Los "chalecos amarillos" dan otro ultimátum a Macron: disturbios y más de cien detenidos en París

PARÍS.- Aún bajo conmoción por el incendio de la catedral de Notre Dame , París vivía hoy otro sábado de crispación por la manifestación número 23 de los "chalecos amarillos", que antes de comenzar ya sumaba 137 detenidos y varios contenedores incendiados en la zona de la Bastilla. De los arrestados, 56 han quedado detenidos bajo custodia policial.

Una procesión avanzaba con cánticos hostiles hacia la Plaza de la República, mientras que la policía prohibió una segunda marcha, que debía partir de Bercy. El despliegue de las fuerzas policiales es impresionante: 60 mil agentes en toda Francia, de los cuales más de 5000 están en la capital, muchos de ellos con equipos antimotines.

Las autoridades temen que al menos mil "ultras amarillos" infiltrados en las manifestaciones, causen desmanes.

Al mediodía, el ministro del Interior, Christophe Castaner, acudió al Eliseo, sede del Gobierno, para entrevistarse con el presidente Emmanuel Macron y evaluar "el estado de la situación", se informó oficialmente. Asimismo, Macron pretende revelar el jueves su plan de reformas luego del "gran debate nacional". El plan iba a ser anunciado la semana pasada pero tuvo que ser reprogramado luego del incendio en Notre Dame que dejó al mundo atónito.

Hoy un grupo de "chalecos amarillos" anunciaron un nuevo "ultimátum" como el del 16 de marzo, que derivó en los incidentes más graves registrados en los Campos Elíseos.

La gran avenida, típica de París, sigue vallada, con el paso prohibido, así como todo el área alrededor de la catedral de Notre Dame, devastada por un incendio el lunes pasado.

Además, en París están cerradas muchas estaciones del metro y hay bloqueos y vallados policiales en edificios emblemáticos como el de la Asamblea Nacional (Parlamento).

Están anunciadas cuatro marchas desde distintas direcciones en la capital, una de los cuales debería llegar al centro de París.

El movimiento de "chalecos amarillos" se disparó espontáneamente en protesta a los aumentos de combustibles, que complican sobretodo a poblaciones rurales, pero ahora se transformó en una protesta continua, a veces violenta, contra el presidente Macron.

El mandatario, a partir del incendio de Notre Dame, ensayó un discurso de unidad nacional, en torno a lo que Francia consideró una "tragedia", que dañó a uno de sus bienes patrimoniales más preciados.

Agencias ANSA y DPA

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