"Lo hacía por la Humanidad", confesó uno de los enfermeros de la muerte
"Mi intención no era parar la vida, sino permitir descansar", declaró Ariel Acevedo ante el juez
MONTEVIDEO (EFE).- Morfina para dormir a pacientes con problemas respiratorios e inocular 20 centímetros cúbicos de aire en las venas para permitir "descansar" a pacientes de cuidados intensivos fueron parte de los métodos que usaron dos enfermeros, acusados de múltiples asesinatos de pacientes en uno de los más emblemáticos hospitales públicos y en una de las principales clínicas privadas de la capital.
Según se desprende del auto judicial, los dos enfermeros emplearon esos métodos en sus actividades, que consideraban como actos "piadosos" y "beneficiosos para la humanidad".
En sus declaraciones ante el juez Rolando Vomero, el enfermero de 46 años Ariel Acevedo, que trabajaba en la Asociación Española de Socorros Mutuos y al que se responsabiliza de varias muertes, dijo haber empleado una jeringa de 20 centímetros cúbicos para inyectar a un número indeterminado de pacientes.
"¿Cuántos?, es imposible de contestar, porque no es una cosa para llevar la cuenta. Lo hacía para, es contradictorio lo que voy a decir, pero lo hacía por la humanidad", dijo Acevedo en los tribunales según recoge el auto del juez instructor.
Acevedo, que reconoció a 10 personas como víctimas en la lista que le presentaron tras ser detenido, confesó que su actuación se produjo porque "estaba al límite" de su persona por el sufrimiento de la gente y que por eso tomó la decisión de "hacer que la gente dejara de sufrir". "Pero pasó tanto tiempo y veía que eso, se continuaba y se continuaba. Y reitero, mi intención no era parar la vida, sino permitir descansar", dijo.
Por su parte, Marcelo Pereira, de 39 años, acusado de cinco asesinatos y padre de dos hijos, confesó haber "suministrado medicación que no estaba en la historia clínica a pacientes que estaban en etapa terminal". El caso que permitió finalmente detener a los dos enfermeros, que se conocían pero que no actuaban en conjunto, fue precisamente por una de estas intervenciones de Pereira.
" No niego que he dado sedantes a pacientes, pero no recuerdo el paciente. Recuerdo que eran pacientes que tenían un mal pronóstico vital. Son pacientes en los que no hay una resolución de vida. Eran pacientes que estaban sufriendo", dijo Pereira al juez.
Precisamente, el enfermero lamentó particularmente que no se den drogas de este tipo a pacientes que por ejemplo no pueden respirar y sufren por ese motivo. Así, Pereira apuntó que si su madre y su padre estuvieran en una situación así "hablaría con el médico para que los sedaran". "Mi error fue haberlo administrado sin autorización médica. No fue con el fin de matar a nadie", dijo.
El enfermero insistió ante el juez en esas tesis, lamentando que "no sé por capricho de quién", no se toma la determinación de sedar a los pacientes para que "por fin puedan descansar en paz".
Los homicidas confesaron 15 casos, pero los números finales serían mucho más altos. Por ahora, esos dos dígitos -corregido de 16 a 15 por el juez- ya pusieron a Uruguay en el libro de los récords de asesinatos seriales en América latina.
Mientras tanto, el Movimiento Salud para Todos, una asociación de usuarios de centros médicos, se dispone a presentar una denuncia ante la justicia. Y va a ser un escrito de muchas fojas, sin duda, pues allí figuran 250 denuncias de sospechas de homicidios a manos de enfermeros en hospitales de Montevideo y otras ciudades del interior del país.
Temas
Más leídas de El Mundo
Adelanto de sus memorias. Angela Merkel reveló el consejo que le dio el papa Francisco para lidiar con Trump
Reabre el 7 de diciembre. Un video muestra cómo quedó el interior de la catedral de Notre Dame tras la restauración
En la cumbre del G20. Petro dijo que se peleó con Milei pero que la delegación argentina “escondió” las imágenes