hubiese querido. En el 11-S había gente con problemas de pulmón, con un poco de intoxicación, pero gente muy muy enferma o con necesidades médicas agudas no fueron tantas porque por desgracia perdimos a mucha gente. Esta vez ha sido una emergencia médica de verdad", precisó.
Los atentados del 11-S perpetrados en Nueva York dejaron oficialmente 2753 muertos, y otros 223 en el resto del país.
Emergencia en la ciudad
El Mount Sinai, ubicado en el Upper East Side -uno de los barrios de Manhattan donde no se cortó la electricidad-, recibió por ejemplo el lunes por la noche a 64 pacientes del NYU Hospital, luego de que decenas de ambulancias se dirigieran a ese lugar en medio de la tormenta, indicó Cordon-Cardo.
"Había una demanda importante para poder trasladar a pacientes muy críticos. Tuvimos una ventana de acción relativamente benigna. Aunque el tiempo era muy inclemente tampoco fue un viento tan fuerte que las ambulancias tuvieran que sufrir", explicó este profesional español reconocido internacionalmente por su investigación en la lucha contra el cáncer.
"Nos llegó más de un paciente muy enfermo sin una historia clínica electrónica, solamente con un par de papeles medio mojados y arrugados arriba de la camilla", recordó, agregando que muchos de los 650 miembros de su equipo durmieron en lugares improvisados para continuar respondiendo a la emergencia.
"Fue emocionante y extraordinario ver cómo todo un grupo de profesionales trabaja juntos de una manera armoniosa, sin dormir o durmiendo encima de mesas de salas de conferencia, en coches que algunos habían dejado en el garaje" contó.
La situación en los hospitales de Nueva York con problemas seguía siendo muy complicada hoy. El NYU Hospital se encontraba examinando "el impacto de la tormenta en todas las instalaciones de atención médica, investigación y educación", y sólo una parte de su personal fue convocada a trabajar hoy y mañana, según un comunicado.
Una situación más compleja parecía atravesar el Coney Island Hospital, que sufrió inundaciones y daños por la tormenta y tenía energía eléctrica limitada, indicó a la AFP Evelyn Hernandez, directora de prensa de Hospitales y Salud de la ciudad de Nueva York, citando el último informe de su departamento.
El hospital de Coney Island tuvo que transferir a unos 200 pacientes, algunos a otros hospitales y los menos críticos a sus casas. Otros centros médicos, como el Bellevue en Manhattan, sufrieron inundaciones en sus subsuelos y trabajaban bajo condiciones complejas con generadores de emergencia.
El Bellevue debió transferir a 13 pacientes en estado crítico, aunque mantenía a los 700 restantes, según Hernandez. Una clave del éxito del traslado de pacientes en medio de la tormenta fue la preparación por adelantado, señaló el doctor Cordon-Cardo.
"Empezamos a coordinarnos el fin de semana. Montamos en varias salas de conferencias camillas. Gente que vivía lejos que vieron que podían tener problemas dejaron parte de sus familias, vinieron al hospital y ya estuvieron con nosotros el domingo. Cuando llegó la tormenta e lunes ya teníamos al equipo preparado", explicó.
"Ahora la tarea continúa. Tenemos que recuperar a toda una serie de pacientes que tenían que ser vistos. Continuamos trabajando a tope, 24 horas al día", concluyó al referirse a la situación para los próximos días.