Para determinar las naciones que tienen la mejor armonía entre ambos aspectos se utilizó el Índice Global 2023 de la empresa de tecnología de recursos humanos Remot
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El equilibrio entre la vida laboral y la personal suele considerarse la clave para todo, desde un estilo de vida saludable hasta el bienestar psicológico. Por lo tanto, no sorprende que, para cualquiera que esté considerando mudarse de país, es importante comprender cuáles son las actitudes de una nación hacia el trabajo.
Para determinar qué países tienen la mejor armonía entre el trabajo y la vida personal, analizamos el Índice Global de Equilibrio entre la Vida y el Trabajo de 2023 de la empresa de tecnología de recursos humanos Remote, que tiene en cuenta aspectos como las vacaciones anuales obligatorias, el porcentaje mínimo de pago por enfermedad establecido por la ley y la cantidad de licencia de maternidad remunerada.
También analizamos los datos sobre el equilibrio entre la vida personal y laboral de la OCDE, que analiza cuántas horas trabajan los empleados y cuánto tiempo dedican las personas al ocio y al cuidado personal en sus 22 países miembro.
1. Nueva Zelanda
Lidera el ranking de Remote con 26 semanas remuneradas de licencia de maternidad, a lo que hay que sumar un salario mínimo relativamente alto, 32 días de vacaciones anuales legales y un porcentaje mínimo legal de pago por enfermedad del 80%.
Pero más que cualquier política en particular, es la cultura general la que hace que el trabajo sea un asunto más relajado, dice Erin Parry, una canadiense que vive en Nueva Zelanda y trabaja en marketing.
“Como canadiense, uno tiene una actitud de ‘vida o muerte’ respecto al trabajo”, afirma. “Simplemente no sabía cómo podría sobrevivir eso”.
Cuando visitó Nueva Zelanda en 2015, el país pareció ofrecerle un enfoque diferente, uno que, desde que se mudó allí permanentemente el mismo año, ha estado a la altura de las expectativas.
Por supuesto, Nueva Zelanda no es perfecta. Los datos de la OCDE muestran que el 14% de los empleados trabajan más de 50 horas por semana, más que el promedio de la OCDE del 10%.
Y dedican un poco menos de tiempo que el promedio de la OCDE, 14,9 horas por día, al cuidado personal (como comer y dormir) y al ocio (incluido pasar tiempo con familiares y amigos, pasatiempos y mirar televisión).
Parry señala que parte del apoyo gubernamental que ofrecen otros países ricos, como el seguro laboral en caso de desempleo, no lo proporciona Nueva Zelanda, mientras que los costos del cuidado de los niños son altos y van en aumento.
Además, el enfoque relajado del trabajo en Nueva Zelanda también puede tener desventajas. “Si estás tratando de terminar algo y tienes urgencia, mala suerte”, dice Parry. “El mes de diciembre está perdido; en realidad no pasa nada. La gente no responde a sus correos electrónicos”.
Aún así, dice Parry, el enfoque cultural de Nueva Zelanda hacia el equilibrio entre la vida laboral y personal es difícil de superar. “Las principales prioridades de las personas son su familia, su bienestar, su recreación, sus viajes”, señala.
“Realmente consideran que su tiempo es muy valioso y muy preciado, y creen que el trabajo es un medio para lograr un fin, y no es todo en tu vida”.
2. España
España ocupa el segundo puesto en el índice de Remote, gracias a ventajas como sus 26 días de vacaciones anuales por ley.
Según datos de la OCDE, los trabajadores en España dedican una parte significativa de sus horas del día al ocio y al cuidado personal, más que cualquier país excepto Italia y Francia. Sólo el 2,5% trabaja en exceso en un empleo remunerado.
Esto no sorprende a Isabelle Kliger, una escritora de viajes que ha vivido en Suecia, Reino Unido, Irlanda y, desde 2010, en Barcelona. “En Reino Unido e Irlanda, muchas personas pasan todo su tiempo en el trabajo y luego, cuando no están trabajando, socializan con sus colegas”, afirma.
