Los ataques de Israel aumentan el riesgo de una escalada regional, pero la guerra total aún es evitable
El frágil equilibrio en Medio Oriente está más en riesgo que nunca desde que empezaron los combates en Gaza entre Israel y Hamas, en octubre pasado
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JERUSALÉN.- Durante los casi 10 meses de una guerra sin cuartel contra Hamas en la Franja de Gaza, en paralelo Israel ha librado un conflicto de menor intensidad con los aliados de Hamas en Medio Oriente, donde todos los bandos se arriesgaron a una escalada, pero en definitiva evitaron arrastrar a la región a una guerra extendida y en múltiples frentes.
Pero con los ataques de esta semana contra los grandes enemigos de Israel, ese frágil equilibrio está más en riesgo que nunca desde que empezaron los combates en octubre del año pasado.
El ataque israelí del martes a la noche contra Fuad Shukr, alto comandante de Hezbollah en Beirut, fue la primera vez en esta guerra que Israel apunta contra un líder tan influyente de la agrupación terrorista en la capital del Líbano. Horas después, el asesinato del líder político de Hamas, Ismail Haniyeh, es considerado como la violación más osada de las defensas de Irán desde que empezó la guerra.
Entre la alta jerarquía de los objetivos elegidos, la sensibilidad del lugar donde se llevaron a cabo y su casi simultaneidad, los ataques fueron vistos como una escalada y una especial provocación, y la región ahora teme una represalia aún más contundente de Irán y sus fuerzas aliadas, incluida Hezbollah, los hutíes de Yemen y las milicias de Irak. La magnitud de esa reacción podría determinar si la batalla regional de baja intensidad entre Israel y la coalición de fuerzas iraníes desbarranca en un conflicto a todo o nada a gran escala.
Algunos analistas dicen que el asesinato de Haniyeh, principal negociador de Hamas, también le resta probabilidades a un acuerdo de alto el fuego en Gaza en un futuro inmediato. El objetivo de los israelíes era que el asesinato de un líder tan influyente terminara quebrando el ánimo bélico de Hamas y lo dejara más dispuesto a hacer compromisos a largo plazo. Pero otros analistas dicen que es poco probable que la organización se vea seriamente afectada por la muerte de Haniyeh.
A pesar de su título de líder político de Hamas, Haniyeh es reemplazable, señala Joost Hiltermann, director del programa para Medio Oriente y el Norte de África del International Crisis Group.
“Hamas va a sobrevivir, porque tiene muchos otros dirigentes”, dice Hiltermann.
Los analistas también dicen que tanto Irán como Hezbollah tienen buenas razones para responder de manera de no desencadenar una guerra total. Según Andreas Krieg, experto en Medio Oriente del King’s College de Londres, para Irán, el ataque en su propio suelo fue humillante pero no catastrófico, porque el blanco era un invitado extranjero y no los altos funcionarios del gobierno iraní. “No creo que el cálculo estratégico de los iraníes necesariamente haya cambiado”, apunta Krieg. “Irán va a tener que responder de alguna forma, pero no estamos frente a un punto de inflexión”.
Hezbollah enfrenta más presión para tomar represalias que Irán porque el ataque en Beirut golpeó a uno de sus propios comandantes, y no a uno de sus aliados, señala Michael Stephens, experto en Medio Oriente del Instituto de Investigaciones en Política Exterior, una organización con sede en Filadelfia. Sin embargo, Stephens aclara que no hay ninguna certeza de que la muerte de Haniyeh en Irán modifique los cálculos de Hezbollah en el Líbano.
“Tenemos que ser muy claros y muy cuidadosos a la hora de mezclar esas dos cuestiones”, señala Stephens. “Hezbollah viene demostrando repetidamente desde hace nueve meses que el destino de Hamas no está relacionado con los imperativos estratégicos de Hezbollah. Eso no significa que no habrá conflicto, simplemente creo que el camino para que se desencadene una guerra es más tortuoso de lo que parece”.
Las experiencias pasadas muestran que el conflicto todavía puede desescalar. En enero, un ataque israelí terminó con la vida de un alto dirigente de Hamas en el bastión de Hezbollah en Beirut, y muchos supusieron que Hezbollah desataría una respuesta particularmente feroz en nombre de Hamas. Días después, Hezbollah optó por una respuesta que en gran medida fue interpretada como simbólica: lanzó una ráfaga de cohetes contra una base del Ejército israelí, causando daños mínimos.
En abril, cuando Israel mató a varios comandantes iraníes en Siria, Irán respondió con una de las mayores andanadas de misiles balísticos y de crucero en la historia militar. Y después de un simbólico contraataque israelí, ambas partes decidieron retroceder del borde del precipicio.
De hecho, el doble asesinato de esta semana hasta podría abrir una puerta de salida por completo para la guerra, ya que al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, le permitiría adjudicarse una victoria simbólica, y eso daría espacio para dar marcha atrás en Gaza y tal vez acordar un alto el fuego.
Pero tal vez Netanyahu no quiera hacerlo, sobre todo si cree que una tregua haría colapsar su coalición de gobierno, que depende del apoyo de legisladores de extrema derecha que ya han amenazado con abandonar la alianza si la guerra termina sin que Hamas haya sido aniquilado.
Patrick Kingsley
Traducción de Jaime Arrambide
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