¿Los auténticos Roy? La historia de los Murdoch y el imperio mediático sumido en una guerra familiar como en Succession
Muchos ven en la popular serie de HBO un paralelismo con el clan del magnate australiano
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Esta nota contiene spoilers de las dos primeras temporadas de la serie Succession
WASHINGTON.- Rupert Murdoch dista de ser uno de los multimillonarios más acaudalados de Estados Unidos. De hecho, ni siquiera está en el top ten: su fortuna personal lo ubica en el puesto 71º de la lista de Forbes, que lideran Jeff Bezos, Elon Musk, Bernard Arnault, Bill Gates y Mark Zuckerberg. Pero Murdoch tiene algo que ninguno de ellos posee: una notable influencia política que forjó a la par de la expansión de su imperio mediático global.
La gran mayoría de los norteamericanos desconoce los nombres de la lista de Forbes, pero sabe quién es Murdoch. Su imperio ya era foco de un enorme interés y escrutinio –hay quienes creen que Fox News es una amenaza para la democracia, la seguridad del país y la salud del planeta–, y justo cuando comenzó a dilucidarse su futuro apareció Succession, el drama familiar de HBO en el que muchos ven las diatribas y avatares de los Murdoch, y ya va por su tercera temporada.
“¿Qué personaje de Succession es James Murdoch?”, tituló, hace poco, The New York Times para presentar una entrevista exclusiva de una sus columnistas estrella, Maureen Dowd, a James Murdoch, uno de los herederos de Rupert Murdoch que este año dio el portazo y se alejó del conglomerado corporativo familiar.
James Murdoch, 47 años, es en cierto modo la oveja negra de la familia. El “progre”. A fin de julio, News Corp, la compañía más reconocida del imperio, anunció que James había presentado la renuncia a su puesto en la junta directiva. “Mi renuncia se debe a desacuerdos sobre cierto contenido editorial publicado por los medios de comunicación de la compañía y ciertas otras decisiones estratégicas”, justificó el hijo en su carta de renuncia.
El portazo de James dejó al descubierto la grieta familiar. En Estados Unidos, Rupert Murdoch controla Fox News, el canal de noticias de mayor rating del país, y la pantalla favorita de la derecha. Una de sus estrellas, Tucker Carlson –quien ha hecho comentarios racistas, misóginos y xenófobos, fue acusado de acoso sexual y minimiza la amenaza del cambio climático– conduce el programa vespertino más visto. Para sus críticos, Fox News es veneno. El trampolín que eyectó al poder a Donald Trump. Un manantial de desinformación que pone en riesgo a la democracia, y el futuro del planeta. En Succession, Fox es ATN, el canal de noticias de la empresa familiar Waystar Royco, sobre el que recaen las mismas críticas.
Antes de dar su portazo, James Murdoch fue especialmente crítico con la cobertura del imperio forjado por su padre sobre la crisis del cambio climático. James y su mujer, Kathryn Murdoch, ambos ambientalistas que financian y respaldan causas ambientalistas, hicieron pública su frustración y malestar por el negacionismo climático de News Corp, una señal de los conflictos familiares. La gota que pareció rebalsar el vaso fue la cobertura de los incendios forestales en Australia, país natal de Rupert Murdoch. James dejó la junta directiva unos meses después.
Paralelismo
En Succession, la historia gira alrededor de Logan Roy, el patriarca familiar, ya en el ocaso de su vida, que timonea el imperio a puro instinto, insultos y una autoridad omnipotente que reina sobre las inseguridades, debilidades y pasos en falso de sus hijos, Connor, Kendall, Siobhan y Roman, en pugna por sucederlo.
Siempre bajo la sombra del patriarca, Kendall aparece al principio como el heredero natural y el elegido de Logan, pero los conflictos entre ambos despuntan rápidamente y nunca se van. Para Brian Cox, el actor escocés que encarna a Logan Roy, el patriarca esconde algún trauma de su infancia que quizá nunca llegue a develarse. Cox ve también un paralelismo con el Rey Lear, el personaje de William Shakespeare al que también interpretó, y que intenta dilucidar cómo dividirá su reino entre sus hijas y sus maridos al llegar a su vejez.
Al final de la segunda temporada, y mientras la familia intenta navegar la sucesión junto con un escándalo corporativo que amenaza con llevarse puestos a todos, Logan decide sacrificar a Kendall para enterrar el escándalo, y le hace una confesión: pudo haber sido el heredero, pero carece de un instinto asesino vital para tomar el timón. Kendall, en una inesperada maniobra, acusa públicamente a su padre en vez de arrojarse a la hoguera. Kendall quiere el imperio, y lo quiere para cambiarlo, modernizarlo, y enderezarlo.
“Llegué a la conclusión de que se puede venerar un concurso de ideas, si se quiere, y todos lo hacemos y eso es importante”, dice James Murdoch en la entrevista con el Times, al hablar sobre su renuncia y su incomodidad con Fox News y otros medios familiares. “Pero no debería ser de una manera que oculte las agendas. No se debe utilizar un concurso de ideas para legitimar la desinformación. Y creo que a menudo se aprovecha. Y creo que en las grandes organizaciones de noticias, la misión realmente debería ser introducir los hechos para dispersar la duda, no sembrar la duda, oscurecer los hechos, por así decirlo”, concluyó. Un enfrentamiento público, en la vida real y en la televisión.
“Basado en hechos reales” es una serie de notas que describe el contexto histórico detrás de ficciones internacionales. En este link podrás acceder a todos los artículos.
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