Los detalles sobre la liberación del presunto testaferro de Nicolás Maduro: “Pensé que me ibas a olvidar en EE.UU.”
El empresario colombiano Alex Saab fue recibido por el presidente venezolano en el Palacio de Miraflores tras el intercambio de prisioneros entre Caracas y Washington
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CARACAS.– “Pensé que me ibas a olvidar allá”, le dijo con voz baja el recién llegado a Nicolás Maduro tras abrazarlo. “Jamás, jamás, ni en estas vidas ni en todas las vidas que vengan”, respondió el presidente venezolano. Las primeras palabras en Caracas del magnate colombiano Alex Saab, protagonista de uno de los capítulos más rocambolescos de la actual guerra fría global, agradecieron los tres años y medio de lucha sin cuartel empleados por el mandatario chavista para llevarlo de regreso desde su detención en Estados Unidos.
Para Maduro no había ninguna duda: se trata no solo del principal operador financiero del chavismo, que más allá de sus múltiples corruptelas con el poder enseñó el camino para eludir las sanciones de Estados Unidos; el recién liberado Saab también es su presunto testaferro, según la acusación realizada por la antigua Fiscalía venezolana, que no pudo ser llevada a juicio.
El canje múltiple de presos por Saab, acordado por los gobiernos de Venezuela y Estados Unidos, se cerró con la libertad de 10 estadounidenses y una veintena de venezolanos, entre los que se encuentran el último prisionero político (Roberto Abdul, uno de los organizadores de las históricas primarias de la oposición) y los tres colaboradores muy estrechos de la líder opositora María Corina Machado, protegidos en una embajada europea tras su orden de captura.
Los acontecimientos se sucedieron a velocidad de vértigo, pese a que han tardado meses en concretarse desde que Qatar recibiera una reunión entre ambas partes para allanar el camino. El canje se realizó en una de las islas de la caribeña San Vicente y las Granadinas.
Bastan los detalles para comprender la importancia que otorgan a Saab los jerarcas del chavismo. Maduro lo recibió al pie del palacio; Cilia Flores, su mujer y primera combatiente revolucionaria, lo recogió en el aeropuerto y lo escoltó hasta Miraflores, y Jorge Rodríguez, jefe de la delegación negociadora, acudió hasta San Vicente y las Granadinas para subirlo a su avión. El panegírico de la transmisión en directo superó incluso la hipérbole diaria. Un ejemplo: “El pueblo lo escolta amándolo”. No se veía a nadie en las calles.
La escena en el Palacio de Miraflores pone fin a 1080 días de pulseada entre Washington y Caracas, tras caer Saab en 2020 en la trampa montada por el FBI y la DEA en Cabo Verde, parada africana para repostar su jet privado en viaje a Moscú y Teherán.
El chavismo contó con la ayuda de sus aliados, sobre todo Rusia en la etapa africana, en uno de los capítulos más álgidos de la guerra fría actual. Estados Unidos evitó entonces una operación armada para liberarlo.
Los presos norteamericanos
En el grupo estadounidense que regresó a su país están incluidos seis prisioneros políticos, entre ellos Airan Berry y Luke Denman, los dos ex boinas verdes que participaron en el fracasado desembarco de la Operación Gedeón en 2020, y cuatro personas más, incluso un perseguido de las autoridades estadounidenses. Se trata del polémico empresario Fat Leonard, autor de una famosa estafa a la Marina de Estados Unidos, quien fue detenido en el aeropuerto de Caracas cuando escapaba de su país en dirección a Singapur. Varios de ellos han denunciado torturas de todo tipo, y no solo los llamados mercenarios de Gedeón.
“Ojalá continuemos este proceso de entendimiento y respeto, hoy se ha dado un paso”, se dirigió Maduro al presidente Joe Biden, con Saab y su comitiva como testigo. Una victoria diplomática para Maduro en toda regla que además avala los acuerdos de Barbados entre gobierno y oposición.
“¡Bienvenido, Alex Saab! Su único delito fue vencer el bloqueo criminal y buscar todas las medicinas y vacunas para el pueblo, la nafta, los alimentos”, defendió Maduro al considerado “diplomático venezolano”, como presentan a Saab los canales revolucionarios, que no hicieron mayor mención a las pruebas que aseguran que durante un tiempo el comerciante barranquillero, de origen libanés, también ejerció como confidente de la DEA.
El presidente pueblo ya sabía que para la Casa Blanca es fundamental liberar a sus presos en el extranjero. Y no solo porque así lo confirma la historia, sino también porque ya el año pasado consiguió la libertad de sus dos narcosobrinos, condenados a 18 años de cárcel por narcotráfico, a cambio de siete ciudadanos estadounidenses.
“Fue una decisión muy difícil de tomar para Biden”, corroboró uno de los voceros de la Casa Blanca. Se trata, junto a la liberación de Viktor Bout, traficante de armas para talibanes y Al-Qaeda, intercambiado con Rusia a cambio de la jugadora de baloncesto Brittney Grimer, de una de las principales operaciones de esta administración.
En declaraciones a los medios en Milwaukee, el mandatario demócrata apuntó a que “parece que Maduro, hasta ahora, está manteniendo su compromiso de celebrar elecciones libres. Aún no está hecho, queda un largo camino por recorrer. Pero hasta ahora todo va bien”.
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