Los funcionarios chavistas se convierten en blanco de escraches en el extranjero
Residentes en el exterior se organizan para denunciar a dirigentes y a sus familiares
MIAMI.- Javier Fungairiño estaba desayunando con su hijo en una panadería cuando vio una cara familiar en una mesa cercana: un ex ministro del gobierno socialista de Venezuela cuya presencia le recordó el dolor que sufrió cuando abandonó su tierra natal rumbo a Miami hace tres años.
"Yo ya sabía que era él -dijo el hombre de 43 años sobre el encuentro fortuito-. Lo primero que le dije fue: «Tú eres Eugenio Vásquez Arellana». Y él dijo: «Sí»."
De inmediato, una enojada multitud de venezolanos rodeó al ex director del Banco de Venezuela, gestionado por el Estado, gritándole "rata" y "ladrón", hasta que Vásquez y el hombre que lo acompañaba huyeron.
El encuentro fue grabado con un celular y se hizo viral en medios sociales entre los miembros de la oposición en Venezuela, que lleva dos meses protestando en la calle.
Estas confrontaciones públicas son cada vez más frecuentes. Ya sea en la ópera de Nueva York o durante un paseo por una playa en Australia, funcionarios actuales o pasados del gobierno venezolano -e incluso sus hijos- encuentran cada vez más difícil disfrutar de una vida acomodada en el extranjero mientras en el país se libra una lucha por el poder cada vez más violenta.
Las redes sociales han multiplicado el impacto político de las confrontaciones con representantes del sistema chavista. Protestas improvisadas se organizan a través de WhatsApp entre pequeños grupos de exiliados. Un grupo en Miami anuncia sus acciones apenas horas antes de que sucedan, al enterarse gracias a hackers en Caracas sobre personas con vínculos con el gobierno que salen del país. La semana pasada, un grupo de activistas desplegó una pancarta gigante contra el gobierno en el exterior de un barrio cerrado de un suburbio de Miami conocido como Little Venezuela, donde se cree que vive un supuesto testaferro de un destacado gobernador chavista, José Gregorio Vielma Mora.
"Ha matado a tantos muchachos en Táchira y no le importa. Y sus compadres viven aquí en Doral Isles -gritó Jani Méndez, una contadora venezolana, a través de un megáfono, mientras los autos que pasaban hacían sonar sus bocinas en señal de apoyo-. Para que sepan a quién tienen de vecino."
En Berna, Suiza, una mujer se enfrentó al embajador de Venezuela, César Méndez, en un supermercado gritándole "corrupto" y "ladrón" en alemán, ante la mirada sorprendida de los compradores.
En otra grabación Lucía Rodríguez, la hija del alcalde de Caracas Jorge Rodríguez, camina con un hombre por la playa de Sydney cuando una mujer se pone al lado y le dice: "Gracias a tu papá hay gente que se está muriendo".
Adriana Gómez y Joshua Goodman
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