Los demócratas no le dan tregua a Trump: presionan a Pence y abren el juicio político
WASHINGTON.– Los demócratas redoblaron su presión para echar a Donald Trump de la Casa Blanca y dieron el primer paso para llevarlo a su segundo juicio político, destituirlo y prohibirle que vuelva a ser candidato a la presidencia, al presentar en el Congreso una acusación formal que lo culpa de "incitar una insurrección" y alentar el ataque contra el Capitolio que conmocionó al mundo. La nueva ofensiva llegó cuando faltan solo nueve días para la jura del presidente electo, Joe Biden, en medio de crecientes presiones a los republicanos para que pongan punto final de inmediato a la presidencia de Trump.
La acusación, que se conoció hoy, denuncia a Trump por haber "incitado violencia contra el gobierno de Estados Unidos", poner en "grave riesgo" a las instituciones del país y la seguridad de la democracia, e interferir en la transferencia pacífica del poder con su discurso en un acto en Washington que culminó con el brutal asalto al Congreso –calificado del peor ataque a las instituciones en la historia del país–, que dejó cinco muertos.
Si la Cámara baja lo aprueba, Trump será el primer presidente en la historia que enfrenta dos impeachments en el Senado, luego del primer juicio, hace apenas un año, por el escándalo Ucraniagate.
"El presidente representa una amenaza inminente para nuestra Constitución, nuestro país y el pueblo estadounidense, y debe ser destituido de su cargo de inmediato", dijo Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes y líder demócrata del Congreso, en un comunicado.
La nueva ofensiva contra el mandatario llega en medio de crecientes presiones al Partido Republicano, al vicepresidente, Mike Pence, y al gabinete de Trump para que activen la 25ªº enmienda de la Constitución y destituyan al jefe de la Casa Blanca, y le pongan punto final a su presidencia.
Por ahora, Pence y los republicanos han evitado dar la estocada final al gobierno trumpista, temerosos de que pueda generar una rebelión interna y deje al partido fracturado en dos. Trump recibió 75 millones de votos en la última elección presidencial y la gran mayoría de los republicanos creen que los comicios fueron fraudulentos, tal como sostiene el magnate.
A la par del puntapié al nuevo impeachment, Pelosi envió un ultimátum a los republicanos: le dio a Pence 24 horas para decidir si echa a Trump. Los demócratas ya tienen los votos en la Cámara baja para dar luz verde al nuevo juicio a Trump, aislado en la Casa Blanca, sin poder, despojado de sus plataformas sociales y acompañado solo por sus colaboradores más leales.
El nuevo impeachment de los demócratas apunta ya no solo ya a acelerar la salida de Trump del poder –a su presidencia le quedan apenas nueve días–, sino también a evitar que intente regresar a la Casa Blanca con una nueva candidatura en 2024: la Constitución de Estados Unidos permite que el Senado descalifique permanentemente a Trump de ocupar "cualquier cargo de honor, confianza o lucro en Estados Unidos", un desenlace que le cerraría las puertas a una eventual campaña presidencial. La acusación de los demócratas pide específicamente que se aplique ese castigo.
Falsedades
La acusación de los demócratas, de cuatro páginas, indica que, antes del ataque de trumpistas al Congreso de Estados Unidos, el último 6 de enero, Trump les dijo a sus seguidores en un discurso que "si no pelean como el infierno, ya no les va a quedar un país", y que además volvió a mentir al afirmar, falsamente, que había ganado la elección presidencial.
Ninguna de las acusaciones de fraude masivo del presidente tuvo eco en la Justicia, que rechazó todos sus planteos, y todos los estados del país y el Congreso certificaron el triunfo de Biden.
"En todo esto, el presidente Trump puso en grave peligro la seguridad de Estados Unidos y sus instituciones de gobierno", dice la resolución. "Amenazó la integridad del sistema democrático, interfirió con la transición pacífica del poder y puso en peligro una rama del gobierno igual. De ese modo, traicionó su confianza como presidente, para agravio manifiesto del pueblo de los Estados Unidos", agrega.
Ante la resistencia de Pence y de los republicanos de soltarle la mano a Trump y destituirlo, y la determinación de los demócratas de avanzar con el nuevo impeachment, la incógnita era cuándo se realizaría el nuevo juicio, ante la inminente partida de Trump de Washington.
Algunos congresistas sugerían que los demócratas podrían demorar el inicio del nuevo juicio político para evitar contaminar los primeros 100 días de la presidencia de Joe Biden, que deberá hacer frente a la pandemia, una economía deshilachada y un país fracturado y explosivo, donde merodea el fantasma de una guerra civil.
Pero otros congresistas desechaban esa idea al indicar que lo relevante era la urgencia por poner punto final a la presidencia de Trump y dar vuelta la página a una era que medio país mira con espanto, mientras que la otra mitad la vive como el fin de la mejor época de sus vidas.
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