Los estragos económicos causados por el golpe de Filomena ponen de rodillas a Madrid
MADRID.– La ciudad se convirtió en una gigantesca pista de hielo. Transitar a pie es una trampa que exige buen calzado, reflejos y equilibrio. Filomena, el temporal de nieve y frío que azotó la Península Ibérica, dejó su huella en zonas urbanas y rurales en un país que no está preparado, en infraestructura y logística, para capear esta fuerza destructora.
En Madrid, solo el 17% de las calles están aptas para transitar. El modo más seguro para desplazarse es el metro, operativo las 24 horas desde hace seis días. El peligro acecha también desde las cornisas y tejados que acumulan bloques de nieve congelada.
Las cifras de Filomena son sorprendentes. En las 30 horas que duró la tormenta de nieve –desde el viernes hasta el sábado– cayeron sobre Madrid 1250 toneladas de nieve sobre las 9200 calles de la ciudad. El alcalde, José Luis Martínez-Almeida, tradujo esta información de modo gráfico: el volumen de nieve acumulado equivale al volumen que podría transportar una fila de camiones de 40 mil kilos de capacidad desplegados desde Madrid hasta Bruselas.
Los colegios, que deberían haber comenzado el pasado lunes las clases tras el receso de las vacaciones de Navidad, permanecerán cerrados hasta el próximo lunes, aunque, según la vicealcaldesa, Begoña Villacís, el regreso será "complejo" ya que hay 87 colegios damnificados, un estrago que se calcula en 43 millones de euros. En total, y a partir de la primera valoración de los daños que realiza el Ayuntamiento, los daños ascienden a casi 1400 millones de euros. Otro daño es el que han sufrido las zonas verdes, parques históricos y la arboleda urbana. En total, aunque el censo aún continúa, se calcula que se han perdido 150 mil árboles por la furia de Filomena, el equivalente al 10% de los árboles madrileños.
En algunos supermercados se registró la falta de productos frescos dado que durante tres días Mercamadrid –el mercado mayorista de la región– interrumpió su accionar ante la imposibilidad de los camiones para acceder y abastecer este centro. Y del déficit al superávit, las salas de emergencias de los hospitales, en particular el área de traumatología, se vieron desbordadas ante los accidentes ocurridos por las condiciones del pavimento congelado. A su vez, el miércoles los bomberos madrileños realizaron 530 intervenciones para limpiar de hielo las cornisas (un día promedio realizan 90 "salidas" desde el cuartel). En total, desde que Filomena azotó Madrid, los bomberos han recibido 113 mil llamadas.
El temporal también sumó un nuevo frente en la puja entre el gobierno nacional (PSOE-Unidas Podemos) y el de la Comunidad de Madrid (Partido Popular). La presidenta autonómica, Isabel Díaz Ayuso, anunció que solicitará al Estado la declaración de "zona catastrófica" o "zona de emergencia de protección civil", debido a la magnitud de los daños materiales y humanos causados por el temporal. Es el Consejo de Ministros del Poder Ejecutivo quien evaluará aceptar o rechazar esta medida que Madrid considera urgente. En caso de lograr la aprobación de esta medida, Madrid obtendría ayudas directas a particulares, empresas y ayuntamientos, así como la exención de algunos impuestos.
Pronto comenzaron las comparaciones con otras sociedades, como la parisina, donde rigen multas a los vecinos por no despejar la nieve, pero la sociedad española nunca había vivido una experiencia similar. Los servicios de limpieza de caminos y carreteras, acompañados también por cuerpos de la Unidad Militar de Emergencias (UME) trabajan incesantemente para que pueda regresar la "nueva normalidad", en plena pandemia donde se continúa vacunando al personal sanitario y a los ancianos en geriátricos, pero a un ritmo que no es el óptimo.
Además de las toneladas de nieve por recoger, quedan las de basura. Hoy se reanudó el servicio. Más de tres millones de personas retenían en sus domicilios la basura desde el viernes pasado. Se calcula que en las últimas horas se han recogido 1100 toneladas de basura.
El frío dará tregua a partir de este fin de semana dado que la ola polar se extendió más allá de la borrasca. En Getafe, en el primer cordón suburbano, una zona universitaria, se registró ayer un récord histórico y la mínima temperatura de Madrid: -12°.
En medio de esta tercera ola de la pandemia, y sumado a este temporal, otra circunstancia desanima a la sociedad: el incremento en la tarifa de electricidad que en los últimos días aumentó 6,7% y acumula un incremento del 110% en lo que va del mes. Así, llueve sobre mojado en los primeros días del año que prometía ser mejor que el anterior.
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