Llegó la hora de que Kushner se busque un nuevo trabajo
NUEVA YORK.- Más allá de todo lo que no sabemos sobre los vínculos del presidente Trump con Rusia , hay algo que a esta altura tendría que quedar claro: Jared Kushner no debería trabajar en la Casa Blanca ni debería tener acceso a información clasificada.
Es cierto que no se han presentado pruebas de que Kushner haya violado la ley o complotado con Rusia para interferir en las elecciones de Estados Unidos, pero está siendo investigado y se han producido una serie de revelaciones que alientan las suspicacias. Y esas dudas creíbles implican que debe ser considerado un riesgo para la seguridad nacional.
En resumidas cuentas, los hechos son éstos: en junio de 2016, Kushner participó de una reunión cuyo propósito manifiesto era poner en marcha un plan del Kremlin para interferir en las elecciones presidenciales norteamericanas; no informó formalmente de esa reunión al gobierno (una omisión que de haber sido deliberada constituye un delito); al parecer participó del encubrimiento del hecho, ya que el equipo de Trump negó en más de 20 oportunidades que hubiesen mantenido contactos con Rusia para interferir en las elecciones, y también intentó establecer un canal de comunicación secreto con el Kremlin durante la transición presidencial.
Hasta que la situación se aclare, una persona así simplemente no debería trabajar en la Casa Blanca ni tener acceso a la información secreta más sensible del país.
Lo mismo debería ocurrir con Ivanka Trump . El formulario SF-86 para obtener autorización de acceso a información nacional clasificada exige consignar los contactos extranjeros del cónyuge. Por lo tanto, surge esta pregunta: ¿Ivanka Trump consignó en dicho formulario los rusos con los que se reunió Kushner? Si fueron omitidos intencionalmente, eso también es un delito.
Miren, tal vez tanto Jared Kushner como Ivanka Trump sean totalmente inocentes, y por lo general estoy mucho más de acuerdo con ellos dos que con Steve Bannon, por dar un ejemplo. Intuyo que la pareja ejerce una influencia moderadora en el gobierno y creo que parte de las burlas que cosecha Ivanka son de raigambre machista y generarían mucha más indignación si el blanco de esas bromas fuese una progresista.
Hecha esa salvedad, sigue siendo insostenible que alguien sujeto a una investigación federal por sus posibles vínculos con el Kremlin permanezca en un alto cargo en la Casa Blanca y que tenga acceso a los secretos del país.
En mayo, el diario The Washington Post informó que Kushner era objeto de una investigación federal, y el grupo de medios McClatchy informó que los investigadores están enfocados en descubrir si la campaña de Trump en los medios digitales, supervisada por Kushner, confabuló con los rusos para difundir información falsa sobre Hillary Clinton. El nubarrón es tan espeso que hasta algunos republicanos piden que Kushner sea expulsado de la Casa Blanca.
En el ámbito de la seguridad nacional recrudecen los temores de que algo de cierto haya en las sospechas de los vínculos de los Trump con Rusia. De lo contrario, hay muchas cosas que no tendrían sentido.
¿Por qué Trump sigue firme junto a Vladimir Putin, en vez de apoyar a aliados norteamericanos como Alemania o Gran Bretaña? ¿Por qué, durante la cena del G-20, Trump enfiló derecho hacia Putin, sin asesores a su lado, contrariamente a lo que hizo cuando charló con Angela Merkel o Theresa May? ¿Por qué eligió a un jefe de campaña, Paul Manfort, que había estado endeudado con los intereses rusos por más de 17 millones de dólares y que por lo tanto podía ser vulnerable a las presiones de Moscú? ¿Por qué este interminable patrón de secretismo, contradicciones y falsedades respecto de los contactos con Rusia?
La actitud defensiva de Trump frente al affaire ruso mete miedo. ¿Por qué pagó el precio político de desplazar a Jim Comey? ¿Por qué está tan furioso con Jeff Sessions por haberse recusado? ¿Por qué incluso evalúa la posibilidad de tomar la medida extrema de echar a Bob Mueller mientras está investigando los lazos con Rusia?
Una de las cosas que se aprenden al ser periodista es que cuando un funcionario reclama con creciente vehemencia su inocencia, es porque uno se está acercando a la verdad. Así que si nos dejamos llevar por los despotriques de Trump, yo diría que Mueller está sobre la pista de algo.
Pero lo más desgastante para el gobierno es la seguidilla irrefrenable de revelaciones escandalosas, que dejan en ridículo las desmentidas de la Casa Blanca y la credibilidad del presidente. Si Trump no tiene nada que ocultar, debería dejar de intentar esconder cosas.
Nadie debería estar contento por los problemas de Trump, ya que la actual crisis de credibilidad no sólo socava su autoridad en Estados Unidos, sino también el poder blando de los norteamericanos en el resto del mundo. No es un culebrón. Es una verdadera calamidad para nuestro país.
No existe una forma adecuada de lidiar con un presidente que representa una amenaza potencial a la seguridad nacional. Pero al menos podemos impedir que mientras es investigado por posibles delitos y complicidad con Rusia, su yerno deje de prestar servicios en la Casa Blanca.
Es hora de que Jared Kushner se busque otro trabajo.
Traducción de Jaime Arrambide
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