Lejos del apogeo: cómo China le cortó las alas a su estrella en ascenso del mundo corporativo
HONG KONG.- Se suponía que a Jack Ma lo esperaba su mejor momento: hace exactamente un año, las acciones de su empresa, el Ant Group, saldrían a cotizar en bolsa envueltas en un aura dorada de 37.000 millones de dólares. Muy por el contrario, Pekín le bajó los humos a su imperio y le cortó las alas a la estrella en ascenso del mundo corporativo chino.
Ahora, para cautelosa alegría de los inversores, el megamillonario magnate del comercio electrónico de Alibaba está dando sus primeros pasos de regreso al escenario global, con un viaje de bajo perfil por Europa, donde aprovecha para cultivar uno de sus hobbies, la horticultura.
Parece un eco lejano de las dimensiones y poderes de cuasi-estadista que ostentaba Ma hace apenas cuatro años, en 2017, cuando viajó a Nueva York para una reunión cara a cara en la Trump Tower con el presidente electo Donald Trump días antes de su asunción, y prometió crear millones de puestos de trabajo para los norteamericanos.
Tanta exposición de alto perfil habría fastidiado al gobierno chino, que se enteró del encuentro y de la promesa de puestos de trabajo como el resto del mundo, cuando Ma contestó un ping pong informal de preguntas y respuestas de los móviles de televisión en el lobby del edificio.
Los funcionarios chinos se ocuparon de hacerle saber al equipo de comunicaciones de Alibaba que al gobierno de Pekín no le había gustado nada que Ma se reuniera con Trump sin aprobación previa, según fuentes de la empresa.
La fundación benéfica de Ma, que se ocupa de responder a los medios, no quiso hacer comentarios para esta nota, como tampoco la Oficina de Información del Consejo de Estado ni el Ministerio de Relaciones Exteriores de China. Las fuentes solo aceptaron hablar de manera anónima, debido a la sensibilidad del tema.
Aquella reunión del 9 de enero de 2017 en la Trump Tower se produjo en un momento de máxima tensión entre los dos países, tras las duras críticas de Trump a China durante su campaña, cuando la culpó sistemáticamente de la pérdida de puestos de trabajo en Estados Unidos.
El vocero de Trump tampoco quiso hacer comentarios al respecto.
Las fuentes internas de Alibaba creen que la reunión fue un punto de quiebre en la relación entre Ma y Pekín, aunque dieron más detalles sobre el desencuentro.
Los inversores están ávidos de novedades sobre la situación de Ma: el mes pasado, bastó que el empresario fuera visto en la isla española de Mallorca, su primer viaje al extranjero en más de un año, para que el valor de Alibaba creciera 42.000 millones de dólares de inmediato.
La historia de su caída en desgracia de los favores oficiales es un buen ejemplo de la vertiginosa transformación de China bajo el mando de Xi Jinping, que está cerca de obtener un inédito tercer mandato al frente de la superpotencia económica y que ha reforzado los controles sobre algunas de las empresas más innovadoras del país.
“Primer blanco natural” de Xi Jinping
Las autoridades tomaron drásticas medidas contra el imperio empresarial de Ma después de su discurso en Shanghai de octubre de 2020, cuando acusó a los organismos de control financiero de sofocar la innovación. Dos días antes del debut planeado para el 5 de noviembre, los reguladores chinos suspendieron la salida a la bolsa de 37.000 dólares en acciones de su empresa de tecnología financiera Ant Group, ordenaron la reestructuración del grupo empresario, y lanzaron una investigación antimonopolio sobre los negocios de Ma, que en abril de este año finalmente concluyó con una multa récord de 2750 millones de dólares contra Alibaba.
Pero el apriete de Pekín se extiende a todo el sector privado, con redoblados controles a las empresas de tecnología, bienes raíces, juegos, educación, criptomonedas y finanzas.
“Por su perfil provocador y fuera de sintonía con el nuevo aire político, Jack era el primer blanco natural que tenía Xi para dejar en claro que había empezado un cambio importante”, dice Duncan Clark, presidente de BDA China, una asesoría de inversiones con sede en Pekín, y autor de un libro sobre Jack Ma y Alibaba.
“Jack se codeaba a diario con presidentes, primeros ministros, miembros de la realeza y celebridades, en lugares como la conferencia de Davos o durante sus propias giras por el extranjero. Y en Hangzhou también había un flujo constante de visitantes VIP que pasaban a verlo.”
Pero la trascendencia global de Ma no terminó tras su reunión con Trump.
Entre 2018 y 2020, mantuvo conversaciones con una serie de figuras de alto perfil, incluido el secretario general de la ONU, António Guterres, la reina Rania de Jordania, el veterano político malasio Mahathir Mohamad, y el entonces primer ministro belga Charles Michel, según consignan el portal de noticias de Alibaba, Alizila, y los informes de los medios de prensa.
Según otra fuente cercana a Ma, el empresario y su socio comercial, Joe Tsai, solían acompañar a los extranjeros importantes que visitaban Hangzhou y les mostraban el museo de la empresa en la sede central de Alibaba.
Ma consideraba sus reuniones con políticos extranjeros como una “diplomacia no oficial” de China, algo que le gustaba mucho hacer, según la misma fuente de su entorno.
“Es como usted y yo”
A principios de este año, Ma le escribió directamente a Xi para ofrecerse a dedicar el resto de su vida a la educación rural en China, según una fuente del gobierno que aseguró que el presidente se refirió a esa carta en mayo, durante una reunión de gabinete.
No se sabe con certeza si Xi aprobó o respondió a esa oferta, de la que nada se sabía anteriormente.
El mes pasado, el diario South China Morning Post, propiedad de Alibaba, informó que Ma estaba visitando Europa “como parte de un gira de estudio de agricultura y tecnología relacionada con cuestiones ambientales”, según palabras de una persona familiarizada con su agenda.
La semana pasada, el periódico publicó fotos de Ma vestido con traje blanco de seguridad y sosteniendo macetas. El diario afirmaba que el millonario seguirá recorriendo empresas europeas e instituciones de investigación relacionadas con la infraestructura agrícola y el fitomejoramiento.
En una infrecuente entrevista concedida en junio a un programa de la CNBC, el cofundador de Alibaba, Joseph Tsai relativizó la supuesta influencia de su socio.
“En este momento prefiere el perfil bajo, pero hablo con él todos los días”, dijo Tsai. “La idea de que Jack tiene todo ese poder no es del todo correcta”, agregó. “Es como usted y yo, una persona normal.”
Traducción de Jaime Arrambide
ReutersTemas
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