Londres, capital de los millonarios, y también de la desigualdad social
La ciudad británica es la preferida de los magnates, un fenómeno que, advierten expertos, amplió peligrosamente las diferencias entre ricos y pobres
LONDRES.- La capital británica se convirtió en una de las ciudades con mayor desigualdad social en el mundo, una situación que, de acuerdo con un académico, ya ha dado lugar al surgimiento de un sistema de castas similar al tradicionalmente existente en la India.
El fenómeno se debería en gran medida a que Londres goza de la reputación de ser la gran capital de los multimillonarios. Lo que en una primera lectura podría considerarse como algo positivo está teniendo, sin embargo, efectos sumamente nocivos para la mayoría de los londinenses.
Los precios de las propiedades alcanzaron niveles exorbitantes, al punto que nadie con un salario promedio puede tan siquiera soñar con tener su propio techo. Los alquileres, en tanto, aumentaron en un 32% tan sólo este año, lo que llevó a que muchas personas quedaran en la calle.
Según cifras dadas a conocer esta semana por la Federación Nacional de la Vivienda, el número de familias con hijos que viven en alojamientos precarios (hostales, habitaciones compartidas, o que duermen en los sofás de casas de amigos) aumentó en un 82% durante los últimos diez meses.
El porcentaje de aquellos que pasan más de seis semanas viviendo en esa condición saltó durante el mismo período un 385%, hasta alcanzar a más de 700 familias.
La capital británica siempre ha sido un paraíso seguro para la elite financiera internacional, pero su popularidad con los multimillonarios se incrementó por la incertidumbre creada por la crisis global.
"Londres constituye un puerto seguro en medio de la tormenta para aquellos inversores que aprecian su estabilidad política y económica", explica Mark Collins, vocero del grupo inmobiliario CBRE.
El precio promedio de una propiedad de lujo en Londres es de 105.000 dólares por metro cuadrado, superando a Hong Kong (97.000 dólares), Nueva York (93.500 dólares), Sydney (77.300 dólares) y París (51.175 dólares).
Trevor Abrahmsohn, dueño de la agencia inmobiliaria que les encontró hogar a varios miembros de la familia real de Brunei y a celebridades como Ringo Starr, Joan Collins y el líder de la Fórmula 1, Bernie Ecclestone, atribuye la situación a que Londres es la mejor ciudad del mundo para vivir debido a su ubicación geográfica, su historia y su infraestructura de primer nivel.
"Londres cumple con todos los requisitos para una familia adinerada: es política y económicamente muy estable, funciona las 24 horas y cuenta con todas las comodidades. Es vibrante, ecléctica, divertida, seria, además de contar con mucha oferta cultural y un enorme patrimonio histórico", sostiene el responsable de la agencia Glentree International.
La capital británica demostró ser un imán para los multimillonarios de países emergentes, en especial de Rusia y China, que vienen en busca de mansiones que cuestan más de 16 millones de dólares. Los residentes más ricos de la India también cuentan en Londres con su propio nido. Un 25% de los vecinos del lujoso barrio de Mayfair (donde la embajada argentina tiene su residencia oficial) son nativos indios.
Se registró además un fuerte incremento en el número de compradores provenientes de Dubai, Arabia Saudita y Bahrein, así como de Estados Unidos. La crisis en la eurozona llevó a varios griegos y a españoles a poner aquí sus ahorros en forma de ladrillo. Sus inversiones inmobiliarias suelen rondar el promedio de los cuatro millones de dólares. El aumento de la presión fiscal en Francia también convenció a muchos multimillonarios de la ventaja de establecer su residencia de este lado del margen del Canal de la Mancha.
Es así como los precios de las viviendas de lujo en Londres aumentaron en un 49% desde 2009, y están un 14% por sobre el máximo histórico de marzo de 2008. Y esto está lejos de afectar sólo a los llamados "códigos postales dorados", es decir los exclusivos barrios de Knightsbridge, Kensington y Chelsea.
"Una vivienda en Londres no tiene más que ser una mansión o un palacio para costar un millón de dólares. Con ese dinero ahora apenas se puede comprar un buen departamento en el Este pobre de la ciudad", sostiene Peter Rollings, director ejecutivo de la agencia inmobiliaria Marsh & Parsons.
Divisiones
El profesor Danny Dorling, autor del libro Injusticia: por qué la inequidad social persiste , advierte que esta situación está ensanchando peligrosamente la diferencia entre ricos y pobres.
Según sus estimaciones, un 10% de los más adinerados disponen aquí de ingresos promedios de 1,4 millones de dólares anuales, una cifra 273 veces más grande de lo que gana el 10% de los más pobres (5130 dólares). Este contraste es mucho mayor al que puede encontrarse en Nueva York o en Tokio.
"Esta descomunal brecha creó una marcada división social que se asemeja a la del sistema de castas de la India porque muchos de los que viven en uno u otro extremo jamás salen de los confines de su propio grupo social", señala Dorling.
"Los más pobres suelen llevar una vida de servidumbre, totalmente ignorados por los multimillonarios, a quienes muchas veces atienden y a su vez ignorantes de la realidad de sus clientes. Las preocupaciones existenciales de unos y otros son diametralmente distintas", añade.
Para Dorling, profesor de geografía social en la universidad de Sheffield, la desigualdad en Londres está alcanzando niveles "nunca vistos desde la época de la esclavitud".
Las cifras ?del contraste
Los londinenses, afectados por la llegada de millonarios
- 32%
Subieron los alquileres
Muchos londinenses se han quedado en la calle por la fuerte suba en los alquileres en lo que va del año
- 105.000
Dólares por metro2
Es el precio promedio de un metro cuadrado de una propiedad de lujo en Londres, que supera a Hong Kong, Nueva York y París
- 82%
Más precariedad
El número de familias con hijos que viven en alojamientos precarios aumentó un 82% en los últimos diez meses
- 1,4
Millones de dólares
Es el ingreso anual promedio del 10% de la población más rica en la capital británica, una cifra 273 veces mayor de lo que gana el 10% más pobre
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