"Lloraremos por siempre a nuestros amigos", dijeron los sobrevivientes argentinos al atentado
Cuatro de los rosarinos que resultaron ilesos al ataque en Nueva York leyeron un mensaje, en el que describieron su dolor
NUEVA YORK.– Se dieron dos días de duelo. Y ayer, unidos, como estuvieron cada minuto desde la tragedia,los rosarinos que sobrevivieron el atentado terrorista en Manhattan brindaron un mensaje al mundo en nombre de “una forma de vida” compartida con sus cinco amigos que ya no están. “Queremos hacer un ruego: que el amor venza al odio, que la vida se imponga sobre la muerte”, dijeron.
Desgarrados, llenos de dolor, pero enteros, Iván Brajkovic, Guillermo Bianchini, Ariel Benvenuto y Juan Pablo Trevisan se sentaron uno al lado del otro delante de las cámaras instaladas en el consulado argentino en Nueva York, flanqueados por el cónsul, Mateo Estremé, y el vicecónsul, Eduardo Almirantearena, que no lograron contener el llanto. Faltaba Martín Marro, internado.
Bianchini leyó el mensaje que escribieron entre todos. Le tomó menos de cinco minutos. Fue una condena a la locura desplegada por Sayfullo Saipov, el uzbeko que perpetró el ataque. Fue una despedida de sus cinco amigos que murieron en la ciclovía a la vera del río Hudson. Fue un homenaje a ellos, a su vida y su amistad fraterna, “un rasgo de la cultura argentina”, dijeron.
También fue un llamado a desterrar el odio.
"Aquí estamos, llenos de dolor. Cuesta entender. No hay forma de entender que se arrebaten vidas así. Que un sueño se transforme en la peor pesadilla. El sentimiento es intransferible. Duele, como nunca había dolido", dijo Bianchini. "Hemos sobrevivido y hemos visto partir a nuestros amigos. ¿En qué se transformó el mundo? ¿Cómo alguien puede pensar, planear y ejecutar un acto semejante? No nos entra en la cabeza", agregó.
Los rosarinos se conmovieron por el homenaje que les rindió el periodista Brian Winter con el texto que escribió titulado: "Estos chicos representaban lo mejor de Argentina", que se viralizó. Dijeron que ese texto reflejaba "el profundo significado que tiene la amistad para los argentinos".
"Es verdad que nos alentaba un fuerte sentido de fraternidad", dijo Bianchini. "Es un rasgo de la cultura argentina. Amistades fuertes, duraderas, tolerantes y solidarias. Llegamos hasta aquí empujados por ese sentimiento", continuó.
"Ahora somos adultos, somos padres, somos esposos. Lloraremos por siempre a nuestros amigos. Fue el amor lo que nos trajo aquí, y ese amor nos seguirá uniendo, a ellos, a nosotros, a nuestras familias. Eso fue, es y será nuestro camino", insistió.
Estremé y Almirantearena, y la asistente del cónsul, Verónica García Valdez, que se abocaron a ellos y a las familias de las víctimas cada día, los miraban rotos. Estremé los había presentado como héroes. "Nos dieron una lección de vida a todos nosotros", había dicho el cónsul. "No tengo palabras para expresar mi admiración por ellos", afirmó. Bianchini les agradeció en nombre de todos por su ayuda y contención.
"Nuestro maravilloso círculo de amor y amistad que cultivamos durante décadas fue lacerado", afirmó, con voz temblorosa. "Tendremos que vivir con ese dolor a cuestas, pero seguimos convencidos de que la forma de habitar este mundo es la que aprendimos desde chicos, en nuestras casas, en nuestra escuela, que es la que nos trajo a esta ciudad a celebrar nuestra amistad de más de 30 años", continuó.
Los rosarinos dejaron para el cierre su mensaje final: "En nombre de estos sentimientos, que son también valores y una forma de vida, queremos hacer un ruego. Que el amor venza al odio, que la vida se imponga sobre la muerte. Por nuestros amigos, por nuestras familias y por el mundo entero", dijeron.
Los cuatro amigos que sobrevivieron se habían recluido desde el atentado. Se mantuvieron unidos, tomaron decisiones juntos, y se ocuparon de acompañar y contener a los hijos y las esposas de sus compañeros asesinados en el atentado: Hernán Diego Mendoza, Diego Enrique Angelini, Alejandro Damián Pagnucco, Ariel Erlij y Hernán Ferruchi. Todo el personal del consulado destacó su fortaleza y su solidaridad. "Son un ejemplo para todos", dijo estos días Almirantearena.
Ayer fue el día en el que ya todos se reencontraron en Nueva York. La esposa de Pagnucco fue la última en llegar. Antes habían aterrizado en la ciudad la mujer y uno de los hijos de Erlij, y los familiares de Angelini. Estremé los recibió y acompañó en todo momento para asegurar que pudieran avanzar con la repatriación de los cuerpos, que aún esta prevista para mañana (llegarían en la madrugada de pasado mañana a Buenos Aires). Los amigos quieren volver lo antes posible a Rosario.
"Tenemos que volver ahora. Tenemos que acompañar a las familias de nuestros amigos. Queremos ir en busca de nuestras familias, nuestras esposas, nuestros padres y amigos. Permitan que nos retiremos en nuestro dolor a nuestros hogares", dijeron.
Los cuerpos de sus cinco amigos ya dejaron la morgue y comenzaron a ser preparados para el regreso. Los diez amigos volverán desgarrados, pero con la misma convicción con la que llegaron: que la vida y el sentimiento que los trajo a esta ciudad perdure.
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