Los escándalos de abusos ponen a la defensiva a ONG humanitarias
PARÍS.- El manual de ética de Naciones Unidas califica esos hechos de "falla catastrófica". Es decir, el fracaso devastador de una acción que provoca el efecto contrario al buscado. En este caso, agredir a aquellos que uno debía proteger. Desde hace una semana, el escándalo de sexo, abusos y corrupción que agita a la ONG Oxfam, gigante británico de la ayuda humanitaria, no solo responde con exactitud a esa definición: también echa luz sobre las zonas oscuras de una actividad loable y respetada.
Para la mayoría de los mortales, un trabajador humanitario es alguien que se ocupa con energía y desinterés de gente que necesita ayuda en forma urgente durante o después de una crisis. Esa imagen altruista podría ser, sin embargo, un mito. Por la simple razón de que cualquiera que está en condiciones de ayudar también tiene poder sobre los demás. Y muchos suelen aprovecharse.
El escándalo, cuya onda expansiva no deja de extenderse, empezó la semana pasada, cuando la prensa británica denunció a Oxfam de haber organizado orgías con prostitutas en sus locales y residencias después del terremoto de Haití, que provocó 220.000 muertos y dejó sin techo a 1,5 millones de personas en 2010. Empleados de Oxfam habrían hecho lo mismo en Chad, en 2006, y violaron mujeres en Sudán del Sur.
En pleno escándalo, tras una cascada de críticas y alejamientos de prestigiosas figuras, ante el riesgo de perder sus fuentes de financiación oficiales y privadas Oxfam hizo esta semana su mea culpa, al dejar partir a Penny Laurence, su directora general adjunta. Pero el de esta ONG no es un caso aislado. Para empleados e investigadores del sector humanitario, el incidente de Haití fue solo la gota que rebasó el vaso. Durante décadas -señalan- hubo informes sobre empleados de ONG que explotaban a la gente que debían ayudar.
Los abusos sexuales en el sector humanitario cubren una variedad de víctimas, comportamientos y organizaciones. A veces se trata de empleados que agreden sexualmente a sus colegas, mientras que el caso de Oxfam demuestra otro tipo de problema: trabajadores de ONG o de Naciones Unidas que explotan sexualmente a quienes deben ayudar.
Los modos de explotación van del acoso al sexo tarifado, pasando por el trueque de ayuda por sexo, el estupro y la violación, según un documento de Naciones Unidas de 2016.
Los empleados humanitarios saben, sin embargo, que recurrir a la prostitución es motivo de despido. El Comité Interagencias -cuyos miembros incluyen la ONU, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Banco Mundial- es preciso en sus textos: "En casi todas partes, la mayoría de las mujeres que se prostituyen no quieren hacerlo [...] El sexo forzado es uno de los únicos medios que tienen a su alcance para obtener el dinero necesario para sus necesidades básicas", anota.
Todo el mundo debería saberlo, pero los culpables son conscientes de que no arriesgan demasiado.
La ONG Médicos Sin Fronteras (MSF) declaró que el año pasado tuvo 24 casos internos de abuso sexual. El Comité Internacional de Rescate (IRC, por sus siglas en inglés) admite que hubo tres casos de la misma naturaleza durante sus operaciones en la República Democrática del Congo.
"El problema también se verifica en Naciones Unidas y en otras ONG", confirma la abogada Megan Nobert, fundadora de la asociación Report the Abuse (Denuncie los abusos), que censó las ofensas sexuales cometidas por empleados humanitarios entre 2015 y 2017.
Investigaciones
Desde 2002, varias investigaciones de organizaciones de protección de la infancia demuestran graves violaciones. Una de ellas, de la ONG Save the Children en Haití, Sudán y Costa de Marfil, descubrió que empleados de varias organizaciones de ayuda obligaban a las chicas a "mantener relaciones lésbicas" y las filmaban a cambio de raciones de comida o dólares.
Otros casos incriminaron a los miembros de las misiones de paz de la ONU. En 2014, un informe de esa organización denunció que militares destacados en República Centroafricana, en particular del contingente francés, abusaban sexualmente de chicos -algunos de apenas 8 años- a cambio de comida o dinero.
"Los soldados de esas misiones usan incluso un nombre para denominar a esos chicos: peacekeeper babies [chicos de misión de paz]", señala Donovan.
Para Paula Donovan, en plena era #MeToo, desatada por el llamado escándalo Weinstein, tal vez haya llegado el momento de obtener un sólido compromiso en favor de una tolerancia cero en la comunidad humanitaria.
Conscientes de esa realidad, la mayoría de las ONG se están dotando de códigos éticos que prohíben en forma explícita la explotación sexual y monitorean con cuidado los CV de sus candidatos. Entonces, ¿por qué no hay forma de erradicar esos comportamientos?
"Tenemos reglamentos, políticas precisas, y procedimientos para prevenir", dice Judith Greenwood, directora de CHS Alliance, una ONG basada en Ginebra. "Lo que falta es el control para aplicarlos", precisa.
Según todos los estudios realizados, los delitos sexuales cometidos por empleados humanitarios no suelen tener serias consecuencias para los culpables. En un informe de 2015 sobre crímenes sexuales de soldados en misiones de paz, la ONU reconoció "una grave falla institucional para responder en forma significativa".
En pleno escándalo de Oxfam, varias voces se elevan para pedir la suspensión de la financiación de la ONG, que este año recibió 35,7 millones de euros del gobierno británico, cifra que representa el 8% de sus recursos anuales.
Pero incluso los más críticos, como Megan Nobert, víctima ella misma de una violación en el marco de su actividad humanitaria por parte de un proveedor de la ONU en Sudán del Sur en 2015, defiende el trabajo de esas organizaciones.
"Sería un grave error", advierte. "No todos los trabajadores humanitarios cometen actos de abuso sexual. La enorme mayoría trabaja duro y honestamente en el terreno para aliviar la pobreza y ayudar a la gente".
Organizaciones que quedaron en la mira
Oxfam
La prensa denunció que la organización británica Oxfam, una de las agencias de ayuda ante desastres más grande del mundo, realizó en sus oficinas de Haití orgías con prostitutas y varios abusos sexuales tras el terremoto de 2010, y también en Chad; la ONG reconoció la veracidad de los denuncias
Médicos Sin Fronteras
La mayor ONG médica de socorro reconoció que el año pasado hubo 24 casos internos de abuso sexual, que llevaron al despido de 19 empleados; los casos se dieron en varios proyectos desarrollados en distintos países, pero no se informaron más precisiones sobre el lugar ni las víctimas de los abusos
Comité Internacional de Rescate
La ONG fundada en 1933 por iniciativa de Albert Einstein, que ayuda a personas perseguidas por motivos raciales, políticos o religiosos, reconoció esta semana que empleados de su organización cometieron tres casos de abuso sexual en la República Democrática del Congo; en total recibieron 37 denuncias de fraude, abusos y sobornos en ese país
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