No es así en España. “Aquí conoces gente y no te preguntan inmediatamente a qué te dedicas. Y no hablan de trabajo fuera del trabajo”, explica.
“Tal vez, si te encuentras con alguien para tomar una copa después del trabajo, podrías decir: ‘Tuve un día horrible’. Y luego, en 10 minutos, estás hablando de otra cosa”. Aún así, explica que es común escuchar a los españoles decir que trabajan muchas horas.
Parte de esto se debe a cómo han cambiado las horas de trabajo. En el pasado, la jornada laboral tradicional era de 08:30 a 13:30 aproximadamente, con un corte de una o dos horas, finalizando a las 19:00 o 20:00 horas.
Pero el descanso a mediodía (y la siesta) lleva años en declive y muchos españoles pasan todo el día en el trabajo. Para combatir este cambio, en 2016 el entonces primer ministro de España fue noticia al anunciar que quería que los días laborables terminaran a las 18:00.
Aun así, datos recientes de la UE revelan que los españoles trabajan, en promedio, 37,8 horas a la semana, sólo unos 20 minutos más que la media europea.
Para aquellas empresas que todavía practican largas pausas para el almuerzo, durante el verano, existe una tradición común de los viernes llamada jornada intensiva: en lugar de la pausa para el almuerzo, los empleados salen de la oficina a las 15:00.
El resultado, dice Kliger, es una cultura que –para ella– tiene sus prioridades en orden. “No se vive para trabajar”, dijo. “Se trabaja para vivir”.
3. Dinamarca
En Dinamarca, pocas personas comprenden mejor los beneficios del equilibrio entre la vida laboral y personal que Helen Russell, autora de The Year of Living Danishly (El año de vivir como los daneses), quien lleva más de una década viviendo en el país.
“Trabajé como periodista en Londres durante 12 años”, cuenta. “Trabajaba muchas horas. Siempre ocupada. Con el viaje diario al trabajo desde Londres, a menudo quedaba muy poco para la parte de la ‘vida’ en el equilibrio entre vida personal y laboral. Pensaba que eso era normal. Hasta que nos mudamos aquí”.
Entre otras cosas, afirma, se dio cuenta de lo estricto que es el límite entre “trabajo” y “vida”. “La jornada laboral comienza a las 8:00. Normalmente la gente apaga sus ordenadores a las 16:00″, dijo.
Como por lo general hay que retirar a los niños de la guardería alrededor de las 16:00, todos, incluso aquellos que no tienen hijos, terminan su jornada laboral a esa hora.
“Realmente existe un tiempo familiar sagrado entre, digamos, las 16:00 y las 19:00 cada día, en el que las familias están juntas. Tal vez respondas algunos correos electrónicos una vez que los niños estén en la cama, pero de lo contrario, ya habrás terminado”.
“Y significa que a las personas sin hijos también se les permite reservar su propio tiempo de ocio y sus aficiones. Es perfectamente aceptable escribir en tu agenda: ‘Tengo que ir al gimnasio’”.
Esta priorización del equilibrio entre la vida personal y laboral es lo que también encontraron las clasificaciones de la OCDE y Remote. Sólo el 1% de los empleados daneses trabaja más de 50 horas a la semana, mucho menos que países como Italia (3%) o que el promedio de la OCDE (10%).
También dedican 15,7 horas al día a su tiempo personal y de ocio, más que el promedio de la OCDE.
Y se apoya el trabajo flexible; de hecho, el plan Flexjobs del país, en el que los trabajadores pueden solicitar diferentes horarios, patrones o incluso tareas de trabajo menos exigentes físicamente, se lanzó en 1998.
El país también ofrece 36 días de vacaciones anuales legales, uno de los niveles más altos entre los países ricos, y los trabajadores deben recibir el 100% de su salario en los días de baja por enfermedad.
4. Francia
Según datos de la OCDE, los franceses disponen de 16,2 horas diarias para su tiempo personal y de ocio, sólo por detrás de Italia.
En la lista Remote, en cuanto a la conciliación de la vida personal y laboral, el país ocupa el tercer lugar en general, con uno de los mayores números de días de vacaciones anuales legales (36).
De hecho, incluso en una ciudad ajetreada como París, dice Sarah Micho, empresaria y trabajadora independiente canadiense que se mudó a la capital en 2021, los habitantes locales priorizan el tiempo no laboral. “La cultura francesa promueve una sensación de relajación y descanso”, afirma.
La cultura del café es un ejemplo: es común ver a la gente sentada y relajándose al aire libre a cualquier hora del día, dice, especialmente cuando hace buen tiempo, y no sólo con amigos o colegas, sino también tomando un café tranquilamente a solas.
Por supuesto, todo depende de la industria y del puesto, subraya Micho, que hizo unas prácticas en la industria de la moda en las que trabajaba de 10:00 a 19:00.
De hecho, el 8% de los empleados en Francia trabajan más de 50 horas por semana, cifra inferior al promedio de la OCDE del 10%, pero aún superior a la de muchos otros países mejor clasificados.
Pero en general, el enfoque es de equilibrio, dice Micho, con énfasis en la cultura, y la priorización de Francia en la financiación de las artes y la cultura, marca la diferencia.
“Eso también ayuda a equilibrar la ajetreada vida laboral. En el metro ves que se acercan exposiciones o eventos que se anuncian”, afirma. “Existe más esa sensación de tener una vida fuera del trabajo”.
5. Italia
La popular frase italiana “il dolce far niente” (la dulzura de no hacer nada) no es sólo palabrería, como experimenté mientras vivía en Roma.
“Creo que los italianos inventaron el concepto de equilibrio entre vida personal y laboral”, dice Andrés Uribe Orozco, un abogado que ahora trabaja en Roma después de vivir en Colombia y Estados Unidos.
“La gente no está constantemente corriendo de un lado a otro como pollos sin cabeza buscando ‘trabajar, trabajar, trabajar’”.
Los datos de la OCDE lo confirman. Los empleados a tiempo completo dedican el 69% de su día (16,5 horas) al cuidado personal y al ocio.
Eso es 1,5 horas más que el promedio de la OCDE. Eso lo que lo convierte en el país de la OCDE donde la gente tiene más tiempo libre. Además, mientras que el 10% de los empleados de la OCDE trabajan muchas horas (más de 50 horas a la semana), en Italia sólo lo hace el 3%.
“La gente piensa que los italianos no trabajan. No, los italianos trabajan mucho. Simplemente son productivos”, dice Uribe-Orozco. “Hacen lo que tienen que hacer y lo hacen rápidamente para poder disfrutar de sus largas pausas para tomar café”.
Por supuesto, hay desventajas. El país tiene un desempleo más alto y salarios promedio más bajos que muchos otros países de la OCDE, por ejemplo.
A Italia también le va mucho peor (en el puesto 22) en la lista de equilibrio entre el trabajo y la vida personal de Remote, que tiene en cuenta aspectos como el índice general de felicidad y la inclusión LGBTQ+.
La falta de una cierta cultura laboral también puede afectar la eficiencia diaria. Cuando vivía en Italia, necesitaba al menos una hora para ir a la oficina de correos, y cualquier tipo de trámite burocrático, como renovar un permiso, fácilmente me llevaba medio día.
¿Lo positivo? En lugar de verlo como un tiempo “perdido”, comencé a verlo como un tiempo libre potencial, siempre asegurándome de tener un buen libro conmigo, y de esa manera yo también terminé descubriendo “il dolce far niente” incluso en las circunstancias más improbables.
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